EL CORREDOR MEDITERRÁNEO

EL CORREDOR MEDITERRÁNEO, EL TREN GALLUR-SÁDABA Y EL SEÑOR MONDONDO

Mapa del despropósito
Mapa del despropósito

“A los políticos les interesa la gente, lo cual no siempre es una virtud. También a las pulgas les interesan los perros”.

Patrick Jake O’Rourke

He decidido comenzar este artículo con una frase que el escritor británico O'Rourke firmó hace muchos años porque, cada día que pasa, estoy más convencido de que, a pesar de que el tiempo transcurre, en el fondo, no hemos cambiado nada; no es de extrañar que algunos políticos de hoy sean iguales a los de hace décadas, y lo que da más miedo es que algunos de ellos, que ni siquiera habían nacido cuando murió Franco, hablen con virulencia de una guerra que finalizó hace más de setenta años. Este artículo viene a cuento de que el actual Ministro de Fomento, el señor Blanco, hizo público que de manera definitiva se desestimaba el Eje Central para concentrar todos sus esfuerzos en el llamado “Corredor Mediterráneo”.

Adiós pues al eje Canfranc-Pau por vía ferroviaria, a pesar de que los franceses, a quienes siempre se culpaba de no estar interesados en el tema, acaben de inaugurar el tramo de vía férrea que comunica Pau con Oloron, por el que circularán dieciséis trenes diarios, al tiempo que se han comprometido a comunicar por tren Oloron y Bedous en 2013, sin pasos a nivel.

Imagen de la vía de Pau a Oloron Sainte Marie
Imagen de la vía de Pau a Oloron Sainte Marie

Para quienes no estén muy enterados del asunto, dado que la comunicación de España por el País Vasco, vía Hendaya, ya está solucionada desde hace más de setenta años, en principio existían dos opciones para potenciar las comunicaciones de España con el resto de la Comunidad Europea. La primera de ellas, llamada Corredor Mediterráneo (línea azul en el dibujo), que fomentaba el comercio en toda la costa levantina desde Murcia a la región catalana, pasando por la Comunidad Valenciana, y la segunda opción era el llamado Eje Central (línea roja), que comunicaba casi en línea recta el sur de España y Madrid con Pau, pasando por Zaragoza, evitando el rodeo obligatorio que se debe dar para llegar hasta Barcelona.

Este ahorro de kilometraje reduciría al menos en dos horas el trayecto Madrid-París en AVE, un camión llegaría cinco horas antes y, como beneficio adicional, nuestros productos llegarían con más facilidad a la Comunidad Económica Europea. Basándose en baremos desconocidos para mí, y para casi todos los europeos que reclaman el Corredor Central como opción idónea, el Ministerio de Fomento ha escogido la opción más larga, y más cara, dejándonos a los españoles, y especialmente a los aragoneses con un palmo y medio de narices, o más, ayudando a los que más tienen y añadiendo presión a los menos favorecidos a causa de las veleidades políticas o, lo que es aún peor, por las secretas necesidades o deudas políticas de los partidos mayoritarios.

En resumen, han decidido enriquecer a los más pudientes para poner sordina a las protestas infundadas que airean desde hace algunas décadas, gentes que tienen más cara que espalda, pretendiendo que España, como nación, es un ente opresor, un Estado pérfido y torturador, porque sigue manteniendo anexionados algunos territorios “por la fuerza” y echando mano de persecuciones y otras perversiones; territorios que, por otra parte, nunca le han pertenecido ¡Sí señor! ¡Con un par!

Claro que el titular de este artículo además del Corredor Mediterráneo alude al tren Gallur-Sádaba. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Y yo les responderé: Por la sencilla razón de que a principios del siglo XX, cuando se hizo patente la necesidad de una comunicación entre Zaragoza y Sádaba, había dos trayectos a elegir. El primero era el Zaragoza-Gallur-Sádaba. El segundo era Zaragoza-Zuera-Sádaba. Esta segunda opción presentaba varias ventajas para Aragón en general y para las Cinco Villas en particular, beneficios que paso a explicar.

El trazado que pasaba por Zuera había sido votado por un 90% de los Ayuntamientos de las Cinco Villas ya que los navarros habían decidido construir una vía férrea desde Caparroso por Tudela y Carcastillo para conectar con Sádaba y Ejea de los Caballeros y, de este modo, poner en comunicación la vía del Norte, Madrid-Bilbao, con la del trayecto de Barcelona vía Lérida, lo que ahorraba muchos kilómetros a la comunicación entre Bilbao y Barcelona. Si quienes decidían en aquel momento hubieran optado por esta solución, hoy Ejea de los Caballeros sería un importante nudo ferroviario que uniría el País Vasco y Navarra con Cataluña, quedando además las Cinco Villas perfectamente comunicadas para poder distribuir sus productos. Aún conociendo las ventajas de este trayecto, y obviando la opinión de la gran mayoría de las alcaldías, se trazó la ruta por Gallur y Tauste. ¿Por qué? Sencillamente porque el alcalde de Tauste de aquel entonces, que también pertenecía a la Junta Directiva del Ferrocarril, junto con el empresario zaragozano señor Escoriaza, encargado de la construcción del trazado ferroviario y el diputado del distrito de las Cinco Villas José García Sánchez, al que por cierto le dedicaron una calle en la capital aragonesa, decidieron que debía pasar por Gallur y Tauste. Después de esta decisión, el alcalde de Tauste hubo de dimitir de su puesto; pero el mal ya estaba hecho, aunque la remolacha de las muchas hectáreas de tierra propiedad del señor alcalde podía ser fácilmente transportada, por tren, hasta la azucarera de Luceni.

