LOS NACIONALISMOS EN ESPAÑA

Sin palabras
Sin palabras

Con la muerte de Franco, a cuyo entierro acudieron cientos de miles de personas y muy pocos dignatarios extranjeros, comienza la “movida política” que bajo la atenta mirada del rey, aconsejado por Kissinger, inicia los primeros pasos de la transición política que nos llevaría de la dictadura a la ansiada democracia; pero allí se comete uno de los errores más graves de nuestra historia reciente ya que, en lugar de que los partidos políticos optaran por sangre joven, cayeron en la barbaridad de reponer a muchos de los líderes que habían perdido la guerra civil quienes, poco a poco, impusieron sus ideas trasnochadas, revanchistas, y siguieron la misma senda que ya les había llevado una vez a la derrota; pero no sólo los partidos políticos tradicionales cometieron ese error sino que los nacionalistas siguieron su ejemplo y, mientras los vascos impusieron a Carlos Garaicoechea, seguidor de la doctrina tradicionalista del PNV que luego se verá con mayor amplitud, los catalanes aceptan a Josep Tarradellas que, durante décadas, había presidido una Generalidad de Cataluña en el exilio y que trajo los vicios ya demostrados por Esquerra Republicana.

Este continuismo de los errores cometidos en el pasado, la reacción social comprensible después de la dictadura y la gran permisividad de los sucesivos gobiernos de España ante los abusos de una parte de la izquierda tradicional, revanchista, a la que se le permitió todo, lograron que la democracia naciese pervertida, maniatada, por ideas inmovilistas respaldadas en nombres que debían haberse quedado en la historia porque, si bien España no había avanzado mucho durante la dictadura, personajes como Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo, entre otros que habían vivido en el exilio, creyeron que el tiempo no había pasado y se dieron a la tarea de mantener viva una guerra que, por mor de la parafernalia franquista, no había caído en el olvido a pesar del tiempo transcurrido.

Si a esto añadimos que durante los sucesivos gobiernos de Felipe González, una camarilla de supuestos progresistas y pseudointelectuales se dieron a la tarea de borrar la memoria colectiva arrinconando cuarenta años de historia, entre unos y otros han hecho de la Historia de España un batiburrillo que no es comprensible a fuerza de ser reescrito una y otra vez; por otra parte, se refuerzan los nacionalismos y separatismos que toman fuerza a base de las mentiras de los políticos regionales que quieren más cuota de poder, apoyándose en la excesiva tolerancia de los gobiernos de turno.

Empecemos por el primer nacionalismo a ultranza que, contra toda lógica, pervive en nuestros días: El Nacionalismo Español Carpetovetónico. Si hemos de hacer caso a las personas más inteligentes, pensemos que Albert Einstein afirmó que el nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad. Partiendo de esta base, deberíamos entender todos, sin más, los nulos beneficios de tal inclinación política; pero como hay cerebros que están carcomidos por el bicho de la ignorancia e infectados por el virus de las mentiras de sus jefes políticos, no está de más que aireemos el presunto misterio de los nacionalismos radicales, empezando por el español.

Los radicales de extrema derecha son, ante todo, radicales y, su extremismo indica en primer lugar que son intolerantes, no conocen el significado de la palabra diálogo y, además, se creen en posesión de la verdad inalienable. Por causa de estos necios descerebrados que dicen ser patriotas, muchos radicales de los grupos independentistas o separatistas tienen argumentos para arrinconar los símbolos nacionales españoles, acaparados por la extrema derecha, tachándolos de fascistas y de cuanto epíteto insultante les viene a la cabeza; si alguien piensa que no es tan peligroso el extremismo, sólo tiene que observar la tolerancia y el respeto con la que, cualquiera de los dos extremos de la política española, escuchan sus himnos respectivos.

Y si hablamos de competiciones deportivas, ¡ni les cuento!; la proliferación de grupúsculos violentos, minorías dentro de las minorías, cuyo fanático proceder salpicado de agresiones, es una muestra de la vacuidad de sus cerebros, es la mejor demostración de que los extremos se tocan. Pero sigamos con el nacionalismo español.

Si al principio de la transición, después de la muerte de Franco, el pijerío español se decantó por las camisas azules y las boinas rojas falangistas, muy pronto se dieron cuenta de que su clase social no perdería los privilegios que tenía y viraron hacia una derecha conservadora dejando la parafernalia facha y la imaginería franquista para los más descerebrados.

Es necesario puntualizar que la base ideológica de estos individuos ha sido imbuida por antiguos combatientes de la Guerra Civil española que, durante muchos años habían disfrutado de privilegios por el hecho de haber conseguido la victoria en el golpe de Estado. Esta posición mimada por el régimen hizo que, muchos de los que nunca habían sido nada antes de la guerra, pudieran mirar por encima de hombro a los demás desde un lugar de superioridad. Alféreces provisionales, excombatientes, guardias forestales y alguaciles, con la llegada de la democracia, se veían de pronto con el culo al aire, unos desposeídos de poder y los otros “rebajados” al rango de funcionarios del Estado, y protestaban echando veneno por la boca al igual que estaban haciendo los políticos de izquierdas que llegaban del exilio; este veneno llegado de la izquierda y la derecha ha sido el que no nos ha permitido enterrar a nuestros muertos y empezar una convivencia normal en un país que, por causa de estos rencores, todavía no ha cerrado sus heridas y sigue dividida entre rojos y nacionales a pesar de que la guerra civil finalizara hace más de siete décadas. Otros países, en concreto muchos de los que participaron en la Segunda Guerra Mundial que finalizó más tarde, no sólo han pasado página sino que, además, hace décadas que colaboran y trabajan juntos.

En España, el grupo de los nacionales, que en realidad son nacionalistas de derechas y nacional-socialistas en sus ya trasnochadas doctrinas, han hecho y siguen haciendo mucho daño a la democracia española que, por mucho que nos quieran contar algunos, todavía está dando sus primeros pasos.

Estos radicales que se levantan por la mañana cantando el “Cara al sol” o el “Prietas las filas”, estos nostálgicos de la dictadura de tiempos pasados, son la única excusa que tienen los independentistas para aplicar su único argumento de defensa: El “¡pues anda que tú!”. Y el fondo ideológico de este argumento no es otro que el heredado de los excombatientes de ambos bandos que se han pasado mil veces por los hocicos Guernica y Paracuellos sin tratar de ser racionales, al menos por una sola vez en la historia reciente, y enterrar los errores cometidos por ambos bandos durante la contienda a pesar de que ahora traten de poner en pie una memoria histórica que, como siempre, va a ser parcial.

Si hago alusión a la parcialidad es porque ahora tratan, según los promotores de la idea, de compensar los agravios sufridos por los excombatientes perdedores y sus familias en los años del régimen franquista y de devolverles la dignidad que les arrebataron; pero olvidan que no están siendo tan justos como pretenden ya que, si los reportajes de la televisión estatal se llenan de vez en cuando con rostros de los voluntarios extranjeros que combatieron en las filas de las Brigadas Internacionales a favor de la República española, ambos bandos, tanto la izquierda progresista como la derechona reaccionaria, han olvidado a la gran multitud de soldados venidos del norte de África que, a su manera, también dieron su vida por un país sin importar los colores de la bandera a la que servían.

Es una vergüenza nacional que se hagan distinciones a la hora de repartir dignidad y pagar prebendas porque, cuando se solicitaron las pensiones para los excombatientes de la Guerra Civil, este numeroso grupo que vino a España para pelear por una idea que creían justa, al igual que los de las Brigadas Internacionales, siendo remunerados ambos grupos, los del Magreb quedaran marginados, como lo habían estado durante tantos años bajo la férula del general Franco, porque, desgraciadamente para ellos, habían peleado en el bando que ya no llevaba las riendas del gobierno y no tenían derecho a nada a pesar de ostentar el título de ex-combatientes.

Volviendo al nacionalismo de extrema derecha, los que han heredado las teorías del resentimiento, quienes no han podido superar el paso de la dictadura a la democracia, y no soportan que los perdedores de una guerra que tuvo lugar casi ochenta años atrás estén en el poder, derivan hacia ideas que se pueden adjetivar de filonazis sin ningún tipo de reservas; pero no tenemos que dejar a un lado un grupo, reducido sí pero muy activo, que está fanatizado a causa de la deformación de la Historia que durante casi cuarenta años se impuso como una verdad incontestable.

Efectivamente, la asignatura que se dio en llamar “Formación del Espíritu Nacional”, impartida por falangistas, excombatientes y voluntarios de la División Azul, aunada a la salvaje corrección sufrida por los hechos históricos a manos de los “zurcidores” a sueldo del régimen franquista, hicieron de algunos españoles fanáticos defensores de las ideas sostenidas por el gobierno de aquella España que nadaba en un mar de felicidad tan falso como el de la Cuba de Fidel.

Esos españoles se tragaron sin pestañear toda la propaganda gubernamental de aquel entonces y, sin tratar de razonar ni de entender, dieron por buenos todos y cada uno de los postulados del Movimiento Nacional y, aunque les pese a muchos, desde mucho antes de la muerte de Franco ya estaban en contra de cualquier gobierno que llegase después de aquel menudo “Caudillo de España por la Gracia de Dios”; fueron esta casta de crédulos lo que transmitieron a las generaciones jóvenes su total cerrazón a cualquier cambio y su fanatismo.

Por si todo esto fuera poco, en las prietas filas de los “nuevos patriotas”, de los que aúllan que España es todavía “unagrandeylibre” se han ido enquistando muchos elementos violentos que aprovechan las ideas radicales de sus líderes para dar rienda suelta al racismo, la xenofobia y otras destacadas “virtudes sociales” por el estilo.

Estos elementos, que de no encontrar asilo en la extrema derecha se hubieran alistado a la extrema izquierda radical para poder llevar a cabo sus deseos violentos, nadan en un caldo de cultivo profundamente antisocial en el que se defiende la tesis de que un nuevo Hitler, solución final incluida, sería necesario para arreglar todos los problemas de España.

La parafernalia paramilitar, el exceso de simbología y, sobre todo, la inclinación a la violencia hacen de este colectivo uno de los más potencialmente peligrosos dentro de la sociedad. El uso indiscriminado de banderas preconstitucionales, las consignas heredadas del período anterior a la Guerra Civil, salvo por su inclinación política, no se diferencian en nada de la actitud que está siendo esgrimida por los nacionalismos extremistas de corte separatista o independentista.

Y es que en este país, mientras se deplora la actitud de los nacionalistas de extrema derecha, los movimientos radicales independentistas disfrutan de amplia libertad de acción sin que nadie tenga los cojones suficientes para poner las cosas en su sitio, ni de llamar a las cosas por su verdadero nombre; y lo peor es que entre unos y otros, han convertido los símbolos identificativos de España en una especie de postales de inspiración fascista que nada tienen que ver con lo que significa un himno nacional o lo que representa una bandera para los ciudadanos de un país normal.

A veces veo con cierta envidia el respeto con el que, en otros países tan bordes y cenutrios como el nuestro, se ponen en pie al escuchar su himno nacional y respetan su enseña mientras que en España, incluso fuera de los círculos independentistas de corte radical, parece darnos vergüenza mostrar al menos una mínima compostura ante los símbolos que debían de identificar a todos los españoles.

Esta negación de símbolos nos ha llevado al extremo de que, ante nuestras narices, nos han escamoteado cuarenta años de vida y de historia al tiempo que han tratado de idealizar los años anteriores al inicio de la guerra civil española.

La extrema gilipollez de los que siguen en el limbo de un centro que no existe y el radicalismo de ambos extremos de la política española, han demonizado ciertos tipos de música, marginando algunos eventos culturales, convirtiéndolos en algo indefinido, para-cultural, que ya no es políticamente correcto para quienes imponen sus ideas artísticas; por ejemplo el cante flamenco, la copla, el teatro clásico español y todo el cine que no haga de los republicanos unos héroes o unos mártires, han pasado a ser símbolos fascistas por lo que, a base de grandes dosis de intolerancia cerril, han acabado con una parte de nuestra cultura.

Los mismos que se han ocupado de esta tarea, se han empeñado en contarnos una película, retocada con una especie de Photo-Shop político, en la que antes de 1936 se vivía en un paraíso del proletariado que, de no existir el golpe de Estado de Franco, hubiera llevado a España a la modernidad ¡Y una mierda, caballeros! En la República se vivía con tanta o más estrechez que en la posguerra y hubo tantos aciertos y fallos en aquel tiempo como los hubo después de la guerra; pero esta actitud falaz no es nueva puesto que, durante el franquismo, se empeñaron en adoctrinarnos en sentido contrario por lo que se puede afirmar que los gobiernos posteriores a la tan aireada transición política, utilizan los mismos medios de propaganda que usaron los seguidores de Franco.

En ningún momento pretendo decir que en la República todo era malo, nada más lejos de mi intención; pero sí afirmo, le duela a quien le duela, que más de un poeta, filósofo o escritor mediocre, ha pasado a la historia por el simple hecho de ser republicano, sin estar en posesión de las cualidades literarias que le harían merecedor de estar a la cabeza de los intelectuales de la época. Del mismo modo afirmo que, por igual razón, muchos intelectuales de la época franquista han pasado al olvido por el hecho de que sus obras no estaban comprometidas con las ideas de izquierdas.

En este país de fariseos, tránsfugas y chaquetas reversibles (por la cantidad de estas prendas que se ven a diario en la calle parece que las venden en un “todo a cien”, justo en el mismo estante que se pueden adquirir la conciencia de algunos políticos que están de moda y la ética de algunos alcaldes y concejales de urbanismo) se han perdido prácticamente todas las oportunidades que la Historia nos ha dado para escribir un relato fiel de los hechos acaecidos en el pasado, algo neutral, sin tomar partido hacia uno u otro bando porque, si en tiempos de Franco sus adláteres se encargaron de censurar todo aquello que no convenía a sus intereses, tras la muerte del dictador, los que han llegado han hecho lo mismo así que, si hablamos de censura, las izquierdas y las derechas, los rojos y los nacionales, los “carcas” y los “progres” tienen mucho por lo que callar y más todavía por lo que avergonzarse.

Aunque no es sólo la censura sino que, ahora, a setenta años del final de la contienda que desangró a este país, quienes ostentan el poder se empeñan en reabrir viejas heridas con una ley de memoria histórica que no ampara a todos por igual, lo que ha producido un malestar evidente en una parte de la sociedad actual.

Por simple sentido común, una ley de memoria histórica debe amparar a los “desaparecidos” por ambos bandos ya que, los testimonios de quienes vivieron en aquellos años lo afirman, los “paseos” para fusilar en las tapias del cementerios eran de uso común tanto en las filas de los rojos como en la de los llamados nacionales; Se supone, según los razonamientos (?) de nuestros mandatarios, que las víctimas de los rojos, muy pocas según sus cuentas, ya fueron reivindicadas durante los años del franquismo por lo que, ahora, está fuera de lugar incluirlos en esta ley. Pregunto: ¿Y los de las fosas comunes?, ¿y los que han aparecido juntos enterrados?

