LOS CARTELES DE MELILLA

LOS CARTELES DE MELILLA, LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES Y EL SILENCIO DE BIBIANA AÍDO

Los carteles de la discordia
Los carteles de la discordia

¡Y van dos! Los “activistas” de Marruecos parecen haber iniciado una campaña con el único objetivo de obligar a la policía española a que relaje el protocolo de paso de la frontera y, para ello, han elegido como víctimas propiciatorias a las agentes de la Policía Nacional que trabajan en aquellas tierras. El método utilizado en este momento es la colocación de carteles en los que aparecen los rostros de estas mujeres a las que ellos, los musulmanes, no respetan puesto que, por el hecho de ser hembras, no tienen ningún derecho a imponer la ley a los machos. Si en el primero de los carteles, que tenía un fondo de dos manos ensangrentadas, aparecían las uniformadas en diferentes actitudes y el ministro de exteriores, señor Moratinos, en ridícula pose, en el segundo, las han colocado en un vertedero en el que las acaba de arrojar un camión de la basura del que parece caer, en última instancia, nuestro ministro de exteriores.

Ya se están oyendo voces en contra de la permisividad gubernamental con estos carteles, al menos por el hecho de mostrar claramente el rostro de las agentes, algo que las puede exponer a un peligro cierto. Y yo me pregunto: ¿Dónde están aquellos que protestaron vehementemente hasta que lograron evitar la publicación de las imágenes de aquellos dos adefesios góticos adolescentes disfrazados de hijas del señor Rodríguez Zapatero, que se empeñaron en fotografiarse con la familia Obama?, ¿es que el derecho de estas dos adolescentes es mayor que el de las agentes de la Policía Nacional?, o ¿acaso el derecho al “incógnito” de las hijas de un presidente de Gobierno es más valioso que las vidas de unos policías que ya han sido agredidos en varias ocasiones? 

Pero vayamos un poco más al fondo de la noticia para saber quiénes son los instigadores de la revuelta frente a la línea fronteriza. El señor Chaouki Mounaim, que es a la sazón portavoz del Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla, dirige una especie de pasquín, con aspiraciones a ser periódico, llamado “El Eco de Nador” y, simultáneamente administra un sitio web al que ha llamado “Akhbar Nador”. La verdad es que el señor Mounaim, asiduo beligerante en las manifestaciones frente al Consulado español en Nador, intentó hace algunos años ejercer una labor de intermediario en este Consulado, con objetivos evidentemente comerciales, y sus propuestas fueron rechazadas; curiosamente, tras no lograr sus objetivos pecuniarios, se dio cuenta de que Ceuta y Melilla debían ser de Marruecos y, en un arrebato patriótico comenzó sus protestas. A este personaje le ayuda en su tarea agitadora el señor Said Chramti, presidente de la Asociación Gran Rif que, en 2008, fue condenado por la justicia española por agredir a una comisión policial que cruzó la frontera para mantener reuniones con la policía marroquí y, por ello, tiene prohibido el paso a la ciudad de Melilla. Durante todo este verano, el señor Chramti, propietario de una empresita de chapuzas eléctricas y de fontanería, se ha dedicado a cortar el tráfico de vehículos en la frontera. La realidad es que, tras no poder pasar a trabajar a Melilla, donde las facturas son más abultadas que en su país, encontró una vena patriótica que le lleva a besar la bandera de Marruecos con embeleso cuando hay periodistas delante.

Se me saltan las lágrimas ante un “activismo” tan desinteresado, ¡palabra!
Se me saltan las lágrimas ante un “activismo” tan desinteresado, ¡palabra!

Es, como poco, curioso, que estemos debatiendo si se permite el burka, o no, mientras se dan las facilidades religiosas que autoriza nuestra Constitución, y no se muestra algo de firmeza ante la postura chulesca y retrógrada de estos exaltados; pero, ¿con qué pandilla de ineptos nos las tenemos que ver?. Por lo visto, según los pensamientos de esta caterva de inútiles que elegimos para que gobernaran, y los que cierran el pico desde la oposición, nos debemos preocupar más por la libertad de las mujeres musulmanas que han elegido llevar el burka, que por la integridad de nuestras agentes de Policía Nacional en la frontera marroquí, que NO han elegido vérselas con unos trogloditas advenedizos como los tales Chramti y Mounaim, pero lo aceptan porque es parte de su trabajo. Además, basado en los términos de igualdad y equilibrio en los que deben fundarse las relaciones entre países, permitamos el burka en nuestro territorio cuando las mujeres occidentales puedan ir sin un pañuelo por la cabeza en caso de visita a un país musulmán, si es que alguna vez sienten deseos de viajar hacia el oscurantismo y la Edad Media.

Ahora bien. Una de las cosas más preocupantes de este asunto es el silencio borreguil y contumaz de la señora Ministro de Igualdad quien, para una vez que puede ganarse una medalla defendiendo a las mujeres policías, calla, otorga, y deja pasar el tiempo planificando, supongo, alguna otra estupidez que equipare supuestamente a los miembros y miembras de esta sociedad; menos mal que para equilibrar este silencio, el PP ha lanzado a su perro de presa para apoyar a los demandantes poniendo en ridículo a España entera, si es que éso no lo hace bastante bien el gobierno, y se espera la llegada del ínclito señor Aznar que, sin duda, dejará para la posteridad alguna "perla" dialéctica.

Puntualicemos. En primer lugar afirmar que el hecho de llamar activistas políticos a quienes denigran a la mujer es una falacia más de la misma prensa que critica a nuestros soldados en las misiones en el extranjero por cargar sus armas con balas y no con “Petit Suisse” o gominolas. En segundo lugar, recordar que estos dos impresentables agresores a la mujer y a su dignidad en el trabajo, viven bajo una dictadura como es la de Mohamed VI y, como no tienen cojones para protestar contra el autócrata, lo hacen en la frontera española conociendo la debilidad de nuestra política exterior y la permisividad del gobierno español con todo lo que atenta contra España. Para terminar, por no hacer demasiado aburrido este texto, Marruecos no existía como país, cuando Ceuta y Melilla ya eran españolas, Ceuta desde 1415 y Melilla desde 1497, por lo que la reclamación parece fuera de lugar; pero ya se sabe que en esta España de nuestras desdichas todo puede ser posible y, en el marco de la Alianza de civilizaciones, tan cacareada por la prensa afín al gobierno. Un día nos levantamos con el talante “simpático”, y les regalamos las dos ciudades ante el babeo general de los que admiran el pañuelo palestino y la integración de buen rollito.

¿Será que los ingleses no nos devuelven Gibraltar porque no se fían de que un día cualquiera se den cuenta de que la OTAN ya no tiene las llaves del Mediterráneo porque el Gobierno español, en un arrebato de buenrrollismo, ha regalado Ceuta y Melilla dejando la puerta del Mare Nostrum a Mohamed VI por mor de la Alianza de civilizaciones? ¡Pa' mear y no echar gota!