¡Soy un objeto sexual!

Pensaba que nunca me sucedería algo así y que, si alguna vez me llegase a ocurrir, lo diría lleno de alegría, pero... ¡qué va!; para una vez que me siento como un verdadero objeto sexual es para darme cuenta de que me están dando por el punto exacto de mi cuerpo en el que nunca da el sol. No se rían, no, que no soy el único porque todos, han leído bien, todos, estamos siendo violados y, si no lo notamos en demasía, es porque nos lubrican con una vaselina tan buena que no nos damos ni cuenta. Nos abusan de tal modo en todos los aspectos de la vida que, si se piensa con detenimiento es para mear y no echar gota.

Si hablamos de los bancos y cajas de ahorro, dejando a un lado los desahucios y demás pecadillos de esta pobre gente que han vivido por encima de NUESTRAS posibilidades y ahora nos echan la culpa, ¿se han dado cuenta que nos cobran hasta por beneficiarse con nuestro dinero? Si tiene usted un descubierto de cinco euros, pongamos por caso, de manera unilateral el banco te cobra veinte, o treinta, en el momento en que ingresas, y justifican este cobro por haber asumido un riesgo cuando en realidad es una multa por haberte portado mal. Ni hablar ya de las entidades financieras de préstamo, mal llamadas bancos, que ofrecen un dinero, hasta tres o seis mil euros, y después de pagar durante años, los damnificados se dan cuenta de que han estado pagando un seguro que no han contratado, de que cada retraso en el pago representa una multa de treinta euros y que en la mayoría de los casos, tras pagar dos veces el capital que les han prestado todavía lo deben íntegramente.

La historia de estos abusos llega a un punto rayano en la demencia. Las llamadas desde el extranjero vía móvil que supone un pago por parte del que llama y también de quien que recibe la llamada, la nueva forma de calcular el precio de la electricidad, el repago sanitario, la salida de la Seguridad Social de medicamentos necesarios para el tratamiento de enfermedades crónicas... y podríamos alargar esta lista hasta el infinito; pero cada uno de ustedes puede seguir añadiendo mentalmente hechos que demuestran que nos están dando por donde amargan los pepinos.

Otro vivero de ejemplos es internet. Obviando el hecho de que los datos personales pueden ser vendidos a empresas que luego nos fríen a spam o nos “deleitan” con todo tipo de ofertas, nos dan hasta en lo más simple, oigan. ¿Han visto ustedes todos esos juegos online en los que se puede participar de manera gratuita?; y ¿saben por qué es gratis? Porque aquellos que compran créditos para hacerse con un mejor equipamiento de su personaje, o de su equipamiento virtual, necesitan morralla que pueda ser robada o atacada. Es así; aquel que no compra créditos, o como llamen ese tipo de moneda, es una simple presa de quienes sí se dejan su dinerito para llegar a ser gladiadores, guerreros, orcos o monstruos del nivel doscientos cincuenta y tres, si es que se llega a esas cotas.

A mayor escala, esta forma de ser presas de bichos más grandes, la podemos ver por ejemplo en la liga de fútbol profesional. Si nos damos cuenta, hay dos clubes, que no hace falta nombrar, que a fuerza de dinero, por una parte porque son macroentidades y por otra porque se benefician de manera leonina, por decreto, de la mayoría de los ingresos devengados por las transmisiones televisadas de partidos de fútbol, reinan en la liga porque pueden comprar jugadores de gran clase valorados en decenas de millones de euros que cobran, además, cantidades indecentes por jugar al pelotón. Y ¿por qué somos presas de estos carroñeros? Nosotros no lo sé; pero el resto de los equipos saben perfectamente que juegan porque una liga de dos sería verdaderamente aburrida y por ello, aunque al principio de cada temporada sepamos que la liga es cosa de dos, con la aparición puntual de un par de equipos que dan guerra, los llamados equipos revelación, se necesitan una serie de clubes para poder jugar una temporada moderadamente larga.

Es decir que, resumiendo, nos dan lo nuestro y lo de la vecina en todos los ámbitos de la vida. Y si hablamos de política...

Una vez que el presidente francés, señor Hollande, ha perdido terreno y, por ende, influencia, los países punteros de Europa encabezados por la dama de acero inoxidable, también conocida como Angela Merkel, y la Gran Bretaña, secundados por las potencias económicas mundiales, nos encierran a los territorios del sur, los PIGS, cambiando la I de Irlanda por la de Italia, en una especie de chiquero comercial arrinconándonos contra las cuerdas para hacer de nosotros unos países (?) siervos.

Si yo tuviese mala intención, aunque lo que tengo es una buena dosis de mala baba, pensaría que estas potencias europeas están fabricándose, a su medida y necesidades, una especie de fincas en las que se pueda producir lo que precisen con calidad europea pero con mano de obra muy barata, mientras que los hijos de los trabajadores, los más preparados por supuesto, van a buscárselas a los países más pudientes generándoles así un beneficio por partida doble; por un lado explotan a los asalariados, y por el otro se llevan a las mentes más preclaras... una vez que los mindundis les hayamos pagado los estudios y les hayamos alimentado hasta que reciban sus títulos universitarios.

Si yo tuviese mala intención, lo que tengo es un cabreo que crece más conforme avanzo en el artículo, pensaría que la finalidad de esta presión económica es la de prepararse en el sur de Europa, en los lugares privilegiados por el clima y los paisajes, Portugal, Italia, Grecia y España, buenas ubicaciones para que los ciudadanos europeos más privilegiados puedan pasar sus vacaciones a precios mucho más baratos que los actuales, para que así sus euros les rindan mucho más. Es evidente que la señora Merkel sabe jugar muy bien al billar político y, una vez que Italia, Grecia y Portugal están sumisos, su siguiente jugada busca someter a España, si todavía no estamos suficientemente subordinados, hasta que se den las condiciones que ella, y sus adláteres, crean convenientes para las políticas de SU desarrollo; no en vano han rescatado a la banca española... para que pueda pagar la deuda que contrajo con los bancos alemanes cuando España “iba bien” según la opinión de nuestros preclaros próceres.

Así pues, no nos quedan más que dos soluciones; o nos relajamos y tratamos de disfrutar de las “acometidas” de quienes nos toman por objetos sexuales, por cosas sólo útiles cuando los violadores profesionales lo precisen, o nos ponemos de pie, les mentamos la madre y les hacemos saber, preferiblemente desde las urnas, que estamos hasta los mismísimos de sufrir en nuestras carnes, en pleno siglo XXI, sus políticas marrulleras, cuasi feudales, y sistemas económicos que no han querido mejorar desde principios del siglo pasado.

¡Sus muertos!