Pero si todo esto les parece surrealista, no se pierdan el contraataque de la extrema derecha ya que, los que se llaman a sí mismos herederos de los valores de España, los que alardean de ser hijos ideológicos de aquellos que siguieron a Franco en su aventura del golpe de Estado, y por ende de quienes ordenaron sin que les temblara el pulso fusilamientos, firmaron condenas a muerte y practicaron numerosas “desapariciones” y adjudicaciones de niños rojos huérfanos a familias que vivían de acuerdo a las ideas franquistas, han ido mucho más allá de lo que se les creía capaces y han denunciado al juez que ha cometido la osadía de investigar aquellos crímenes.

Está muy claro que en un sistema democrático todo el mundo tiene el derecho de presentar ante un juez las denuncias que considere oportunas y que, la Justicia, no debe distinguir cargos ni personas. Por lo tanto, el que un grupo político denuncie a un juez por que ellos creen que ha cometido prevaricación, es algo totalmente normal; lo que ya no lo es tanto es que ese grupo represente a quienes cometieron en su día los crímenes que investiga el juez denunciado. Es como si los representantes de quienes ordenaron las desapariciones y las caravanas de la muerte, denunciasen a los investigadores de aquellos hechos ¡Los pájaros disparando a las escopetas! ¡Con un par, sí señor!; lo peor del caso no es que la denuncia se haya admitido a trámite sino que un juez instructor, haya procesado a su colega por haber hecho la investigación de unos crímenes que, según la legislación internacional, no han prescrito.

Ya he dicho que la ley de memoria histórica, con privilegios para uno solo de los bandos contendientes, me parece una solemne barbaridad porque, puestos a investigar crímenes de lesa humanidad, habría que hacerlo sin distinción de ideología ni de afiliación; pero de ahí a que se entorpezca la labor de la Justicia, a la hora de esclarecer los delitos cometidos, va un trecho muy largo. Creo sinceramente que, en un sistema demócrata, hay otros modos de hacer las cosas y otras vías de protestar ante lo que nos parece injusto o ridículo.

Volviendo al tema, si la minoría del nacionalismo de la derechona reaccionaria es una de las lacras con la que tenemos que cargar los españoles nos guste o no, sobre todo por apoyar con sus actos las teorías de los independentistas y su supuesto victimismo, los que se empecinan en defender los separatismos, los radicales que no atienden a razones por haber sido víctimas de la desaforada avaricia de sus políticos, tampoco tienen nada que envidiar a los de la derecha más rancia.

Una vez que he dejado claro que el nacionalismo es un lastre para la democracia, venga del ala política que venga, es la hora de ponernos al día sobre las falacias de quienes presumen de una historia y unas raíces que, en el fondo y en la forma, son tan falsas como pretenciosas.

Partamos de la base cierta que ni todos los catalanes piensan con el mismo radicalismo del conspicuo José Luis Carod Rovira y por supuesto los “nois” que le secundan, ni que todos los vascos apoyan incondicionalmente a los mafiosos, asesinos, drogadictos y “valientes” pertenecientes a la banda terrorista y mafiosa conocida bajo las siglas E.T.A, que se mean de miedo cuando son detenidos.

Seguro que habrán pensado: ¡Ya estamos otra vez con que los nacionalismos son una invención! Pues sí, digo yo, ¡algunos nacionalismos son una mentira histórica!, una farsa que a fuerza de ser repetida ha calado en algunos cerebros poco dotados como si fuera una verdad incontestable que no se puede rebatir.

Para que no haya malos entendidos quiero dejar bien sentado desde el primer momento que soy claro partidario de las Comunidades autónomas, incluso de un Federalismo. Me cae bien Juan Carlos I, con muchas reservas, pero no soy en ningún caso monárquico porque no creo que un cargo político pueda ser hereditario y, mucho menos, tener origen divino.

Por lo dicho, me declaro culpable de poner en conocimiento ante quien corresponda que, el mismo día en que Juan Carlos abdique o pase a mejor vida, declararé rotas las relaciones entre los Borbones y este servidor, de manera unilateral. Don Felipe de Borbón, por mi parte, puede irse a disfrutar de su herencia o a buscar curro como hacemos todos los españolitos de a pie porque lo hemos tratado como a un hijo manteniéndole y pagándole los estudios, además de que ya va siendo hora de que se vaya de casa y empiece a vivir por su cuenta; de todos modos, las infantas Elena y Cristina ya se benefician de buenos trabajos, Letizia puede volver a TVE y, a partir de ahí, que cada cual mantenga a su camada como hace todo hijo de vecino.

Por otra parte, ni me relaciono con conservadores ni con gentes de izquierda porque no estoy de acuerdo con lo que, a diario, hacen los políticos profesionales que encabezan los partidos mayoritarios ni con las opiniones de quienes aspiran a serlo. No he pertenecido nunca a la derecha rancia, ni a la izquierda que salva patrias, ni a la Falange ni al partido Comunista y, por si acaso, jamás me he sindicado por lo que las opiniones sobre los nacionalismos independentistas son personales y sin ninguna clase de inclinación hacia una u otra facción en el poder. Una vez que he dejado diáfano mi sentir político, voy al tema de los nacionalismos radicales.

Desde hace algunas décadas, gente que tiene más cara que espalda, pretende que España, como nación, es un ente opresor, un Estado pérfido y torturador, porque sigue manteniendo anexionados “por la fuerza” y echando mano de persecuciones y otras perversiones algunos territorios que históricamente nunca le han pertenecido ¡Sí señor! ¡Esta es la verdad de los nacionalistas radicales! ¡Con dos cojones!

Si los gobiernos que se han sucedido tras la muerte del dictador están interesados en seguir el juego de los que tienen una losa de cemento armado por jeta, me parece muy bien; pero esa actitud cobarde de los políticos que aceptan en trueque la realidad histórica por la tranquilidad de gobernar sin oposición, me parece una falta de respeto y un atropello a la razón como dejó sentado el gran Enrique Santos Discépolo en su tango Cambalache.

De cualquier manera no sé qué miedo tienen nuestros políticos a que se haga una consulta popular en los territorios que quieran saber si los ciudadanos desean la independencia o no; por mi parte, deberían llevarse a cabo los referendos necesarios siempre y cuando todas las personas pudiesen votar en plena libertad y, por supuesto, sin las presiones de grupos terroristas o chantajistas.

Personalmente, no estoy seguro de que los vecinos de las respectivas comunidades autónomas que de manera “oficial” proclaman sus deseos de independencia, si supieran la verdad de lo que les espera tras las votaciones, optarían por serlo; pero les han vendido la burra de que podrían vivir muy bien con todos los impuestos que les roba España, o el Estado, según quien hable, y están convencidos de que la independencia sería una maravilla plagada de perros atados con longanizas, txistorra o butifarra, según cada caso.

Estos soñadores, que viven en una utopía rosada por la que sólo transitan los Teletubbies y dos o tres pastilleros de buen rollo y tal, parecen olvidar que gran parte de estos impuestos se generan de las ventas que sus empresas hacen en España y, por si fuera poco, en firmas de capital español, compañías que, por añadidura, han sido primadas por todos los gobiernos de la España post-constitucional dispuestos a hacer lo que sea necesario para facilitar la inversión en las comunidades que desean independizarse, buscando el apoyo de los políticos que representan a esas comunidades y, de ese modo, pasar tranquilamente sin demasiados problemas por encima del partido opositor con una falsa mayoría.

Aunque parezca mentira, esta manera de “comprar” votos y adhesiones no es nueva ya que, en los tiempos del franquismo, también para comprar voluntades, el gobierno de la época hizo un gran número de inversiones tanto en Cataluña como en el País Vasco, con una cuantía muy superior a la media de lo que se daba a otras regiones españolas. De cualquier modo, vista la manera que tienen algunas Comunidades Autónomas de administrar sus recursos económicos, no sé yo si los recién independizados harían carrera con los políticos que les han tocado en suerte. Veamos algunos ejemplos de lo que afirmo.

Estudiando algunos de los datos económicos pertenecientes a los años comprendidos entre 2003 y 2005, podemos observar que en lo concerniente a las inversiones en el apartado de Educación, Cataluña es la cuarta Comunidad Autónoma de España que menos dinero destina por estudiante activo en sus aulas, o sea que hace el número cuatro empezando a contar por el colista de esta clasificación. Si el gasto medio nacional calculado por educando es de 2900 euros, en Cataluña se invierten 400 euros menos, es decir, 2500, haciendo de este modo que haya trece Comunidades Autónomas en el Estado Español que invierten más que Cataluña.

El salario del que fue honorable presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, don Pascual Maragall, era en aquellos años de 150.000 euros anuales mientras que los Consejeros de la Generalidad devengaban un sueldo de 111.000 euros mientras que la media de los presidentes Autonómicos del resto de España era de 75.000 euros y el salario del presidente del gobierno de España era de 84.000 euros.

En el capítulo de la inversión en Sanidad y Seguridad Social, Cataluña baja un puesto con respecto a la clasificación anterior y ocupa el tercer lugar por la cola, invirtiendo cincuenta euros menos per cápita que la media nacional. Por si todos estos datos les parecen irrelevantes, además la Generalidad de Cataluña era en ese momento el Gobierno Autonómico más endeudado de toda España y, sin embargo, todavía se permitían ciertos lujos que no estaban al alcance de muchos ciudadanos. Por poner algún ejemplo, el Viaje del señor Maragall a Uruguay en plena crisis del barrio del Carmelo en 2004 costó la cantidad de 83.000 euros en sólo cinco días; el de Maragall y Carod a Israel, Palestina y Jordania en 2005 supuso para las arcas catalanas un desembolso de 107.000 en tres días.

El descubierto de la Generalidad de Cataluña sumaba en aquellos años un total de 13.000 millones de euros y el Ministerio de Economía del Estado Español consideraba en aquellos años que la institución catalana estaba sobre-financiada desde el Estado central en una cantidad superior a los 1.472 millones de euros.

Vistas las inversiones y la deuda del Gobierno Autónomo catalán durante aquellos años, que todavía continúa a día de hoy, surge una pregunta: ¿En qué se gastan el dinero sus señorías? Aportaremos algunos datos.

El día 26 de Marzo de 2004, en la Asamblea de la FIRS (Federation International of Roller Sports) la Generalidad de Cataluña ofreció la cantidad de 400.000 euros a la Federación Internacional de Hockey sobre Patines, y la organización por cuenta de las arcas autonómicas catalanas de unos Juegos Mundiales de Patinaje en Barcelona el año 2009, a cambio de escindir el patinaje catalán del español en las competiciones internacionales que se celebrasen a partir de aquel momento.

Pero a pesar del aparente interés que se toma el gobierno de Cataluña por sus representaciones deportivas, el día 10 de Diciembre del mismo año, los mejores atletas catalanes del momento denunciaron la falta de interés demostrada por la Generalidad de Cataluña a la hora de potenciar el deporte catalán, con subvenciones, becas y ayudas a los deportistas, en una carta abierta firmada por algunos de los más conocidos, en la que se planteaban renunciar a ser los representantes de Cataluña en todas las competiciones internacionales y nacionales.

Sin embargo sólo en el mes de Junio del año 2005, la Presidencia de la Generalidad dedicó una cantidad que sobrepasaba los 600.000 euros para subvencionar algunas de las actividades de diferentes organizaciones pan-catalanistas que tienen sus bases en Francia, Aragón y Valencia, fomentando actos como el celebrado a favor de la escisión de la franja catalanoparlante situada al este de Aragón y su inclusión en los Países Catalanes.

El año 2003, se invirtieron en subvenciones, contratos y suscripciones, 39 millones de euros a sólo una parte de la prensa catalana, al tiempo que se destinaban 14 millones de euros para publicidad institucional. Por dar unos ejemplos, el diario La Vanguardia recibió 12.500.000 euros en concepto de subvenciones. En el mes de Mayo del 2004, el Consejo Ejecutivo de la Generalidad, aprobó otra entrega de 2 millones de euros al diario Avui para evitar que cerrase y, ya en 2004, la Generalidad tuvo que comprar el 20% de las acciones de dicho diario. El departamento de Cultura de la Generalidad, adquiere, de cada libro publicado en catalán, entre 150 y 300 ejemplares y las instituciones regionales compraron 375.000 ejemplares en catalán de 1.484 títulos publicados por valor de 2.000.000 de euros; la compra pública de libros en lengua catalana alcanza una cifra de 3.400.000 euros pero, a mediados de 2004, más de la mitad de esos libros no habían salido de los almacenes.

¿De veras creen que con estas inversiones y esta manera de administrar el dinero público van a poder sufragar los gastos que conlleva un ejército, aviación, fuerzas de seguridad, comunicaciones por tren y otras zarandajas por el estilo una vez independizados del estado?

¡Ah! Lo que sucede es que ellos son muy pacifistas, muy modernos y progres, y no van a necesitar un ejército que les proteja ni una aviación que cuide su espacio aéreo; en ese caso, se lo puedo asegurar, les faltan dos telediarios para convertirse en paso libre para narcotraficantes y mafiosos de todo tipo; además de que corren el gran riesgo de convertirse en un paraíso en el que los agentes de Información, oportunistas y otras hierbas amargas del submundo arreglen cuentas y ejerzan su oficio sin ningún tipo de restricciones.

Por otra parte a lo mejor esperan cobrar dinero a RENFE por permitir que los trenes lleguen a sus capitales respectivas o a Iberia por permitir el aterrizaje a los aviones en los que desde ese momento serán SUS aeropuertos aunque los hayamos financiado entre todos los españoles; la verdad es que, vista la trayectoria de la RENFE, pueden ir comprando locomotoras porque, material español, no van a ver... a menos que algunos ejecutivos de RENFE decidan aprender un idioma que desconocen para ir a vivir en una ciudad cuyo símbolo más moderno no es sin razones un edificio al que llaman “el consolador”.

Que se vayan olvidando en Cataluña de vagones nuevos para el servicio de cercanías cada vez que consideren que los que utilizan no son lo suficientemente bonitos, modernos o al uso de las metrópolis europeas porque, desde el momento en que tengan una independencia, se lo van a tener que pagar ellos con los recursos aportados por sus ciudadanos. Pero, dejando a un lado motivos económicos, si piensan que el tener políticos de su mismo origen les va a sacar las patas del barro, ¡van listos!; eso sí, tendrán la recompensa moral (?) de que les van a mentir y a estafar en su propia lengua.

Pero si en el caso catalán la administración autonómica tiene esos agujeros tan enormes como los que acabamos de citar, en el caso vasco, por no hablar siempre del mismo lugar geográfico y por citar a otra de las “nacionalidades históricas” que no cesan de reivindicar su voluntad de separarse de España, el boquete económico ha terminado por institucionalizarse de una manera verdaderamente increíble, ante la mirada pánfila de los diversos gobernantes españoles que han ocupado las habitaciones de La Moncloa después de que se produjeran las primeras elecciones libres tras el periodo de oscurantismo franquista, mientras que otras Comunidades Autónomas, se ven en la obligación de mendigar y pactar, incluso haciendo rebajas y concesiones, para que el gobierno central les pague la deuda histórica que, por ley, les pertenece.

Empezaré afirmando que, en realidad, no vivimos en un estado de Autonomías sino en un verdadero Estado Federal y, en el caso del País vasco, aún más puesto que su gobierno tiene algunas competencias, sobre todo administrativas y en el terreno económico, que van mucho más allá de lo que se puede considerar un federalismo. El hecho de que este gobierno autónomo esté capacitado para disponer el destino de todos los impuestos que recauda en el territorio que dirige, el que pueda administrar esta gran cantidad de dinero de manera autónoma y pagar después al Estado central sólo una pequeña parte de esa recaudación, en concepto, entre otros, de la defensa militar y diplomática que se hace de su territorio, convierte al País Vasco en un caso único en Europa, y en el mundo, en lo que respecta a la autofinanciación.