Ya están justificadas las dos terceras partes del titular del artículo. ¿Y el señor Mondondo? Les explicaré.

En este tiempo en el que los “protestadores profesionales” se oficializan y confunden la crítica justificada con la reprobación a gritos para ser reconocidos como “activistas progres”, nos encontramos con unas chorradas del tamaño de un portaaviones mediano como es el caso del ciudadano belga de origen congoleño, el señor Mbutu Mondondo Bienvenu, que ha presentado ante los Tribunales de Justicia en Bélgica, una denuncia formal exigiendo, sí, han leído bien, exigiendo que sea definitivamente retirado de la venta el tebeo “Tintín en el Congo” por considerar “racista y xenófoba” la actitud del reportero adolescente dibujado por Hergè en 1931. El amigo Mondondo pidió la prohibición en agosto de 2007, un mes después de que la Comisión británica para la Igualdad Racial solicitase que se impidiera la venta de ese álbum que, en su opinión resalta, “groseros estereotipos raciales”.

Si empezamos a cogérnosla con papel de fumar a la hora del meo, vamos mal. ¿Será que el señor Mondondo no se ha dado cuenta de que el guión de dicha historieta está redactado en 1931, época en la que el racismo era moneda corriente, Bélgica tenía aún colonias en África, y que no se puede juzgar una obra escrita hace casi un siglo con las actuales escalas de valores? Si la protesta del señor Mondondo progresa y se retira ese ejemplar de la venta, estimados paisanos sobrevivientes de este país de los mundos de Yupi, en el que aparentemente viven los integrantes de la alta clase política en el poder, ¿por qué no se retira de la venta también a La Biblia porque en las cartas de San Pablo se defiende la esclavitud y se margina de manera clara a la mujer?

Pero, una vez explicada la conexión entre la decisión política que dio origen al “Gallur-Sádaba y la que ha “parido” el Ministerio de Fomento para favorecer claramente a la región catalana con el “Corredor Mediterráneo”, ¿qué tiene que ver el señor Mondondo con estos trazados ferroviarios? Contestaré. Según mi opinión, tiene en común que la protesta de una minoría, aunque sea descabellada, tiene más fuerza en la actualidad que la lógica económica y el buen gobierno de una nación. Desde siempre hemos sabido que el que no llora, no mama, y si los gobiernos que se han sucedido tras la muerte del dictador están interesados en seguir el juego de quienes tienen una losa de cemento armado en lugar de jeta, por encima de las necesidades nacionales, nos está bien empleado por haberlos elegido; pero la actitud cobarde de algunos políticos que aceptan en desigual trueque la mentira histórica y el chantaje económico a cambio de la tranquilidad de gobernar sin oposición, es una falta de respeto y un atropello a la razón como dejó escrito hace más de medio siglo el gran Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”.

Viendo la sarta de estupideces políticas que se vienen perpetrando desde la derecha y la izquierda y las respuestas que se dan entre políticos que han perdido la capacidad de dialogar con el oponente, o la han sustituido por la descalificación y el insulto, me da la impresión de que desde las altas cúpulas de los partidos mayoritarios estamos regidos por personajes inmaduros que han convertido el patio de la política nacional en un patio de escuela.

Sí, aunque no lo crean, España es un patio de colegio en el que el profesor al que se ha votado para que lleve a cabo la tarea de vigilar, con objeto de que los alumnos más jetas no cometan desmanes con los menos favorecidos, está con la mirada perdida, sonriendo, de buen rollito, con mucho talante él, sin enterarse de que los dos abusones del patio, uno vasco y otro catalán, le han robado unas reglas de madera con las que nos están poniendo a caldo a todos los demás y apropiándose del dinero de las chuches, mientras PePe, el otro profe que debía estar vigilando que se cumplieran las normas, pierde la mayor parte de su tiempo organizando reuniones con un ex alumno para criticar detalles tontos, decir caca, culo, pedo y pis y para ver si de ese modo quitan al profe sonriente para poner, por ejemplo, al profe Mariano a pesar de que lleve una década sin ver luz.

Mientras tanto, nos quedamos sin Eje Central, como hace un siglo perdimos el Zuera-Sádaba. ¿Y si nos pintamos de negro como el señor Mondondo y protestamos por este nuevo desafuero? Tal vez así maquillados nos hicieran caso; aunque la reacción natural, la más democrática y racional, fuera de bromas, sería acudir en masa a las urnas y votar en blanco porque, mande la izquierda progre o la derecha rancia, siempre saldrán con los bolsillos llenos nuestros vecinos ricos, sobre todo los del Este, que parecen empeñados en hacernos pagar a los aragoneses su complejo de inferioridad por haber sido vasallos de la Corona de Aragón.

Si es que ya lo decía mi abuela: “El que de servilleta pasa a mantel, no se aguanta ni él.”