Artur Mas está mutando

El teatrillo y la marioneta
El teatrillo y la marioneta

Algunas veces me han acusado de escribir mojando la pluma en bilis, desde un cabreo visceral, casi físico; pues bien, respetados detractores, mis catorce arrobas castellanas embutidas en un metro ochenta descartan el “roid-rage” (el resultado de la ingesta de esteroides para los de la LOGSE), y el excelente trabajo que el doctor Ferrández Arenas y las doctoras Martínez Crespo y Marcén Echandi hicieron al curar mi úlcera, elimina cualquier posibilidad de que mi cabreo tenga un origen físico, de donde se deduce que mojo la pluma en el sentido común que miles de españoles comparten sin atreverse a decirlo en voz alta, por miedo a no ser políticamente correctos o a que les tachen de fachas. Basándome en este sentido común, tengo que anunciar a todo bicho viviente que el señor Artur Mas está mutando. Mientas me notifican que he ganado el Nobel por este gran descubrimiento, me explico.

Al contrario que sucede con los héroes de Marvel, el señor Mas no muta por haber recibido una descarga de energía o por haber estado expuesto a un escape nuclear; en su caso, la sobreexposición a las singulares teorías de la CUP, unida a una intoxicación masiva del microbio Junqueras y el propio miedo al suicidio político, han producido en Mas una mutación que cada día es más evidente y que terminará por convertirlo en una “Musca”.

PRUEBAS:

1.      El señor Mas se da de cabezazos contra la legalidad constitucional con el mismo empeño que las moscas golpean los cristales de las ventanas, una y otra vez, intentando encontrar una salida.

2.      Don Artur se ha empeñado en repetir con harta frecuencia el cansino mantra de la independencia de Cataluña, produciendo en los oyentes una sensación de hartazgo comparable, en todo, al de las moscas que no dejan de molestar a quienes trabajan al aire libre, lo que convierte al honorable president en una mosca cojonera.

3.      La fatiga que producen sus argumentos monomaníacos (Para los de la LOGSE: Monomanía: 1.- Locura o delirio parcial sobre una sola idea o un solo orden de ideas. 2.- Preocupación o afición desmedida que se reprende o afea en persona de cabal juicio.), produce una sensación de sopor que induce al sueño profundo de quien escucha sus diatribas, lo que le convierte en una mosca tse-tsé.

4.      La habilidad demostrada por el señor Mas para escapar de juicios por corrupción, la agilidad de la que hace gala para evitar los castigos por su reiterada vulneración de la legalidad vigente y la rapidez con la que evade a la verdad para contar a sus conciudadanos lo que en realidad sucedería en caso de que la independencia de Cataluña fuese un éxito, solo es comparable a la que tienen los dípteros para huir de la paleta o del golpe de bayeta, lo que convierte al señor Mas en una mosca doméstica.

5.      La acidez de sus respuestas a las preguntas de periodistas no nacionalistas y la duración de la vida política que se presume a don Artur después del fracaso de las votaciones del 27S, sólo es comparable a la de la drosophila, lo que hace de este señor una mosca del vinagre en toda regla.

6.      Si a todo esto añadimos que en muchos países latinoamericanos utilizan la expresión “comemierda” para definir a quienes mienten con frecuencia o dicen muchas tonterías, cualquiera puede deducir cuál es el apelativo que puede asignarse a este mutante que, por la calidad de sus argumentos y la falta de veracidad en sus palabras, lo hace convertirse en un habitual consumidor de excrementos ideológicos lo que le convierte, sin duda, en una mosca.

Como queda comprobado que el señor Mas está mutando en mosca, prevengo al Gobierno de España para que vaya preparando una buena provisión de insecticidas legales para que no nos veamos en la obligación de utilizar la paleta o el golpe de trapo. En cuanto a usted, señor Mas, siga en lo suyo: Cien mil millones de moscas no pueden estar equivocadas.