La “presión impositiva efectiva global” está calculada un poco por debajo del resto de las Comunidades Autonómicas de España puesto que, por alguna extraña razón que ninguno de los interesados en el tema terminamos de entender, el Gobierno Vasco es el que determina de manera unilateral la contribución que considera, según sus propios baremos, que debe pagar por los servicios que el mismo Estado Español presta en la Comunidad Autónoma Vasca, sin tener necesidad alguna de llegar a un consenso, necesario para fijar la cuantía de la deuda, ni con el Estado Central ni con las autoridades económicas del Estado español.

En los más prestigiosos foros económicos internacionales se considera que esta contribución marcada por los dirigentes del País Vasco está seriamente infravalorada en una cifra cercana a los 2.000 millones de euros en detrimento de lo que debería ingresar el Estado Español; esto en razón a cálculos hechos con bastante optimismo.

Esta situación tan particular, genera unos especiales privilegios económicos para la Comunidad Autónoma Vasca, al tiempo que crea un escenario de mayorazgo que sin duda quebranta el principio de igualdad establecido en la Constitución Española porque, de este modo, los recursos autonómicos per cápita en el País Vasco son un 60% más altos que la media de las Autonomías españolas. Veamos la siguiente tabla.

Cálculo del importe a pagar al estado español en millones de €

1 Presupuesto del estado español. Gastos 188,417

2 Cargas asumidas por la administración del País Vasco 102,665

3 = (1– 2) Cargas no asumidas 85,752

4 Coeficiente de imputación (6,24%) 6.24%

5 = (3 x 4) Cupo 5,351

6 Ajustes y compensaciones Otros (Tributos no concertados, ingresos no tributarios, etc. -1,153 Déficit Presupuestario -2,550 - 3,703

7 = (5 – 4) Cupo Líquido 1,648

8 Otros ajustes -83

9 = (7 – 8) Líquido a pagar 1,565

Infravaloración 2.138

La Comunidad Autónoma Vasca, como se habrá observado, debería pagar al Estado la cantidad de 5.351.000.000 de euros y, sin embargo, sólo aporta a España 1.565.000.000 euros, ya que según los cálculos del Gobierno Vasco, en el sentido más literal y tendencioso, ellos adquieren servicios que luego no dan a sus ciudadanos. Este cálculo que puede esconder ayudas financieras especiales por parte del Estado español, y los pagos menores de otros sistemas tributarios, permiten que casi todos los ciudadanos de esa Comunidad puedan tener un poder adquisitivo muy superior a la media española.

La conclusión más extendida entre todos los economistas europeos, fuera del País Vasco por supuesto, es que debe corregirse el cálculo del cupo porque “la valoración del coste de las competencias comunes no se está haciendo de la forma correcta”. Los abogados de la Unión Europea, en los procesos judiciales abiertos, siempre aluden a la infravaloración de los gastos generados por los servicios prestados por el Estado español al País Vasco. Dicen que se aporta “mucho menos de lo que debería si el Cupo estuviera bien calculado”.

Pero, antes de aceptar este poder omnímodo del que disfrutan estas comunidades debemos preguntarnos si la historia realmente apoya sus tesis y el derecho de pernada que aún ejercen hoy en día. ¿Cuándo nacen realmente los llamados nacionalismos radicales en este país?

Los nacionalismos independentistas, que desde hace algún tiempo se han dado en llamar históricos con gran despliegue de pompa y boato, tienen su origen político a finales del siglo XIX en el caso vasco y a finales del primer tercio del mismo siglo en el caso catalán, que desarrollaré más adelante, y por la misma época el valenciano, estos movimientos se han desempaquetado realmente como ideas políticas a principios del siglo XX como reconocen todos los estudiosos del tema, aunque hay otros movimientos independentistas, regionalistas y nacionalistas en España, algunos tan antiguos como el de los cantones, que se alzó contra el gobierno español, situando uno de ellos su capital en Cartagena.

Entiendo que la gente se sienta orgullosa de su lugar de origen; pero nacer en un lugar significa aceptar lo bueno y lo malo que hayan hecho nuestros antepasados y no sólo airear lo más brillante tratando de esconder los trapos sucios. Que se enteren de una vez que aquí no hay, según nuestra trayectoria nacional, ciudadanos de primera y de segunda, ni unas víctimas más mártires que otras porque, en el caso de protestar por raíces históricas, todos tenemos algo de lo que envanecernos. La verdad es que uno no puede elegir dónde va a nacer aunque, puestos a sacar pecho en el asunto del paletismo local disfrazado de nacionalismo secular, o por el orgullo de haber nacido en algún lugar en especial, yo también tengo razones para estar orgulloso y, sin embargo, no ando abriendo la bocaza a cada paso, ni dando la paliza con que los romanos destrozaron a los Suessetanos, arrasaron Corbio, o si tenemos unas u otras características raciales diferentes. Y en cuanto a la Historia, al valor de nuestras gentes, mientras los vascos y los catalanes, salvo Gerona, corrían a obedecer las órdenes de los invasores, en Zaragoza se aguantaron dos sitios realizados por el mejor ejército de la época, el de Napoleón, y en la comarca de las Cinco Villas, de donde soy originario, corría por la misma época Mina el joven, desde Tudela hasta Ejea de los Caballeros, haciéndoselas pasar muy putas a los soldados gabachos.

Por lo demás, nosotros, los que estamos condenados a ser ciudadanos de segunda categoría en nuestro propio país, también hemos tenido que sufrir los sucios desplantes y las persecuciones de los gobiernos que se han ido sucediendo a lo largo de la Historia desde los romanos hasta Franco, pasando por Isabel la Católica, las dos repúblicas, la dicta-blanda de Primo de Rivera, la dicta-dura de Franco y el ostracismo al que estamos sometidos por los gobiernos de España después de la muerte del general nacido en El Ferrol.

En cuanto a personajes históricos, además de los muchos que aparecen en las enciclopedias y los libros de texto, mis paisanos, mis antepasados, como todos los españoles de todas las épocas, han luchado en guerras, guerritas, batallas y escaramuzas desde la caída de Corbio hasta la guerra civil, pasando por los enfrentamientos con los musulmanes, la pelea contra el Estado representado por el duque don Juan de Austria, la guerra de la Independencia, Carabobo, Cuba, Filipinas, la Guerra de África y la guerra Civil; sólo a unos tontos del haba se les puede ocurrir el sectorizar errores y heroicidades que al final hemos perpetrado entre todos, como la historia lo demuestra, y hacer rayas en el suelo para marcar diferencias e ir por el mundo de víctimas de un Estado que nos ha dado por culo a todos los nacidos en España desde el principio de la Historia.

Así que, menos lobos porque, si nos ponemos a marcar paquete, todos tenemos algo que enseñar; lo que no es de recibo es que por un lado algunos se metan un calcetín de lana bajo el calzoncillo para presumir de lo que no tienen, mientras por el otro lado salen llorando para quejarse ante las Altas Instancias Internacionales de que los están sodomizando. Que me perdonen si quieren pero eso es de nenazas.

Para profundizar en esta historia de los independentismos radicales, voy a referirme exclusivamente a los nacionalismos, vasco y catalán, nacionalismos mal llamados históricos, por ser los que están machacándonos a diario con premisas falsas y, aunque escueza, hay que tratar de desenmascarar a los oportunistas de la política que se dedican a zurcir la historia, a reacomodar los sucesos hasta que aparezcan de la manera que ellos creen más conveniente para sus fines; y además, no contentos con este desmán, aún se atreven a coaccionar a todos los ciudadanos del Estado amenazando de que, si algo no sale como ellos quieren, habrán de hacerlo de todos modos a pesar del dictamen de los Jueces.

Por no dejar solos a vascos y catalanes, y por hacer alusión a una Comunidad Autónoma de la que algunos iluminados exigen fundar una nueva nación con todo lo que ello implica, creo justo empezar con Aragón, lugar en el que nací y actualmente resido que, a pesar de ser uno de los territorios que no disfruta de plena autonomía, fue uno de las pocos que gozó de un autogobierno de verdad, hasta tal punto, que fue un reino; pero por causa de la nefasta gestión de algunos políticos que un día fueron elegidos para representar a mis paisanos, ha perdido el tren autonómico en el que viajan los ciudadanos españoles de primera categoría, quedando reducido a un territorio sumiso a las veleidades del gobierno central .

Como iba diciendo con respecto a los que deseaban hacer un país, estos recién despertados a la supuesta independencia aragonesa claman a voz en cuello sus justos deseos de formar una “nación” aragonesa, se llenan la boca de expresiones de las que a menudo desconocen el significado y planifican las instituciones de la nueva nación, “nazión” es como escriben ellos dejando bien a las claras sus principios nazi-onales, tratando incluso de instaurar una lengua vehicular común, idioma dicen ellos, inventándola a base de localismos y palabras castellanas deformadas por la mala pronunciación del vulgo, del que se burlaban hasta hace muy poco tiempo llamando paleto a quien exhibiese en su hablar diario un acento genuinamente aragonés.

Esta caterva de insensatos parecen olvidar, o quieren hacerlo, que el núcleo de este reino de Aragón se creó en el norte de la provincia de Huesca y tiene su punto de partida en un condado de origen franco que luego siguió anexionado a la corona de Navarra hasta bien entrado el siglo XI; es decir que, si todos midieran por los mismos raseros que ellos, sacando los sucesos antiguos como excusa, Navarra o Francia podían pedir la anexión de los territorios aragoneses echando mano de la misma historia que a ellos les sirve como base para reclamar su nazi-onalidad.

Dejemos a un lado esta parafernalia ridícula que pretende desmembrar un territorio, en aras de retomar una nación extinguida por la propia desidia de los nuestros, cuando en todo el mundo civilizado tratan de unirse, de hacer causa común a pesar de las diferencias, para ser más fuertes y más grandes, porque me parece un anacronismo; si dejamos solos a estos iluminados del “nazi-onalismo”, vamos a volver al siglo XIX y crearemos una comunidad parecida a la de los Amish de Estados Unidos, pero con cachirulo atado en la cabeza en lugar de los sombreros de ala ancha. Sigamos con los nacionalismos radicales.

Como es preciso empezar por una de las dos comunidades que desean su independencia, creo que es normal comenzar por aquella en cuyo nombre se mata, el País Vasco, por ser en la que, si hacemos caso a lo que dicen sus representantes legítimos, tienen más razones que nadie para pedir la total independencia de España, este país que según algunos tanto daño les ha hecho a estos “pobres vascos que sufren lo indecible bajo el yugo español, la represión indiscriminada, la tortura y el racismo contra los que, según ellos, son la raza más hermosa y noble del mundo mundial”.

Si repasamos los anales de este supuesto “histórico” País Vasco, podremos descubrir sin demasiado esfuerzo que a lo largo de la historia esos territorios casi siempre han sido conocidos como las provincias Vascongadas, encontramos algunos detalles interesantes que pueden esclarecer un poco la trayectoria “históricamente independiente” de este pueblo tan “injustamente maltratado” y “aviesamente sojuzgado” por una nación tan dictatorial como lo es la España actual.

Con libros en la mano, incluso franceses e ingleses para que no haya dudas ni se me acuse de ser tendencioso en este tema que para muchos se ha convertido en tabú, cuando no es anatema, tenemos claro que hasta la edad media, Autrigones, Caristios, Várdulos, Berones y Vascones ocuparon el territorio pero no vamos a detenernos en ellos sino en la “ocupación” de las provincias Vascongadas por parte de la nación española.

En la Edad Media Álava decidió de motu propio integrarse a Castilla y adoptar de forma voluntaria sus leyes, aunque conservó casi todos sus fueros. Por su parte, Guipúzcoa, se había integrado discrecionalmente a la corona de Castilla en el año 1200 y Navarra era, como todos saben, un reino independiente así que, en honor a la verdad, sólo Vizcaya permaneció “independiente”. Pensemos; dado que tanto Álava como Guipúzcoa habían buscado de manera potestativa la adhesión a la corona de Castilla, y Navarra era un reino separado de los demás territorios que ahora aparecen en reclamación, ¿dónde está la supuesta invasión por parte de España?, y lo que es mucho más intrigante, ¿dónde nace esta corriente de nacionalismo vasco radical que ha conducido al asesinato de más de un millar de personas?

La respuesta creo que la conocemos todos aquellos que no tragamos todo cuanto nos quieren dar por la fuerza y buscamos respuestas por nuestra cuenta sin creernos lo que dicen unos ni los otros.

El nacionalismo vasco nació en Vizcaya de la mano de un profesor de vascuence, reciclado en político, que se llamó Sabino Arana que, como verán en estas páginas, por sus escritos, en realidad no hablaba de la independencia del País Vasco sino de “SU Bizkaia”.

Pero ¿quién era este personaje? Pasen y vean.

Sabino Policarpo Arana Goiri, fundador del Partido Nacionalista Vasco, PNV, nació el día 26 de enero de 1865 en Abando, Vizcaya. Murió a los 38 años de edad por causa de la enfermedad de Addison, y fue el octavo hijo de Pascuala de Goiri Atxa y de Santiago de Arana Ansotegui. Vivió exiliado en Francia durante tres años porque su padre había colaborado en el alzamiento carlista de 1872, y estudió durante su exilio en el colegio “San Luis Gonzaga” de Bayona y con un oficial carlista en la localidad de San Juan de Luz.

Tras la muerte de su padre, la familia se traslada a Barcelona donde Sabino Arana se matricula en Derecho y en Filosofía; pero, a pesar de haber sido convertido en un gran erudito por sus modernos seguidores, no terminó ninguna de las dos carreras y, a la muerte de su madre regresa a Vizcaya con 23 años de edad.

Después de haber estudiado el lenguaje éuscaro, que no era su lengua materna, oposita a la cátedra de vascuence del Instituto de Bilbao. Empezó escribiendo artículos sobre los orígenes de la raza vasca que no fueron publicados ya que, en esencia, sólo eran diatribas contra Unamuno. El primer artículo que le fue publicado vio la luz en la “Revista de Vizcaya”; se titulaba: “¿Basco o Vasco?”.

Si en principio Sabino fue carlista, su pensamiento político fue derivando hacia un fuerismo que termina por convertirse en una rara especie de independentismo vizcaíno; en el año 1893, entrega el “Juramento de Larrazábal” a los invitados a una cena en su honor en el que, entre otras cosas, defiende la supuestamente invicta Vizcaya frente a todos los pueblos que la habían rodeado desde los iberos a los franceses pasando por romanos, godos y musulmanes.

En 1893 sabino edita un pasquín llamado “Bizkaitarra” por el que fue denunciado en cuatro ocasiones de las que salió bien librado en tres de ellas aunque, por la cuarta, ingresó en prisión. En agosto de ese mismo año, durante la festividad de San Roque en Guernica, se queman dos banderas españolas, al año siguiente aparece por primera vez la Ikurriña, la bandera vasca diseñada por los hermanos Arana, en el acto de apertura de la sociedad cultural “Euskaldun Batzokija” que contaba con cincuenta miembros fundadores y en 1895 se modifican los estatutos haciendo que dicha sociedad, de clara inclinación política, aparezca como meramente recreativa sin que tenga nada que ver con la revista “Bizkaitarra” lo que, en esencia era una mentira; por esta causa, la sociedad y la revista son cerradas el día12 de septiembre de 1895, aunque dos años más tarde aparece la revista “Baserritarra” que nació con los mismos parámetros y que fue cerrada al igual que su antecesora.

