La historia se repite

La misma mierda. Click para ampliar imagen.
La misma mierda. Click para ampliar imagen.

Les juro por mis manes que estas elecciones municipales en Aragón me acojonan un pelín. Anoche comenzó la campaña electoral con la tradicional pega de carteles y se pudieron ver las mismas caras de siempre, rodeadas de las mismas caras de siempre, para empezar a pegar la misma propaganda de siempre que, dentro de unos días, será recuerdo mudo y acusador de nuestra inconsciencia social. Y digo nuestra inconsciencia porque la culpa de cuanto sucede en esta tierra es de todos. Me explico.

Mi voto será en blanco porque no me convence ninguno de los discursos con los que se llenan el tragadero quienes aspiran al poder municipal; pero la disciplina de las organizaciones políticas, amparadas por la ley de partidos y las leyes electorales que ya es urgente cambiar, de antemano han designado los verdaderos pretendientes a la dirigencia comunal. A poco que se lean las listas de candidatos, encontraremos aspirantes a la alcaldía de pueblos o ciudades en los que no viven, aunque estén empadronados allí, postulantes a concejalías que no tienen ni puta idea de las tareas que deberán realizar y payasos de pueblos pequeños que se presentan porque están seguros de ser elegidos con el voto de sus familiares y amigos.

Si observamos un poco las posibilidades de elección, todos tenemos claro que los amplios vencedores de las municipales serán los grandes partidos políticos, a saber, PSOE y PP. ¡Craso error, amiguetes! En Aragón, gane quien gane, ganará el PAR.

El PAR, Partido Aragonés Regionalista, se ha convertido con el paso de los años en un experto en el difícil arte de conseguir prebendas, mande quien mande. Debido a la radicalización de las opiniones políticas y a lo igualado del número de votos que consiguen los dos partidos mayoritarios, el PAR se las arregla para pactar, sin rubor ni vergüenza, con el ganador de las elecciones y seguir así aferrado al poder. Les da igual pactar con la izquierda o con la derecha, el caso es seguir cobrando y mangoneando a su antojo.

Por su parte la CHA, Chunta Aragonesista, seguirá pidiendo a voz en grito una soberanía aragonesa, predicando el sentir aragonés, reclamando una lengua propia y exigiendo mayores competencias, mientras en ciertos lugares de la geografía regional, pacta con ERC, Esquerra Republicana de Catalunya, que pretende anexionarse la franja Oriental aragonesa para incluirla en los Paesos Catalans. Eso es el verdadero nacionalismo aragonés, con dos cojones.

De los dos grandes partidos, no merece la pena ni hablar. Sabemos bien qué es lo que quieren porque, desde hace años, sus candidatos, una vez electos, trabajan más por el bien de su organización que por el de la población que administran. Preparaos, pues, para el cruce de acusaciones, los insultos y las mamarrachadas que nos esperan en los próximos días porque, con la que está cayendo, va a ser candela pura.

Pero si en las grandes ciudades y en las cabezas de comarca la lucha electoral se adivina revuelta, en los pueblos pequeños promete ser de traca. Lo que en las ciudades pasa casi desapercibido, en los pueblos se magnifica llegando casi a la enemistad o, como en el caso de ciertos lugares, a no compartir el mismo bar con los adversarios políticos. El camino que utilizan los políticos profesionales al denigrar todo cuanto haga el oponente, es seguido fielmente por sus seguidores quienes, sin saber razonar lo que afirman, niegan el pan y la sal a lo que no están de acuerdo con ellos.

Podría exponer cientos de ejemplos de lo que afirmo; pero no merece la pena cansarse en esas historias porque todos y cada uno de vosotros, conocéis alguno. La vergüenza de vivir en una sociedad sumisa, vendida a quienes intentar silenciarnos con un bozal de pan y mortadela barata, mientras ellos se silencian con tapones de corderito asado y vinos de crianza con D.O., me hace sentir realmente mal. Por esta y otras muchas razones, no me queda más remedio que cerrar este texto con un axioma que vi pintado en una pared: “Votad; pero no os quejéis si las manos os huelen a mierda”.