¿Soy yo Charlie?

Partiendo de la base de que rechazo, condeno y maldigo a quienes han atentado contra los dibujantes de la revista francesa “Charlie Hebdo”, así como a todos los que matan en nombre de un dios, de la igualdad o de SU libertad, tengo que confesar que YO NO SOY CHARLIE. Me explicaré. En primer lugar no creo que el humor tenga que buscar la confrontación por sistema, ni que el humor se base en ridiculizar los pensamientos o creencias del vecino, ni tampoco creo que sirva para mofarse a quien no piense como el que hace la gracieta de turno. Aún sin estar de acuerdo con las religiones totalitarias, considero que tanto respeto merece un católico como un musulmán y que, quienes llevan la libertad de expresión como bandera, deberían pensar que, muchos de sus conciudadanos, consideran ofensivos algunos chistes; además, si estamos inmersos en una gran cruzada de lo políticamente correcto, si no pueden hacerse chistes sobre los homosexuales, ni chascarrillos que denigren a las mujeres, ni bromas sobre discapacitados porque pueden ofender a una parte de la población, todo lo cual me parece muy acertado, ¿por qué razón sí pueden hacerse sobre las creencias religiosas sin que se considere políticamente incorrecto?

Aparte de esta reflexión que algunos tildarán de facha o de retrógrada, quiero aplaudir a todos los que, de uno u otro modo, mostraron su rechazo a los atentados terroristas de París, bien llevando un pin con la frase “Je suis Charlie”, o acudiendo a las masivas manifestaciones de protesta que se organizaron; pero viendo esa masiva movilización de Jefes de Estado no puedo dejar de preguntarme: ¿Por qué razón en París había cincuenta Jefes de Estado para condenar el atentado y en Madrid, en la manifestación del 12M, sólo había cuatro? ¿Son más condenables las muertes de veinte personas que las de ciento noventa y ocho inocentes? ¿Dónde estaban los Jefes de Estado europeos a la hora de condenar los mil asesinatos de ETA?

Por otra parte, centrándome ahora en el terrorismo islamista, hay algo que me ronda la cabeza desde hace semanas y que me gustaría compartir por si alguien piensa como yo. Desde hace algunas décadas los gobiernos alineados en la OTAN llevan a cabo misiones militares internacionales para defender la democracia en los países en los que ese modelo político se ve amenazado. Al ver cuán diligentes se muestran los gobernantes occidentales para intervenir manu militari en esos lugares, me pregunto: ¿para cuándo una intervención en Nigeria para acabar con Boko Haram? Recordemos que el líder de estos fanáticos, Abubakar Shekau, es responsable del secuestro de centenares de personas, muchas de ellas niñas, que son utilizadas en algunos casos como bombas vivientes en atentados terroristas. ¿Acaso el tal Abubakar Shekau no es peligroso? La única respuesta que se me ocurre es que Nigeria queda muy lejos de Europa, que Boko Haram no representa un peligro para los ciudadanos europeos y que en Occidente ya sólo nos preocupa aquel tipo de terrorismo que pueda poner en jaque nuestro modelo de vida.

Para no cabrearme más, resumiré mis sentimientos modificando mi primera afirmación en la que decía que yo no soy Charlie. Rectificar es de sabios.

YO NO SOY SOLAMENTE CHARLIE. También soy las víctimas del 11M, las de ETA y las del desquiciado Abubakar Shekau, las del hambre, las de la represión política, las de la segregación etc... etc...