La base política en la que se apoyan las teorías de Sabino Arana, es un catolicismo furibundo de claro corte antiliberal e independentista cuyos ataques siempre van dirigidos a los españoles y a los vascos de inclinaciones españolistas, llegando a defender en sus escritos que si los vascos no fueran todos adeptos a la religión católica, renegaría de su raza. En resumen, que el catolicismo a ultranza de Sabino Arana está más próximo a la visión franquista de la iglesia católica que al ateísmo de la kale-borroka.

En sus afirmaciones, el amigo Sabino Policarpo, enseña con violencia los dientes prestos a un ataque y demuestra su independentismo irracional negando que los españoles pudieran seguir la confesión católica por el simple hecho, para él evidente, de pertenecer los no vascos nacidos en España, a una raza inferior.

Arana se casó con Nicolasa Atxika y en el año 1902 fue encarcelado por intentar enviar un telegrama al presidente de los USA, felicitándole por haber liberado Cuba de la opresión española y, ya en la cárcel, cambia de rumbo y modifica totalmente la estrategia que había seguido hasta ese momento, para intentar acercarse al españolismo, posiblemente al ver los muchos avances conseguidos por la Liga Regionalista Catalana de Cambó, que había moderado sus exigencias logrando el apoyo de sectores que no eran totalmente nacionalistas; pero este proyecto de Sabino Arana Goiri no cuajó y, tras un encarcelamiento por causa de lo que defendía en sus libelos, se exilió en Francia con la identidad de Sylvain de Arbeste para luego regresar a España. Murió en Pedernales, Vizcaya, el día 25 de noviembre de 1903.

Esta es a grandes rasgos la biografía de quien fue el precursor del nacionalismo vasco, el mismo que pone palote a los chicos de la pelea callejera, perdón a los “kale borroka mutillak” a los que espero y confío que muy pronto los jueces los pongan a “salda”.

Sabino fue quien impuso a todos los vascos la bandera del PNV, creada por él y por su hermano, como bandera del País Vasco en general y el nombre de Euskadi para el territorio que ocupan en la actualidad.

Si bien es cierto, y coincido con todos los que eso opinan que, en realidad, Sabino Arana no asesinó a nadie, en cambio sí es culpable de escribir libelos que destilan un odio xenófobo, nazi y enfermizo en cuyos textos fundan su animadversión asesina quienes matan en nombre de una independencia. La famosa figura de la mentira repetida mil veces, utilizada aún hoy en día por gobiernos y facciones totalitarias.

Algunos dicen que las tesis de Sabino Arana eran justificables en la época en la que se escribieron y que, en la actualidad, tanto el PNV como los abertzales ya no las siguen al pie de la letra.

Aceptando que esta nueva mentira fuese una verdad, ¿cómo justificar el premio Sabino Arana?, ¿cómo defender que políticos de la actualidad lo citen como ejemplo?

Javier Arzalluz, fue un jesuita hasta ser expulsado de dicha orden en 1970 cuando habían pasado tres años desde su ordenación como sacerdote en la Compañía de Jesús. Después de estudiar derecho, militó en el PNV en el que llegó a ser uno de los defensores más duros del ala Aranista de dicho partido político como se verá a continuación.

En este país de nuestras desdichas donde pretende reinar lo “políticamente correcto” (?) si alguien intentase hoy en día crear una fundación que llevase el nombre de Adolf Hitler o el de Francisco Franco, la gente se llevaría las manos a la cabeza y protestarían, con toda la razón del mundo, por el hecho de que un dictador, un xenófobo o un nazi tuviese una asociación a su nombre y, ¿si además de eso, se otorgase el premio Rudolph Hess o el premio Doctor Menguele?, ¿no se levantarían voces airadas para protestar ante tamaña barbaridad?; claro que en un lugar en el que algunos Ayuntamientos promueven acciones conducentes a que calles o plazas ostenten nombres de asesinos convictos y confesos, no es de extrañar que exista un premio y una fundación a nombre de Sabino Arana, ante el silencio cómplice, o el mutismo forzado por las amenazas de las que son objeto quienes no están de acuerdo con ello. Y recuerden que si se habla de amenazas, es que se puede probar la existencia de las mismas.

Estas son tan graves que se ha llegado a tacharlas como una operación de limpieza étnica como se puede observar en el auto firmado en Madrid para que se investiguen estas amenazas.

Queda bastante claro por este documento que, dentro del Poder Judicial, se tiene perfecto conocimiento de las tácticas mafiosas de la banda terrorista y que, en la medida de sus posibilidades, tratan de poner cerco a los avances de quienes desean a toda costa que las cosas se hagan a su modo y no al que pretende la mayoría. Pero cada día hay más personas que se preguntan ¿por qué razón se producen estas amenazas de los violentos?, ¿por qué estamos viviendo esta situación? Lo veremos más adelante. Ahora sigamos con sabino Arana y sus alegres muchachos nazi-onalistas.

¿Qué pasaría si mañana por la mañana saliera alguien en televisión pidiendo una aportación popular para levantarle un monumento a un xenófobo visceral?; probablemente todos le tacharían de racista, xenófobo y antisocial. Pues bien, Xabier Arzalluz, en nombre del partido que presidía en aquel momento, lo hizo y, el monumento, pese a la oposición de muchas personas con sentido común, se erigió en Bilbao para mofa y escarnio de quienes no quieren comulgar con las ruedas de molino de un ficticio nacionalismo histórico.

Es posible que, llegados hasta este punto, muchos se pregunten por qué razón estoy comparando de manera reiterada a un personaje tan respetable como parece ser Sabino Arana con gentes del asqueroso calado moral de un Hitler o un Francisco Franco, o lo tacho de nazi con tanta frescura; la réplica justa a estas preguntas la pueden encontrar en la copia literal de sus obras completas, que reproduzco para ustedes porque no es algo que vayan a encontrar en una librería y mucho menos, como es natural, en una del País Vasco. Sabino Arana escribe:

"La fisonomía del bizkaino es inteligente y noble; la del español, inexpresiva y adusta. El bizkaino es de andar apuesto y varonil; el español, o no sabe andar (ejemplo, los quintos) o si es apuesto es tipo femenil (ejemplo, el torero). El bizkaino es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El bizkaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras y sabréis que un bizcaino hace en igual tiempo tanto como tres maketos juntos. El bizkaino es laborioso (ved labradas sus montañas hasta la cumbre); el español, perezoso y vago (contemplad sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación (sic)). El bizkaino es emprendedor (leed la historia y miradlo hoy ocupando elevados y considerados puestos en todas partes... menos en su patria); el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale (examinad el estado de las colonias). El bizkaino no vale para servir, ha nacido para ser señor ("etxejaun"); el español no ha nacido más que para ser vasallo y siervo (pulsad la empleomanía dentro de España, y si vais fuera de ella le veréis ejerciendo los oficios más humildes). El bizkaino degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que lo civilice. El bizkaino es caritativo aun para sus enemigos (que lo digan los lisiados españoles que atestan las romerías del interior y mendigan de caserío en caserío); el español es avaro aun para sus hermanos (testigo, Santander cuando pidió auxilio a las ciudades españolas con la consabida catástrofe). El bizkaino es digno, a veces con exceso, y si cae en la indigencia, capaz de dejarse morir de hambre antes de pedir limosna (preguntádselo a las Conferencias de San Vicente de Paúl); el español es bajo hasta el colmo, y aunque se encuentre sano, prefiere vivir a cuenta del prójimo antes que trabajar (contad, si podéis, los millares de mendigos de profesión que hay en España y sumadlos con los que anualmente nos envían a Euskeria). Interrogad al bizkaino qué es lo que quiere y os dirá "trabajo el día laborable e iglesia y tamboril el día festivo"; haced lo mismo con los españoles y os contestarán pan y toros un día y otro también, cubierto por el manto azul de su puro cielo y calentado al ardiente sol de Marruecos y España. Ved un baile bizkaino presidido por las autoridades eclesiásticas y civiles y sentiréis regocijarse el ánimo al son del "txistu", la alboka o la dulzaina y al ver unidos en admirable consorcio el más sencillo candor y la más loca alegría; presenciad un baile español y si nos causa náuseas el liviano, asqueroso y cínico abrazo de los dos sexos queda acreditada la robustez de vuestro estómago, pero decidnos luego si os ha divertido el espectáculo o más bien os ha producido hastío y tristeza. En romerías de bizkainos rara vez ocurren riñas, y si acaso se inicia alguna reyerta, oiréis sonar una media docena de puñetazos y todo concluido; asistid a una romería española y si no veis brillar la traidora navaja y enrojecerse el suelo, seguros podéis estar de que aquel día el sol ha salido por el Oeste. El aseo del bizkaino es proverbial (recordad que, cuando en la última guerra andaban hasta por Nabarra, ninguna semana les faltaba la muda interior completa que sus madres o hermanas les llevaban recorriendo a pie la distancia); el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año. La familia bizkaina atiende más a la alimentación que al vestido, que aunque limpio siempre es modesto; id a España y veréis familias cuyas hijas no comen en casa más que cebolla, pimientos y tomate crudo, pero en la calle visten sombrero, si bien su ropa interior es "peor menealla". El bizkaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizkaino es, por natural carácter, religioso (asistid a una misa por aldea apartada y quedaréis edificados); el español que habita lejos de las poblaciones, o es fanático o es impío (ejemplo de los primeros en cualquier región española; de lo segundo entre los bandidos andaluces, que usan escapulario, y de lo tercero aquí en Bizcaya, en Sestao donde todos los españoles, que no son pocos son librepensadores). Oídle hablar a un bizkaino y escuchareis la más eufónica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español y si solo le oís rebuznar podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias. El bizkaino es amante de su familia y su hogar (en cuanto a lo primero, sabido es que el adulterio es muy raro en familias no inficionadas de la influencia maketa, esto es, en las familias genuinamente bizkainas; y cuanto a lo segundo, si el bizkaino por su carácter emprendedor se ausenta de su hogar no le pasa día en que no suspire por volver a él); entre los españoles, el adulterio es frecuente así en las clases elevadas como en las humildes, y la afección al hogar es en estas últimas nula porque no la tienen. Por último según la estadística, el noventa y cinco por ciento de los crímenes que se perpetran en Bizkaya se deben a mano española, y de cuatro de los cinco restantes son bizkainos españolizados. Decid, pues, ahora si el bizkaino es español por su tipo, carácter y costumbres".

Sobran los comentarios en cuanto al odio visceral contra los españoles y todo aquello que venga de España, aunque no termina de ser concluyente, según algunos, como para tachar de nazi a este personaje; pero si comparamos algunos de los postulados de Sabino Arana con los de Hitler, la comparación se hace más fácil. Dice Sabino Arana:

“Los extranjeros podrán establecerse en Bizkaya bajo la tutela de sus respectivos cónsules; pero no podrán naturalizarse en la misma. Respecto de los españoles, las Juntas Generales acordarán si habrían de ser expulsados, no autorizándoseles en los primeros años de independencia la entrada en territorio bizkaino, a fin de borrar más fácilmente toda huella que en el carácter, en las costumbres y en el idioma hubiera dejado su dominación. La ciudadanía bizkaina pertenecerá por derecho natural y tradicional a las familias originarias de Bizkaya, y en general a las de raza euskeriana, por efecto de la confederación; y, por cesión del poder (Juntas Generales) constituido por aquéllas y éstas, y con las restricciones jurídicas y territoriales que señalara, a las familias mestizas euskeriano-extranjeras".

Esta es una de las disposiciones que deberían tomarse en cuenta, con carácter de Ley, en el caso de que Arana y sus acólitos hubiesen llegado a lograr la independencia de “SU” Bizcaia; ya vemos, por lo que se desprende de su escrito, que pensaba crear un país tan tolerante, tan dialogante y tan abierto a todas las tendencias como los son quienes, tomando el relevo de los postulados aranistas, pretenden hacernos comulgar con placas de mortero. Pero no crean que sólo Sabino tenía esas ideas con respecto a los extranjeros que llegaran a su país; leamos lo que dice Hitler en su libro “Mein Kampf” (Mi lucha):

“Nadie, fuera de los miembros de la nación, podrá ser ciudadano del estado. Nadie, fuera de aquellos por cuyas venas circule la sangre alemana, sea cual fuese su credo religioso, podrá ser miembro de la nación. Por consiguiente, ningún judío será miembro de la nación. Quien no sea ciudadano del estado, sólo residirá en Alemania como huésped y será como sujeto a leyes extranjeras

Al parecer, ambos “próceres” tenían, y defendían, las mismas ideas en lo tocante a la propiedad de “SU” territorio que, por definición era de exclusiva propiedad de los nacidos en él y, de entre ellos, únicamente a quienes seguían sin pestañear las órdenes que eran impartidas por quienes ostentaban el poder sin pudor ni cortapisas de ningún género; pero no acaban aquí los paralelismos entre ellos porque las doctrinas que enseñaron a sus discípulos e impusieron a los demás tienen más cosas en común de las que pudiera pensarse a primera vista.

Hay muchos periodistas que, viéndose obligados a vivir en un medio tan hostil, pasan por alto todos los sucesos que acaecen a diario en tierras del País Vasco, posiblemente para salvaguardar su vida; la realidad que nos ofrece el día a día en esta Comunidad Autónoma, es la que se ha destilado durante años a partir del sentimiento anti españolista y hostil que no dejan de supurar las teorías escritas por Sabino Arana. Y si nos referimos a él, es que lo merece.

Dice Sabino Arana en otro de sus arrebatos místicos en contra de la nación española:

“Les aterra el oír que a los maestros maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz...! Es la más digna del odio de los patriotas.” “El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, apartamiento total, en una palabra, del fin de toda humana sociedad.” Mientras tanto, Hitler, opina que “Todo cruzamiento de razas provoca tarde o temprano la decadencia del producto híbrido.”

¿Qué les parece ahora la ideología de Arana? ¿Tenía razón a la hora de tacharlo de xenófobo y nazi? ¿Todavía hay quien piensa que lo expuesto hasta el momento no es totalmente definitivo? Pues sigamos. Hablando del idioma, que supuestamente es una vía de comunicación entre los seres humanos, dice Sabino:

“Conque, ¿es anti-español el Euzkera? Es la primera vez que lo oímos de labios maketos. ¡Ya lo sabéis, euzkaldunes, para amar el Euzkera tenéis que odiar a España! Así lo pensábamos nosotros; pero ahora es un español el que lo dice... y del enemigo el consejo.” “Tanto están obligados los bizkainos a hablar su lengua nacional, como a no enseñársela a los maketos o españoles. No el hablar éste o el otro idioma, sino la diferencia del lenguaje es el gran medio de preservarnos del contacto con los españoles y evitar así el cruzamiento de las dos razas.”

Pero si piensan que Arana hace causa común con otras ideologías independentistas de España se equivocan por completo ya que el nacionalismo aranista es incompatible con cualquier otra forma de independentismo; aunque pudiera parecer mentira, también para los catalanes hay un recuerdo de Sabino, no crean.

“En Cataluña todo elemento procedente del resto de España lo catalanizan, y les place a sus naturales que hasta los municipales aragoneses y castellanos de Barcelona hablen catalán; aquí padecemos muy mucho cuando vemos la firma de un Pérez al pie de unos versos euzkericos, u oímos hablar nuestra lengua a un cochero riojano, a un liencero pasiego o a un gitano.”

Por si esto fuera poco, añade que “Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres. Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España, una región con caracteres de nacionalidad. Maketania comprende a Cataluña; maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz”.

Para los seguidores de Carod, ahí va una perla preciosa del compadre Sabino.

“Dice La veu de Catalunya que los catalanes son hermanos nuestros de desgracia, y que también somos en el mismo concepto de los baleares, los valencianos y los gallegos. Fraternidad de desgracia; porque, en efecto, fraternidad de raza no la hay entre aquellos españoles y nosotros, como no seamos también hermanos de los coreanos. Pero tampoco somos hermanos de desgracia, porque la desgracia de los catalanes y la nuestra no se parecen en lo más mínimo. Los catalanes perdieron las leyes privativas de su región; nosotros hemos perdido nuestra nacionalidad e independencia absoluta. No es razonable la alianza de los catalanes y los vizcaínos; pues no son semejantes los sujetos Vizcaya (Bizkaia) y Cataluña, ni se parecen por su desgracia; ni tienen un enemigo común; ni son las mismas sus aspiraciones. Equiparar nuestro derecho a constituir nación aparte, con el derecho que le sirviera de base al nacionalismo catalán, sería rebajar el nuestro. Nunca discutiremos si las regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden; porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España. No escribimos nuestro periódico para hablar de política extranjera, sino para instruir a los vizcaínos. Jamás confundiremos nuestros derechos con los derechos de región extranjera alguna, jamás haremos causa común con las regiones españolas”.

No obstante, quien piense que todas estas frases están pronunciadas en mítines cerrados al calor del apoyo de sus amigos o en reuniones políticas de correligionarios y de seguidores de su ideología fanática, se equivoca por completo ya que estos soniquetes nazis y extremistas son, para desgracia de todos, el tema recurrente de sus “ponderados” artículos periodísticos… en revistas que su mismo partido editaba, por supuesto; pero para que no digan que por lo reseñado hasta el momento no es concluyente, que la xenofobia, el racismo y el nazismo que le atribuyo a Sabino Arana es gratuito, que mis asertos son fruto de una imaginación calenturienta en extremo, les voy a presentar una serie de citas, que son sólo una pequeña muestra de las muchas que a lo largo de su vida dejó escritas este héroe de los abertzales que enarbolan la bandera del radicalismo, esperando que los propios pensamientos de este hombre les ilustrarán, mejor de lo que pueda hacerlo yo, sobre la calaña y la forma de pensar de quien es el espejo en el que se miran algunos de los políticos que jurando luchar por Euskadi hasta la muerte, a la hora del retiro, cuando es hora de recibir la jubilación, no les da vergüenza poner la mano para recibir su paga con cargo al erario público de un país que ni respetan ni reconocen.

“El nacionalismo aspira, como es sabido, a la independencia absoluta del pueblo vasco, restaurándose éste conforme a lo esencial de su tradición religioso política, y constituyendo a la parte de acá del Pirineo y el Bidasoa (ya que la otra la juzga insostenible) la Confederación de todos los antiguos Estados de la raza. Sabido es que son seis: Laburdi y Zuberoa, al norte del Bidasoa y el Pirineo; Vizcaya (Bizkaia), Guipúzcoa (Gipuzkoa) y Álava (Araba) al Sur, Navarra (Nabarra) a un lado y otro de dicha línea”.

“Gran numero de ellos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada sólo revela idiotismo y brutalidad”. "Olvida esta tu lengua, sí. Pero si el maketo, penetrando en tu casa, te arrebata a tus hijos y tus hijas para quitar a aquellos su lozana vida y prostituir a éstas... entonces, no llores”.

“Instantáneamente se me ha presentado esta idea como seguramente salvadora de llevarse con toda perfección a la práctica: la independencia de Euskadi bajo la protección de Inglaterra, será un hecho un día no lejano”.

“La diferencia del lenguaje es el gran medio de preservarnos del contacto de los españoles y evitar el cruzamiento de las dos razas. Si nuestros invasores aprendieran el euskera, tendríamos que abandonar éste, archivando cuidadosamente su gramática y su diccionario, y dedicándonos a hablar el ruso, el noruego o cualquier otro idioma desconocido para ellos”.

“Entre el cúmulo de terribles desgracias que afligen a nuestra amada Patria, ninguna tan terrible y aflictiva, juzgada en sí misma cada una de ellas, como el roce de sus hijos con los hijos de la nación española”.

“Muchos son los eusquerianos que no saben euskera. Malo es esto. Son varios los que lo saben. Esto es peor. Gran daño hacen a la patria cien maketos que no saben euskera. Mayor es el que le hace un solo maketo que lo sepa. Para el corazón de la Patria, cada vasco que no sabe euskera es una espina; dos espinas cada vasco que lo sabe y no es patriota; tres espinas cada español que habla euskera”.

“Vuestra raza, singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española, ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo, era la que constituía a nuestra Patria Vizcaya (Bizkaia); y vosotros, sin pizca de dignidad habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis hermanado y confundido con la raza más vil y despreciable de Europa”.

“Si hubieran estudiado una miaja de Geografía política y hubiesen tenido una pizca de sentido común, sabrían que al norte de Marruecos hay un pueblo cuyos bailes peculiares son indecentes hasta la fetidez, y que otro al norte de este segundo pueblo hay otro cuyas danzas son honestas y decorosas hasta la perfección; y entonces les chocaría que el alcalde de un pueblo eusqueriano prohibiese bailar al uso maketo, como es hacerlo abrazado a la pareja, para restaurar en su lugar el baile nacional de Euskeria”.

“Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme la fe de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por la influencia de los venidos de fuera”.

“Nosotros a ningún maketo, a ningún españolista odiamos tanto como al español o españolista que, conociendo de alguna manera la historia de Vizcaya (Bizkaia), se la da falseada, adulterada y españolizada al pueblo vizcaíno, para servirse de él en provecho de algún partido español”.

“En pueblos tan degenerados como el maketo y maketizados, resulta el universal sufragio un verdadero crimen”.

“Entre el genio vasco y el socialismo media repulsión absoluta e irreductible. Así se explica que los propagandistas, los autores, los secuaces de esas ideas, oprobio de Bizkaya, sean los advenedizos, los nómadas de la inmigración servil”.

“Procúrese dar a los obreros vascos los empleos en las fábricas, suprimiendo a esa gente extraña que trae las malas ideas y corrompe a la gente del país. Suprímanse los periódicos impíos y liberales, desde la empecatada Lucha de Clases hasta el frívolo Noticiero Bilbaíno; constrúyanse capillas en las fábricas, ejercítense en ellas en la santificación de las fiestas, impóngase el silencio a esos cuatro improvisados oradores de caras patibularias que arengan en medio de las turbas, y los talleres se convertirán en una colonia de honrados y pacíficos obreros”.

“Los maketos de Maketania tienen rasgos democráticos, liberales, socialistas, sin moral pública ni privada, lejos de nuestro integrismo católico”.

“La generalidad de los hombres debe leer muy poco, porque es muy poco aquello para cuya perfecta comprensión posee principios y luces la mayoría de los hijos de Adán. Muchas de las aberraciones que se deploran en la sociedad humana, no reconocen otra causa que el excesivo afán que hay por leer toda clase de escritos”.

“La mujer, pues, es vana, es superficial, es egoísta; tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humana: ser inferior al hombre en cabeza y en corazón”.

Ideológicamente hablando, Sabino Arana se define sin rastro de vergüenza en los estatutos que redactó para la primera sociedad creada por él la “Euzkaldun Batzokija”

El punto número 30 dice: “Si todos los bizkainos nos unimos, y en Gipuzkoa se unen sus hijos, y en Alaba los alabeses y en Nabara los nabaros, y estas cuatro regiones euskerianas, juntamente con las tres de allende el Bidasoa, acuerdan un mismo fin y un mismo procedimiento y llevan a la práctica su resolución con firmeza y constancia, no se cumplirá la primera década del siglo XX sin que la felicidad de Euskeria sea un hecho. Pero es preciso que nos unamos no con unión ficticia y exterior sino dentro de una perfecta unidad de pensamiento. Para ello hay que rechazar toda idea política españolista y abrazarnos a la bandera en cuyos pliegues está grabado nuestro sacrosanto lema Jaungoikoa eta Legi Zara”.

Ahora bien, en el punto 37 reconoce que nunca, NUNCA, ha existido un País Vasco. Sabino escribe: “Para fijar las bases de la Confederación nacional, en cambio, de nada podría servirnos la tradición, puesto que no ha existido aquella en la historia. Pero es indudable que dos lazos confederativos son necesarios para que la unión nacional sea sólida y duradera: la raza y la religión. La primera es la materia nacional; la segunda, el espíritu que la informa. He ahí, pues, las dos bases fundamentales de la unión de los estados euskerianos para constituir la Confederación nacional: unidad de raza en lo posible; unidad católica. Y como todos los estados concurrirían con la misma libertad y por tanto con las mismas facultades a la unión, despréndense de aquí otras dos bases esenciales: libertad para separarse; igualdad de deberes y derechos en la Confederación”.

Uno de los problemas que plantea el escribir de manera apasionada y delirante es que, a veces, se nos escapan cosas que no queremos decir. Por ejemplo, en el punto 49 de esta especie de reglamento, Sabino habla de regionalismos, separatismos y nacionalismos. Dice: “Síguese de lo expuesto que mientras que el fuerismo catalán, el aragonés, etc., es decir, el regionalismo español tradicional es perfectamente compatible con la unidad de la Nación Española, el fuerismo vasko-nabarro, por el contrario, es verdadero separatismo si se parte del supuesto de que España tiene derecho a la posesión y dominio de este país, y verdadero nacionalismo en caso contrario; porque volver el Pueblo Vasco a regirse según sus Fueros significa volver a ser absolutamente libre e independiente de España, con gobierno propio, poder legislativo propio y fronteras internacionales”.

Queda claro que, siempre según Sabino Arana, se debe hablar de nacionalismo en el caso de que España tenga derecho a la posesión y dominio del país y de separatismo en el caso contrario; pero no termina de aclararnos si los fueristas son nacionalistas o separatistas por lo que no sabemos si Sabino Arana estaba consciente de los derechos de España sobre su territorio. ¡Menos mal que nos lo aclara en el punto siguiente! El punto 50 dice: “El fuerista, para serlo en realidad de verdad, ha de ser necesariamente separatista”. Todo queda claro: Sabino Policarpo sabía que España tenía derecho a la posesión y dominio del país vasco. ¡Si lo dice él…!

En los artículos 121, 123 y 129, se suelta el pelo y dice: “Al señalar al destructor de nuestras libertades y nuestras cosas, al dominador de nuestra raza, al opresor de nuestra Patria, no podemos fijarnos en una región determinada, con exclusión de las demás, sino en el conjunto de todas ellas que se llama pueblo español, estado español, nación española, en ese todo que se llama España. No es precisamente Castilla, ni Andalucía, ni Galicia, ni Cataluña, ni ninguna otra región española, la que nos ha sometido; sino el poder de la nación que, unidas todas ellas, constituyen y a la cual en lenguaje vulgar llamamos Maketania–Maketería”. “Es notoria ridiculez imputar a un gobierno o a un partido determinado lo que es obra de toda una nación. España es la que, después de sujetar a los pueblos euskerianos, los ha ido arrebatando cuanto por derecho originario poseían. No uno, sino muchos, han sido los gobiernos españoles que han tomado parte en la inicua usurpación; muchos más los que lo han sancionado y confirmado; y todos los partidos españoles, unos abiertamente, otros aparentando fuerismo, pero españolizando políticamente a nuestra Patria, todos sin excepción, han contribuido a su desgracia y están trabajando su completa ruina”. “Tanto nosotros podemos esperar más de cerca nuestro triunfo, cuanto España se encuentre más postrada y arruinada”.

Con el corazón en la mano, rebosante de sinceridad patriotera y desatada, Sabino Arana, padre e inventor del nacionalismo, nombre y bandera de un país imaginario declara al fin que sólo él es el fabricador de la mentira del nacionalismo vasco. Merece la pena transcribir íntegro el artículo 226 del capítulo 8: “El nacionalismo, tal como yo desplegué con este nombre su bandera y proclamé su lema hace ya una década, es un sistema político vasco que, en la esfera religiosa, establece con el carácter de principios fundamentales y fijos los siguientes:

1.Conformidad (así en la vida interna de Euskadi, Confederación Vasca, como en sus relaciones con los otros pueblos) de sus costumbres, de sus leyes y de sus actos de Gobierno con los preceptos de la Religión Cristiana, los cuales obligan a los vascos como hombres y antes de ser ciudadanos: reconociéndose como única definidora e intérprete de estos preceptos a la Iglesia Católica y Apostólica que hoy tiene su cabeza en Roma; y garantizándose aquella conformidad con la oportuna venia que el poder civil solicitará del poder eclesiástico.

2. Libertad absoluta de la Iglesia para realizar su divina misión dentro del Pueblo Vasco. Apoyo moral del poder civil al eclesiástico en orden a ese fin espiritual, prohibición de toda manifestación externa de culto o de propaganda contrarios al mismo, y represión de todo público acto positivo que ostente contra el dogma o quebrante el orden moral.

3. Nula intervención de los poderes civiles en la celebración del culto, en la enseñanza religiosa y en la provisión de cargos y administración de bienes eclesiásticos: en una palabra, en los oficios y cosas propias de la Iglesia.

4. Nula intervención de las personas eclesiásticas en los poderes del estado, y exención en favor de las mismas de las obligaciones civiles. Coerción física prestada por el estado para la seguridad de las personas y las cosas eclesiásticas. Tales son la independencia entre la Iglesia y el Estado, la harmonía entre una y otro y la subordinación de lo civil a lo religioso, que se derivan del lema nacionalista como bases fundamentales para la constitución del Pueblo Vasco”.

Ahora bien, si teníamos dudas en cuanto al origen de la raza vasca, Arana se encarga de ponernos al día en el artículo 319: “Un grande hombre engendró la raza vasca: Ignacio de Loyola. Su obra fue aún más grande: la Compañía de Jesús. Verdaderamente, todo cristiano debe como tal, venerarlos; todo vasco debe, por ser vasco, amarlos. Pero ¿qué les deberá el vasco a quienes los aborrecen, les silban, les apedrean y los persiguen? Ignacio y su Compañía sirven a Cristo. Cristo dijo a los hombres: amaos los unos a los otros en orden a la gloria de mi Padre. Pero por esto mismo les añadió: del hombre malo, del que se aparta del amor a Mi Padre, no os acompañéis. Y los hombres y los pueblos todos, obligados están a obedecer a Cristo”.

Como con lo escrito hasta el momento creo que hay suficientes pruebas de cuanto intento sostener, cierro la parte dedicada a las ideas de Sabino Arana escritas por él mismo con el artículo 131: “¿Queréis comprender el fuerismo de los liberales, sean monárquicos o republicanos? Contad y examinad a los maketos que invaden el territorio bizcaino: el noventa por ciento son con seguridad liberales; de esos noventa, unos sesenta serán antes de un mes republicanos, los demás o monárquicos, o socialistas o anarquistas”.

Sabino Arana, pues, debería ser una vergüenza para cualquier vasco de bien, en lugar de haber sido alzado a la condición de prócer de la independencia de su territorio.

Creo que ya se habrán convencido de que el pensamiento Hitleriano y el de Arana nacen de un odio visceral, hacia los judíos y gitanos el primero, y hacia los españoles el segundo; la diferencia entre ambos es que, mientras el primero era un psicópata que sí pudo poner en marcha su plan asesino, el de la pureza racial que le llevó a ser culpable de genocidio por causa de su tristemente famosa “Solución final”, Arana fue un pobre enfermo, un asustadizo que no sabemos cómo hubiese reaccionado de tener la oportunidad, aunque sus escritos no dejan lugar a dudas de sus aviesas intenciones.

Para nuestra desgracia, digo la de todo el género humano y no sólo la de los españoles, muchos años después de la muerte de este iluminado del independentismo vasco, al calor de las mentiras de cuatro malparidos que se ocuparon de embaucar completamente a los cerebros menos dotados y a los más ignorantes, nacieron los psicópatas que sí disfrutan apretando el gatillo a traición porque no tienen el empuje suficiente, las agallas necesarias, para dar la cara y jugarse la vida. Matar a traición, por la espalda, es fácil para quien, de manera cobarde, grita “libertad” poniendo un bozal de sangre a quienes no comulgan con sus ideas.

Para subrayar mis anteriores afirmaciones, puedo poner como ejemplo la “cantera” de ETA: la kale borroka. El hecho de adoptar la "kuffiya", el pañuelo palestino, como símbolo distintivo, los coloca no al nivel de la resistencia Palestina que trata de hacer frente a Israel, sino al de los tirapiedras de “Hamás”, los mismos cobardes que trucan videos y sobornan a periodistas para mover al mundo entero a la conmiseración, mientras lanzan cohetes a sus opresores judíos para luego quejarse con gran amargura ante las cámaras de televisión extranjeras si los otros, a los que nunca trataré de justificar, devuelven con creces la agresión.

Estas larvas de gusanos terroristas, saben perfectamente que el hecho de quemar un cajero o un contenedor, el tirar piedras y cócteles molotov, enmascarados y protegidos en la masa de los que se manifiestan, no va a cambiar en absoluto la situación del País Vasco. En ese caso, ¿por qué lo hacen? La respuesta es simple: la kale borroka es un escaparate en el que darse a conocer para llegar a formar parte de ese montón de cobardes que se hacen llamar etarras. Pero dejemos a estos asesinos que se cuezan en su veneno y vayamos al concepto de la independencia vasca.

Una vez que ya saben que los vascos nunca fueron invadidos por España y la forma de pensar del padre del nacionalismo vasco, fundador del PNV e inspirador del independentismo radical de nuestros días, es la hora de poner los puntos sobre las íes.

Me parece muy bien que los pueblos tengan en su seno personas que aspiren a la independencia de sus países y, para ello existen una serie de herramientas constitucionales y políticas que hacen posible la negociación de las pretensiones que se tengan, siempre y cuando vayan acompañadas de un número de firmas y pruebas documentales que las apoyen. Ahora bien, si para conseguir lo que una minoría desea, los integrantes del grupo minoritario en cuestión mienten, falsean la historia, amenazan y matan, la cosa ya no me parece que sea de recibo.

En 1931, presentan los vascos un Estatuto de Autonomía tan sólo apoyado por el PNV y el Partido Carlista, que es rechazado por las Cortes al exceder con mucho los límites constitucionales; tras el rechazo de los municipios navarros en 1932, presentan un nuevo estatuto, esta vez sin Navarra, que también es impugnado en 1934.

Una vez iniciada la guerra civil española, se aprueba el estatuto de autonomía, sin la participación de Navarra, a la que pretendían anexionarse como lo han hecho desde siempre y lo siguen intentando hoy en día, por lo que se constituye un primer gobierno autónomo presidido por José Antonio Aguirre y que duró desde el 7 de octubre de 1936 al 30 de marzo de 1937 en que las tropas del general golpista Francisco Franco entran en Bilbao. El presidente Aguirre militaba en el PNV y, al igual que el fundador de su formación política, Sabino Arana, tenía muy claras las relaciones con el resto de España ya que dijo:

“Nosotros, que sentimos el impulso nacional vasco exclusivamente, nos encontramos ante un pueblo inferior que es España”.

En agosto de 1936, se fundó el Ejército Vasco bajo el mando de un capitán llamado Cándido Saseta, que en el ejército regular era del arma de Intendencia. Pero este ejército estaba controlado por varios diputados del PNV entre los que se encontraban Telesforo Monzón y José María Lasarte. Como puede observarse, los discípulos de Arana, querían gobernar en todos los estamentos de la “idílica” sociedad que pensaban formar con ellos en el poder.

Así pues, el famoso Gobierno vasco, ese con el que buscan deslumbrar a los jóvenes vascos, el que forjó las tradiciones de Euskadi, aquella maravilla que por fin iba a dar pie a la independencia del País Vasco, duró solamente seis meses y, como sobre estos 180 días a duras penas, no es posible edificar nada coherentemente histórico, se ven obligados a cambiar la historia escrita, a mentir y a falsear datos para apoyarse en lo que han fraguado y tratar de crear la imagen de Euskadi que ellos quieren transmitir a quienes no han tenido la oportunidad de conocer otra versión que la impuesta por los verdaderos dictadores: la falsa idea de una nación que desde el principio de la historia ha sido independiente y libre en la que todos los ciudadanos eran antifranquistas convencidos y, por ende demócratas que habían luchado contra el fascismo.

Claro que la idea de los “luchadores sin tregua contra los fascistas” se deshace a poco que observemos la historia y las fotografías de la época que, al parecer, no han encontrado sitio en las exposiciones que hace la “Kutka” con alguna frecuencia.

En unas imágenes que corren por Internet, se pueden observar actitudes que, por una extraña razón, no están siendo recogidas por los actuales cronistas de la historia vasca reciente; parece mentira que, aun habiendo personas vivas que fueron testigos presenciales de los hechos, quieran que los demás oficiemos de tontos y nos traguemos sus historias de “gudaris”, “luchadores antifascistas” y personas honestas que siempre han estado en contra de los abusos. ¡Menos lobos que en esta tierra que algunos llaman España y otros Estado opresor, estamos muchos que no nos mostramos de acuerdo ni con la radicalización de unos ni con la ñoñería gilipollas de los otros!.

Tampoco quiero desdecir a los historiadores que hablan de la ruda defensa que hicieron los “gudaris” ante las fuerzas golpistas de Franco, aunque cada día más gente conoce la historia de su rendición en Santoña, Santander, ante el general italiano Bergonzoli, más conocido con el sobrenombre de “Barba eléctrica”, para no tener que hacerlo ante los soldados de Franco en el País Vasco o la de los que fueron conocidos como “Los 20 de Artajona”, soldados navarros de Franco que, partiendo desde Estella a pie, entraron sin resistencia en San Sebastián siendo bien recibidos por la población.

Claro está que si sólo se tratase de las tropas franquistas se podía aducir que los vascos estaban temerosos, con razón, de las represiones que pudiera acarrearles la falta de adhesión al Movimiento Nacional, como se llamaba entonces al grupo de bordes que hacía en este país lo que le salía de los atributos que escondían en sus fláccidas braguetas, y por ello acudían en masa a las reuniones de tinte fascista que tenían lugar en territorio del País Vasco. En toda España los ciudadanos se veían obligados a izar su mano en el clásico saludo faccioso so pena de ser señalados por sus vecinos como “rojos” o, lo que era aún peor, como rebeldes separatistas que nada querían saber de la unidad de España. Por esta razón no es de extrañar que se saludase a Serrano Suñer, jefe de la Falange, en una de sus estancias en San Sebastián o aclamasen los desfiles.

Otra cosa que sería más difícil de explicar es el por qué acudían a dichas manifestaciones de adhesión popular en las que los vascos de pro sabían que iban a estar presentes las autoridades franquistas. Pero, como es natural, “ellos”, los vascos de toda la vida, nunca estuvieron presentes en aquellos eventos fascistas; lo que no pueden es negar que hubo vascos que sí estuvieron allí y, sin que nadie les llamara, dieron su apoyo personal a los mandos que, llegados de Madrid, eran los representantes del poder de lo que se ha dado en llamar Estado Opresor que, por aquel entonces, sí lo era de verdad.

Lo más jodido es que estos “valientes demócratas de toda la vida”, “luchadores sin descanso contra el fascismo, aceptaron la presencia de los nazis sin problemas en territorio vasco, acudiendo incluso a reuniones con las SS, y por si esto fuera poco, permitieron que los asesinos en serie más denostados por la humanidad, formaran parte de los invitados a las fiestas que la Alta Sociedad organizaba en honor de tan siniestros personajes. ¿Será necesario recordar que este sector social es el que tradicionalmente vota al PNV?. De cualquier modo, si alguien pretende seguir ocultando los devaneos del PNV, achacando a los vascos franceses sus reuniones con mandatarios nazis, tendré que echar por tierra sus excusas mostrando unas imágenes que, sin lugar a dudas, harán callar a más de uno.

En el boletín número 9 de la “Spanish Philatelic Society”, editado en Brighton, Inglaterra en febrero de 1977, hay una sección que lleva por título “The Republican Local War Tax Stamps 1936-1939”, en donde se recogen sellos locales impresos durante la guerra civil española y, ¡oh, sorpresa!, en la página 47 con los números 190, 191 y 192, aparecen tres maravillosos ejemplares de sellos emitidos en el País Vasco en el año 1937, con “hermosas” cruces gamadas.

Ya no podrán decir, como han hecho en otras ocasiones, que confundíamos la cruz gamada con lo que, en realidad, debía ser según ellos, un lauburu, símbolo nacional vasco, mal dibujado o, en todo caso, mal interpretado por el dibujante porque en estos sellos, la imagen es meridianamente clara y, por si fuera poco, la impresión pagada por el gobierno vasco de aquellos tiempos de autonomía.

Pero no sólo la Alta Sociedad y la clase política de la época, adepta al franquismo, aceptaban en su seno a estos genocidas partidarios de la pureza racial a cualquier precio, muchos de los cuales fueron condenados en el juicio de Nuremberg, sino que los ciudadanos de a pie no le hacían ascos a contactar con los representantes del gobierno del Tercer Reich, que cargaban en sus conciencias el lastre de los millones de asesinatos cometidos contra pueblos “inferiores” como lo eran, según ellos, judíos, gitanos, homosexuales y Testigos de Jehová entre otros “desechos humanos”.

Así pues, los maravillosos “luchadores incansables” de los que nos habla la moderna iconografía peneuvista, se tomaron un descanso de varios años hasta ponerse en contra del fascismo represor. Incluso el lehendakari Aguirre, visitó, ya desde el exilio, la Alemania nazi dejando escritos en su diario algunos sabrosos comentarios. Pero antes de viajar al corazón del III Reich, el Euzkadi Buru Batzar, el gobierno vasco, había pensado en proponer a Hitler algunas ideas para conseguir la independencia del País Vasco. El Euskadi Buru Batzar realizó un exhaustivo informe para responder a las proposiciones nazis que supuestamente solucionarían la llamada “cuestión vasca“, en las que quedan patentes las ideas que Aguirre tenía en la cabeza. El texto firmado por Aguirre, dice textualmente:

“Creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:

Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.

Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.

Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España“.

Basándose en estas afirmaciones, estoy convencido de que pueden sacar ustedes sus propias conclusiones sobre el nacionalismo vasco militante y la forma de pensar que tenía su fundador, Sabino Arana, y el primer presidente autónomo, el señor Aguirre; lo más patético es que hay un centenar de miles de personas en el País Vasco que babean de placer al nombrar a estos dos impresentables.

Una vez que nos hemos puesto al día con respecto al nacionalismo vasco y los falsos orígenes con los que quieren fundamentarlo, pasaremos a las sucias estrategias que utilizan estos demagogos del nacionalismo para ir adquiriendo cuotas de influencia que terminen por llevarlos al poder que es, en esencia, lo único que desean fervientemente.

De todos es sabido que la mejor manera de concienciar a un pueblo, es educarlo y, para ello, los gobiernos vascos que se han sucedido han empezado por torcer la verdad y enseñar a los niños lo que los políticos nacionalistas quieren dejando a un lado la verdad; para conseguir sus fines, utilizan las ikastolas. Dejaré sentados algunos ejemplos de las enseñanzas que imparten en estas instituciones que pagamos entre todos los españoles.

Euskara eta literatura, libro de segundo de bachillerato, Editorial Ibaizabal: "En 1982, en la Sakarna Navarra, cuatro personas fueron encarceladas por pintar señales de tráfico, tres de ellas pagaron fianzas y Sagrario Alemán pasó un mes en la cárcel al no pagar la fianza. He aquí algunos puntos para hacerte reflexionar: ¿Cómo crees que argumentarán los jóvenes de la foto (en los que aparecen pintando los carteles) lo que están haciendo? ¿Te parece el de la foto el modo más adecuado para traducir al euskera las señales de tráfico? ¿Por qué tenemos los euskaldunes derechos diferentes?"

Filosofía de primero de Bachillerato, Editorial Ibaizabal: "Cuando el nacionalismo está unido a un Estado, como es el caso en nuestros tiempos, el Estado buscará también el control político e ideológico. Si eso no se asegura pueden surgir problemas. Es por ello que el Estado pone una atención especial en la homogeneización cultural. [...] Para algunos puede ser suficiente asegurar la promoción de la cultura amenazada, y para ello se exigirán unas medidas políticas y administrativas mínimas, como el Estatuto. Pero puede ocurrir que se piense que hay que llevar más lejos las medidas políticas para sacar adelante la promoción de la cultura, y pedir para ello la independencia."

Pero lo que rompe cualquier esquema y es a la vez un insulto para todos los demócratas es el texto que refiero a continuación.

Texto de historia de segundo curso de Bachillerato, Editorial Erein: "Euskadi Ta Askatasuna (ETA) es un movimiento Vasco de Liberación Nacional creado en la Resistencia patriótica, e independiente de todo otro partido, organización u organismo. ETA, dentro del marco político, propugna para Euskadi: El establecimiento de un régimen democrático y representativo en el sentido político, cultural y socioeconómico. La repulsa al racismo y a la superioridad de unos pueblos sobre otros. No apoya la segregación o expulsión de los elementos extraños al país, en tanto no atenten a los intereses nacionales de Euskadi. Apoya la constitución de Euskal Herria. La desaparición del liberalismo económico como sistema de la economía vasca."

Sin comentarios.

Claro está que, para enseñar estas barbaridades, es necesario disponer de un plantel de maestros y profesores con una jeta tan dura que sean capaces de dictar estas “lecciones” sin que se les caiga la cara al suelo de vergüenza. Para esta labor, los sucesivos gobiernos vascos del PNV han ido recortando las áreas de los enseñantes castellanoparlantes y se han librado a toda clase de excesos en nombre de “SU” país Vasco. Veamos algunos datos escogidos del libro antes mencionado.

En 1993 intelectuales, profesores y padres de alumnos del grupo Veleia se manifiestan en Vitoria para que se respete la igualdad de derechos entre euskaldunes y castellanohablantes. Piden también que no se trate a los niños que reciben su educación en castellano como a apestados. La manifestación, silenciosa, es interrumpida por miembros del grupo Euskalherrian Euskaraz, que sin hacer distinción de sexo o edad empiezan a apalear a los congregados.

En Ayala (Álava) la ikastola "Etxaurren" ocupa un Colegio Público de reciente construcción, mientras los demás niños tienen que ser repartidos por distintos pueblos para poder recibir sus clases bilingües. En vez de intervenir el Gobierno Vasco se desentiende y deja hacer. Las ikastolas (centros privados) se aprovechan del dinero que la Consejería de Hacienda cede para los Colegios Públicos.

En La Puebla (Álava), pueblo castellanohablante, un grupo de padres ocupó, sin permiso, un local del Ayuntamiento para crear una ikastola. La Delegación lo clausuró, pero el lehendakari Ardanza anuló el cierre y los padres se quedaron el local.

En Octubre de 1999 Isabel Celaá (diputada del PSOE) denuncia en el Parlamento Vasco las coacciones que sufren padres, a comienzo de curso, por parte de organizaciones de defensa del euskera cercanas a Batasuna, para que matriculen a sus hijos en el modelo "D" (las clases se imparten en euskera y el castellano como asignatura). Estas organizaciones son financiadas por el Gobierno Vasco.

La ikastola "Bambi" utiliza calefacción por gas con el riesgo que eso conlleva para los alumnos, de modo que se cierra hasta que se instale una calefacción segura para los niños. Fernando Buesa (PSOE), recientemente nombrado Consejero de Educación, tiene que soportar insultos en frente de su casa a diario. Contra todos los informes técnicos, decide reabrir la ikastola. (Buesa y su escolta fueron asesinados por ETA el 22 de febrero de 2000)

La ikastola "Toki Eder" (Vitoria) hace caso omiso de la delegación en Álava de la Consejería de Educación del Gobierno Vasco, incumpliendo las leyes establecidas (años más tarde un profesor de dicha ikastola es detenido por su vinculación con ETA). No obstante, no duda en pedir que cambien a 2 limpiadoras que hablan castellano por otras que sean euskaldunes. Como solución se envió a una limpiadora sordomuda. La respuesta de los abertzales fue ocupar la Delegación de Educación en Álava con pasamontañas y arrojar dentro una tonelada de basura.

Las plazas académicas que ofrece la Consejería de Educación del Gobierno Nacionalista en julio del 2002, para las tres provincias, son las siguientes: Colegio Zaraobe (Amurrio), 18 profesores en euskera, 1 en español; Ikastola Ikas Bidea, 20 profesores en euskera; Colegio Campezo (Campezo), 5 profesores en euskera; Colegio Badaia (Iruña de Oca), 8 profesores euskera, 2 en castellano; Colegio Aniturri (Salvatierra), 12 profesores en euskera; Colegio Ekialdea (Vitoria), 26 profesores en euskera, 1 en castellano; Colegio Francisco de Vitoria, 9 profesores en euskera, 4 en castellano; Colegio Koldo Mitxelena, 20 profesores en euskera. La lista continúa, pero a partir de aquí las plazas para los profesores castellanohablantes dejan prácticamente de existir.

Muchos profesores tienen que pedir la baja psicológica debido a la persecución a la que son sometidos por ser castellanohablantes en aquellos colegios cuyos directores pertenecen a HB, o cuyos inspectores de educación pertenecieron a ETA. Álvaro Lajarazu era inspector de educación en Basauri (1981) tras haber sido miembro de ETA.

Otros tantos profesores fueron sustituidos por personas que carecían de los títulos académicos necesarios para impartir clases pero que procedían de zonas vascófonas.

Según el sistema de baremos establecido por la Consejería de educación vasca para impartir Física y Química, si se sabe euskera sólo necesita 2,5 puntos. En cambio si no dominas esta lengua necesitas 42,25 puntos para impartir Física y Química. Como muy acertadamente apuntan José Díaz Herrera e Isabel Durán en su libro "ETA, el saqueo de Euskadi", se da el absurdo de que según este baremo personajes como Albert Einstein no podrían impartir clases de Física por no saber euskera...

Un padre presenta una denuncia en el Juzgado de Guardia de Durango (1999) contra el colegio público de Amorebieta porque no dan a sus hijos las asignaturas de lengua y literatura españolas. Tras una investigación se conoce que en 1994 el 81% de los Colegios públicos de Guipúzcoa, y el 44% de Vizcaya, no imparten dichas asignaturas.

Tampoco se ha de olvidar a la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización (AEK), que presume de tener en nómina a varios antiguos militantes de ETA, que se ha convertido en una de las numerosas tapaderas que utiliza la banda mafiosa para aumentar sus ingresos y que se hizo tristemente famosa por los castigos físicos que infligieron a niños en sus campamentos de verano por hablar en castellano. De cualquier modo es natural que pegaran a estos niños por hablar una lengua tan odiada, si tenemos en cuenta que los “profesores”, o los “monitores” de estos campamentos, habían sido activistas de una banda mafiosa que no duda en afirmar ante quien se moleste en leer su bazofia escrita: "Es menos escandaloso fusilar a los traidores que fusilar enemigos. No podemos ser bondadosos porque los errores de la bondad del alma son la peor de todas las cosas. Nuestra verdad es la verdad absoluta. No permite la más mínima duda y justifica la eliminación de los enemigos reales o virtuales."

Todo esto que estoy escribiendo y citando, no es una novedad para muchos de los que investigamos el tema puesto que han aparecido muchos artículos desvelando este tipo de abusos, tanto por parte de los gobiernos vascos adeptos al PNV, como de los etarras y de los mafiosos que les apoyan. Y si digo mafiosos tan a menudo es porque personas más versadas en el tema lo hacen, como es el caso de Roberto Saviano.

El escritor italiano autor de “Gomorra” y gran conocedor de los entresijos mafiosos, así lo reconoce en unas declaraciones hechas en Santander a la agencia de noticias COLPISA en las que explicado que ETA "actúa como una organización paramafiosa, pero se justifica como una organización política", asegurando después que la banda terrorista trafica con cocaína procedente de las FARC, “recibiendo a cambio apoyo y armas de la Camorra napolitana". Lamenta Saviano que estas informaciones no terminen de ser comprendidas por la mayoría de los españoles que no quieren creerlas ya que están engañadas por la actitud falsamente moralista que tiene la organización terrorista, añadiendo que para ETA "es un pecado relacionarse con la droga, pero trafican con ella", haciendo especial hincapié en lo "que puede suponer esta información para "tratar de descubrir el sistema de financiación de la banda y su forma de controlar el territorio".

Pero, dejando a ETA a un lado, volveremos sobre las tretas utilizadas por los nacionalistas vascos a la hora de preparar el terreno para conseguir el poder; para ello empezaremos con unas palabras del insigne Arzalluz que pronunció en una reunión que se celebró el 26 de marzo de 1991 teniendo como interlocutores a miembros de KAS y deja clara la postura del ex-jesuita con respecto al terrorismo.

"El enemigo es el de siempre, aunque ahora gobernemos con él".

"El Gobierno de Vitoria jamás ha utilizado a la Ertzaintza contra la banda terrorista, sino que, antes al contrario, ha frenado muchas actuaciones de la Policía Autónoma vasca, especialmente en Guipúzcoa, y, desde luego, jamás ha permitido que existiera flujo de información entre la Ertzaintza y la Policía Nacional".

"El PNV no considera a ETA su enemigo y no quiere verla derrotada".

"La Ertzaintza no ha dado nunca ni un solo dato a la Policía española".

Antes, aunque sin un acuerdo explícito, había un cierto valor entendido de esta complementariedad. Desde hace unos años, tras la muerte de Txomin estamos olvidando esto. Y eso nos lleva a situaciones peligrosas.

No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan.

Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas.

Otra vez sin comentarios; vistas las palabras de quien ha sido presidente del PNV durante tanto tiempo, no me extraña que, los adoctrinados enseñantes proclives a este partido y que suelen tragar con lo que quieran los violentos, escriban cartas como la que envió Jone Etxebarria Uriarte a otra maestra cuyos alumnos habían enviado una carta abierta a ETA pidiéndoles que acabaran los asesinatos.

La “calidad humana” de asesinos que se definen a sí mismos como Iñaki de Juana Chaos que tras el asesinato del matrimonio Jiménez Becerril en 1998 dijo: "Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes". No es necesario comentarla porque el odio, el desprecio a la vida humana que destilan sus palabras son más que suficientes para hacerlo. Ahora bien, no crean que esta falta de consideración a la vida incluye la suya propia, como sería lo normal en “guerreros dispuestos a arriesgar su vida por SU País Vasco”, porque para estos “valientes gudaris”, su vida vale tanto que el etarra Ramón Aldasoro, pidió una celda de no fumadores para no soportar el humo del tabaco que podía dañar su salud ¡Hay que joderse!

Claro que este preso de ETA ya había protestado anteriormente ante la Audiencia Nacional porque no le dejaban tener un decodificador para ver las películas por la televisión de pago en Canal Plus; pero como estos individuos que no dudan en asesinar ni les tiembla el pulso a la hora de sembrar el dolor piensan que son el ombligo del mundo y la última coca-cola del desierto, están convencidos de que “ellos” deben tener un trato preferencial.

Repasemos las peticiones de algunos etarras.

Jon Koldo Aparicio, tras serle negado el permiso en la prisión de Daroca para tener hilo dental como complemento de higiene, alzó su protesta hasta el Juez de Vigilancia penitenciaria porque “él” estaba acostumbrado a usarlo. Aitor Bores, preso en Sangonera, pidió a la Audiencia el permiso para la utilización de un ordenador, que se le negó porque la Dirección de la cárcel consideró que lo utilizaba para comunicarse con el exterior. Por último, De Juana Chaos, inició una batalla legal para conseguir un ventilador que le librase del calor que “sufría” en su encierro de Algeciras.

Gracias al sentido común estas peticiones no prosperaron y, por esta razón, las Coordinadoras pro-amnistía andan tocando los huevos con las torturas y el maltrato sicológico a los presos de ETA. Pero, vamos a ver, ¿no dicen ellos que están en guerra con España?, ¿no llaman a las cárceles que los alojan campos de concentración?, ¿no consideran a las personas a las que asesinan enemigos de su País? Pues ¡que se jodan!, que aguanten con nuestro sistema penitenciario, que por cierto los trata con demasiada suavidad, o, de lo contrario, ¿por qué no aceptamos sus postulados y los sometemos a la Justicia Militar a ver si tienen tantas reclamaciones como en el sistema civil?

Es sólo una idea.

Es lógico que los asesinos piensen así porque gozan de prerrogativas a las que ningún preso de este país tiene acceso, incluidas las reducciones de condena por causa de la realización de estudios desde la prisión y, este punto en especial, merece nuestra atención porque, desde hace ya algunos años, se viene hablando de que la Universidad del País Vasco, UPV, está beneficiando a los etarras en sus planes de estudios para reducir las condenas.

En 2005, Juan Ignacio Pérez, rector de la UPV respondió a la acusación sobre las irregularidades de los expedientes académicos de los presos de ETA que cursaban carreras universitarias en la cárcel, diciendo que las informaciones afirmando de casos en los que miembros de ETA habían recibido becas estando prófugos de la Justicia hasta la de etarras que terminan las carreras sin haberse presentado a examen, o con DNI falsificado, o sin siquiera haber aprobado el examen de Selectividad, eran sólo serpientes de verano y que no tenían ningún fundamento. El periodista D. Mazón, del diario “El Mundo”, le respondió con un artículo que no tiene desperdicio en el que se aportan pruebas del trato preferencial que reciben los pertenecientes a la banda terrorista.

Como habrán podido comprobar, las tretas y trapicheos que utiliza el nazi-onalismo para aumentar su presión en la sociedad son muchas; pero para no aburrirles en demasía, pasaré a comentar un poco el caso especial del nacionalismo catalán que será mucho más breve por el hecho de que es menos enrevesado y, por ende, más fácil de transmitir; máxime si tenemos en cuenta que el paradigma de los nacionalistas, el paladín de los independentistas y faro de los iluminados de la teoría de los nacionalismos en España, es decir, Sabino Arana, ya reconoce en sus escritos, como hemos visto, que el independentismo catalán nada tenía que ver con el vasco, añadiendo además de su puño y letra que Cataluña era España, se pusieran como se pusieran los ciudadanos de aquella región española, subrayando estas dos últimas palabras.

Si empezamos desde el siglo IX el monarca francés Carlos el Calvo autoriza a Wilfredo el Velloso, que reúna bajo su mando los diferentes territorios que abarcaban casi todo lo que hoy conocemos como Cataluña y dado que este hecho se desarrolla en plena época del feudalismo medieval, no se pueden considerar esas tierras como una nación independiente; la repoblación que siguió en el siglo X, para dotar de habitantes a los territorios vacíos, se hizo con personas venidas del sur de Francia que organizaron un modelo económico y social en el que cada familia producía lo suficiente para mantenerse, igual que la mayoría de las de aquella época, hasta que a mediados del siglo XI se produjo una guerra en la que los señores feudales sojuzgaron de manera violenta a los campesinos convirtiéndolos de este modo en sus siervos como era normal, e injustamente cotidiano, en aquellos años en que los señores eran dueños de vidas y haciendas. Hasta este punto de la historia, como se puede apreciar, la zona conocida hoy como Cataluña, no había sido ni nación, ni había disfrutado de más independencia que el resto de los territorios dominados por los señores feudales por lo que la teoría de que Cataluña fue conquistada a la fuerza por el Reino de Aragón, ya es de por sí una mentira.

Los sucesivos condes de aquella zona, o sea los señores feudales que campaban a sus anchas en todo el mundo conocido, fueron ampliando paulatinamente su territorio, que es decir tanto como sus posesiones personales, hasta que el conde Ramón Berenguer IV, se casó con Petronila de Aragón en el año de gracia de 1150, llegando así a formar parte de la Casa de Aragón y, como yerno de Ramiro II de Aragón, pasa a regentar el Reino de Aragón en calidad de príncipe de las tierras aragonesas ya que Ramiro el Monje nunca hizo entrega de su dignidad real ni de su título de rey. A la muerte de Ramón Berenguer en el año 1162, ocupa el trono Petronila de Aragón, su hija, que reina hasta la fecha de su muerte en la que comienza a reinar en todos los territorios de la Corona de Aragón su hijo Alfonso.

Por lo que sostienen todos los historiadores e hispanistas, que se interesan por el tema, todos salvo Henry Kamen que paniaguado como está por las Instituciones culturales catalanas defiende todo lo contrario, Ramón Berenguer IV no fue en absoluto el primer rey catalán sino un príncipe regente de la Corona de Aragón que fue sucedido por su mujer y, posteriormente, por su hijo que sí fue rey de Aragón.

Durante los siglos siguientes se suceden diferentes reyes en la Corona de Aragón hasta que, durante el reinado de Alfonso V el Magnánimo, se produce una revuelta violenta en Cataluña en la que algunos señores levantiscos buscan dejar de pagar los impuestos debidos a la corona de Aragón, y no reclamando la independencia como muchos pregonan falseando los hechos; durante esta guerra, los franceses, aprovechando el descontrol creado por los frecuentes enfrentamientos entre los defensores de la Corona de Aragón y los partidarios de guardarse el dinero para ellos, ocupan el Rosellón y la Cerdaña hasta que el rey Juan II, hermano menor y sucesor de Alfonso, terminó de manera definitiva con la revuelta.

Cuando el rey Fernando II contrae matrimonio con Isabel la Católica, se produce una fusión territorial entre los dos reinos a pesar de que tanto el reinado de Castilla, como el Reino de Aragón mantienen instituciones y fueros separados por lo que, a pesar de la nueva organización política que campea en España, no se modifica en absoluto la situación de Cataluña que, pese a quien pese, nunca dejó de pertenecer y pagar vasallaje a la Corona de Aragón; pero esta situación es muy difícil de entender por los que, desde hace algunos años, tratan de encumbrar a Cataluña en un limbo ficticio de Independencia histórica, lejos de la verdad de la sumisión a la que se sometieron voluntariamente durante siglos.

Por negar un pasado de vasallaje que vivieron sus ancestros a lo largo de siglos, se empecinan en contradecir todo lo que apoye dicha verdad e incluso, muy modernos y pacifistas ellos, dicen que no contribuyeron a la colonización del Nuevo Continente.

Aunque parezca mentira todavía se pueden encontrar catalanes que, asustados por la brutalidad de los españoles en tierras de América, niegan la participación de sus ancestros en las barbaridades cometidas con los indios por parte de los castellás; al hacerlo omiten a grandes personajes de su historia regional que estuvieron ayudando a España, mejor dicho, a los reyes españoles en la tarea del descubrimiento de América por lo que, sin quererlo, echan en saco roto las existencias de coterráneos suyo como lo fueron Pedro de Margarit, Joan Orpí, Manuel Amat y Juniet y Manuel de Oms.

El hecho de negar un pasado que no les conviene, se está convirtiendo en una costumbre recurrente ya que, por borrar lo que no es políticamente correcto, suficientemente progresista o razonablemente moderno desde el punto de vista actual, han suprimido de un plumazo gran parte de la historia bélica de su tierra y de la nuestra.

No defiendo la guerra, que quede claro; pero no podemos olvidarnos de una parte de nuestro pasado, más aún si atañe a tantas naciones que, por su parte, no han relegado estos hechos históricos. Por otra parte, si nos deshacemos de nuestra historia, condenamos al ostracismo a una larga lista de personajes que han hecho mucho por España, por Aragón y por Cataluña; no podemos, de ninguna manera, elegir los personajes que encajan con nuestros intereses negando la existencia de los que, históricamente, actuaron en contra de los dicterios independentistas que ahora nos quieren imponer.

Siguiendo con este breve esbozo histórico que pretende situar a los lectores en el marco histórico que realmente hubo, durante el reinado de Felipe II, el país comienza a sufrir una grave crisis económica y en 1635 los vecinos franceses vuelven a ocupar el Rosellón que al final es recuperado cinco años más tarde, en enero de 1640, por la acción conjunta de los soldados del rey de España que acudieron en ayuda de los somatenes catalanes; pero en mayo del mismo año, en pago al trabajo que hicieron los soldados españoles para recuperar los territorios invadidos por Francia, llegan a Barcelona 3000 campesinos del Vallés que, tras mostrar su descontento ante las autoridades, más o menos competentes, asesinaron a los oficiales del rey que estaban refugiados en conventos, en su camino de vuelta al Ampurdán.

El día 6 de junio del mismo año, entran los segadores en Barcelona para buscar un trabajo en la siega, protegidos esta vez por rebeldes armados que, según las crónicas de la época, cometieron numerosos saqueos y más de un asesinato a sangre fría; cuando los soldados del rey detuvieron a un segador, huido de la justicia por un asesinato cometido con anterioridad, sus compañeros lo defienden y dieron comienzo una serie de altercados sangrientos en los que se terminan enfrentando los catalanes partidarios del rey de España con los catalanes que opinaban lo contrario, mostrando así ambas partes su capacidad de diálogo y su tolerancia. Así pues, las luchas más encarnizadas tuvieron lugar entre quienes querían salir de la férula del Reino de Aragón y los que buscaban una independencia; pero en realidad el origen de los enfrentamientos, tienen su origen en un asunto pecuniario: El no pagar los royalties del comercio que se llevaba a cabo en el puerto de Barcelona. Royalties que, por otra parte, rendía el traslado de mercancías de un punto del Reino de Aragón, Nápoles o Cerdeña por ejemplo, a otro lugar del Reino en la Península Ibérica.

En el asunto del gran movimiento comercial, los habitantes de lo que hoy es Cataluña, siempre se han mostrado “muy suyos” y han tratado de evitar el pago a quienes por ley podían exigirlo; no en vano Barcelona fue tomada a los layetanos por los cartagineses que, en los albores de la historia mediterránea, se distinguieron por ser los inventores del “Todopamí” que derivó en el más conocido “Lapelaeslapela”.

El grupo constituido por los catalanes que deseaban no pagar los diezmos a la Corona española, buscaron el apoyo de los franceses que, sin dudarlo, les ofrecen crear una república independiente bajo el control de Francia, eso sí, por lo que se someten de manera unilateral a las órdenes del rey Luis XIII, cambiando una monarquía por otra, sin dejar de ser esclavos sumisos de un rey.

Después de que Barcelona fuera sitiada por las tropas españolas, para devolverla al redil, la ciudad se entregó sin condiciones a don Juan de Austria en el año de 1652; las cuentas que pudieron hacerse una vez acabada esta larga revuelta, tras la conversión de Cataluña en súbdita francesa y la posterior recuperación de los territorios por parte del rey de España, se pueden hacer rápidamente.

La aventura francesa de Cataluña se saldó con la pérdida del Rosellón, parte de la Cerdaña, el Vallespir y otras tierras, situación que se confirmó con la firma del Tratado de los Pirineos según el cual, entre otras cosas, los reyes de España y Francia se comprometían a respetar los fueros, las instituciones y la lengua propia de los catalanes, cláusulas que los españoles obedecieron, pero no así el rey de Francia que, cansado del coñazo que estaban dando los catalanes y los frecuentes abusos que hicieron de aquellos privilegios, los derogó en 1660.

Con la llegada de Felipe V al poder, que fue aceptado en principio por la Corona de Aragón, y la posterior aparición del príncipe Carlos, se inicia la guerra de Sucesión española en la que la Corona de Aragón, ante la política absolutista de Felipe, se muestra partidaria de Carlos quien se instala en Barcelona y pasa a ser llamado Carlos III hasta que el Tratado de Utrecht deja a la Corona de Aragón sin apoyos y su territorio es atacado por un ejército compuesto de castellanos y franceses. Pero hablemos un poco de la famosa fecha del 11 de septiembre de 1714 porque los historiadores de todo el mundo dan una versión diferente a la de los nacionalistas catalanes.

El 11 de septiembre de 1714, durante la Guerra de Sucesión, se produjo la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas al mando del Duque de Berwick en 1714, batalla en la que fue levemente herido en un muslo Rafael Casanova y, tras la rendición de la ciudad, tras quemar los archivos, huyó disfrazado de monje y se escondió hasta que fue amnistiado cinco años más tarde. Murió, por causas naturales el año 1743 en su cama; pero la mitomanía nacionalista radical, ha convertido a Casanova en un mártir por lo que todos los años le llevan una corona de flores. De esta manera tan truculenta se construye el nacionalismo a pesar de que el sentido común y la inteligencia aconsejan no alimentar pendencias basadas en viejas querellas, ya que sólo rinden servicio a quienes las usan como justificación para exigir privilegios políticos y para adoctrinar a la masa de votantes.

También es necesario puntualizar que en esta guerra de Sucesión, que no de “Secesión”, ciudades como Toledo, Zaragoza o Madrid, peleaban en el mismo bando que lo hizo Barcelona puesto que no era una lucha para dirimir la independencia de un territorio, sino el enfrentamiento entre dos facciones distintas que seguían a diferentes aspirantes al trono y, al contrario de lo que muchos dicen, no fue una guerra a nivel de España, sino una guerra de carácter internacional en la que se vieron envueltos varios países.

Por otra parte, la entrada de la región catalana en esta contienda, no partió de otro punto diferente al de los muchos intereses comerciales que tenían los catalanes más ricos en América y no por asuntos forales o de privilegios ya que el rey Borbón, en 1701 había celebrado sesión de Las Cortes en Barcelona y confirmó los fueros especiales de los que disfrutaba Cataluña hasta ese momento sin ningún tipo de recortes ni de presión sobre los catalanes.

Un dato más que aclara la verdadera naturaleza de la facción que defendía Cataluña es que el aspirante a la corona, Carlos de Habsburgo, representaba en ese momento la completa unidad de España y quienes se proclamaron sus seguidores intentaban que este candidato ocupase el trono de España porque no se fiaban ni una “mijita” de los franceses, así que Barcelona estaba muy lejos de defender en aquellos momentos una postura separatista o secesionista. Para terminar, apuntaré que, con el fin de la guerra, se dieron por terminados tres siglos de declive en Cataluña y comenzó una era de recuperación económica.

Tras unos años de relativa tranquilidad, mientras se recuperaban de las pérdidas ocasionadas por la Guerra de Sucesión, en 1808, Cataluña es invadida por las tropas francesas del ejército napoleónico que se quedan allí hasta el año de 1814 y posteriormente, durante el reinado de Fernando VII, en Cataluña como en otras muchas partes de España, se produjeron levantamientos y altercados por la forma absolutista de reinar que tenía el monarca ocupante del trono español, mientras que, de manera paralela comienza la Renaixença y ya, a principios del siglo XX es cuando Cataluña consigue, por vez primera en su historia, hacer funcionar una institución casi totalmente independiente de lo que podía considerarse como Estado Central: La Mancomunidad de Cataluña.

Este organismo fue presidido en primera instancia por el señor Prat de la Riba desde su fundación en el año de 1913 y, posteriormente por el señor Josep Puig i Cadafalch que ocupó el cargo hasta la disolución definitiva de la Mancomunidad que se llevó a cabo en 1923.

A pesar de que el Teniente Coronel del Arma de Ingenieros Françesc Maciá i Llusá proclamó el día 13 de Abril de 1931, de manera unilateral, la República Catalana, no es sino después de que el Estatuto de Nuria fuese plebiscitado por los catalanes el día 2 de agosto de mismo año y la aprobación definitiva del proyecto de Autonomía, que no de independencia, en las Cortes Españolas del gobierno presidido por Niceto Alcalá Zamora el 9 de Septiembre de 1932, que se proclama Cataluña como un Estado autónomo, que no nación independiente ni estado asociado, dentro de la República Española.

El primer presidente de la Comunidad Autónoma Catalana fue Françesc Maciá, al que ya he aludido anteriormente, que ejerció la presidencia del año 1931 al año 1933; a Maciá le sucedió Lluis Companys que ocupó el cargo desde el año 1934 al año 1939, tras un breve periodo en que fue suspendido dicho estatuto por razones políticas.

A pesar de que algunos independentistas catalanes también quisieron desarrollar un grupo terrorista a imagen de la banda ETA, grupo que no llegó a cuajar por la rápida acción policial que no quería tener que sufrir una nueva organización violenta en el país, dentro de las extrañas movidas independentistas, hay un partido que se lleva la palma en los últimos años y que, hasta el momento de escribir estas líneas, trata de llamar la atención del resto de España con sus rocambolescas peticiones y sus presuntas reivindicaciones basadas en conceptos históricos claramente deformados y más que discutibles: Me refiero a Esquerra Republicana de Catalunya.

Fundada por Jaume Aiguader el 20 de marzo de 1931 en el barcelonés barrio de Sants, Esquerra Republicana de Catalunya, fue la resultante de la unión entre el partido Estat Català de Francesc Macià, el Partit Republicà Català de Lluís Companys, y el grupo L'Opinió que se había formado alrededor del periódico del mismo nombre fundado por Joan Lluhí. En el año 1934, Companys aprovechando la fuerte tensión social que terminó desencadenando la efímera Revolución de Asturias contra el gobierno radical de la CEDA, nuevamente proclamó de manera unilateral, un Estado Catalán dentro de la República Federal Española, quebrantando la legalidad vigente y desafiando al gobierno español con gente armada.

España declaró el estado de guerra y ordenó la inmediata intervención del ejército, que acabó en muy poco tiempo con el intento separatista de Companys quien fue detenido y encarcelado en el Puerto de Santa María bajo el cargo de rebelión armada, al tiempo que era suspendido el gobierno autónomo que se había decretado. Ya en el año de 1936 Esquerra Republicana de Catalunya formó parte del Frente Popular que ganó las elecciones generales y Lluis Companys asumió por segunda vez en su historia el gobierno de la Generalidad de Cataluña; una vez que huyó a Perpiñán, ciudad francesa en la que se instaló para pasar después a París en donde siguió al frente de la Generalitat en el exilio hasta que fue entregado a España en el año 1940, donde fue fusilado, como tantos otros republicanos, en el Castillo de Montjuic.

Creo haber dejado claro que, según la historia, es en el partido Esquerra Republicana de Catalunya en el que se basan los primeros intentos independentistas; pero, a pesar de la gran tolerancia que dicen tener desde siempre y de la capacidad de diálogo de la que presumen, los independentistas, sean del color que fueren, siempre reaccionan igual: Con la violencia y el alzamiento en armas.

Pero, si en el caso vasco ya he dicho que el PNV había mantenido relaciones con el partido Nazi alemán, los catalanes no se quedaron atrás, y prueba de ello es lo que publicó “La Nació Catalana” el 17 de octubre de 1933. Karl Cerff, portavoz y responsable de propaganda y formación de las Juventudes Hitlerianas, que llegaría a ocupar el cargo de director general del Ministerio de Propaganda de Joseph Göbbels, entrevistado por esta publicación, dijo: “Nosotros sabemos que los catalanes son una raza muy diferente de la española, por razones conocidas y universalmente admitidas”. Más adelante admite que “los materialistas, en Cataluña, deben ser los judíos, y éstos, con toda seguridad, deben ser los antinacionalistas”.

A lo largo de la historia del independentismo catalán “por cojones”, además de los terroristas, y de algún asesino que ahora quieren hacer aparecer como un héroe, han surgido muchos nombres propios que avalan mi teoría sobre los nacionalismos radicales y los independentismos a pesar de lo que opine la mayoría; pero entre los muchos personajes que pululan alrededor del nacionalismo catalán, como moscas revoloteando sobre la miel, hay uno que llama poderosamente la atención. José Luis Carod Rovira.

Este licenciado en filología catalana que fue encarcelado por su pertenencia al Partit d’Alliberament Nacional, ha sido protagonista de diversas polémicas por haber querido ir más allá del sentido común en defensa de “SU” Cataluña. Una de ellas fue la de no querer participar en un homenaje a Isaac Rabin en Jerusalén porque no estaba presente la bandera de Cataluña, aunque sí estaba la española, porque era una falta de respeto a Cataluña; respeto del que él mismo careció al hacerse una foto, bromeando con Pasqual Maragall y Antoni Castells, al ponerse una corona de espinas sobre la cabeza.

Otra de las polémicas de las que fue protagonista, fue la de criticar el uso del idioma español en las fiestas de la Mercé de Barcelona, aduciendo que el castellano no es la lengua propia de Cataluña y obviando que el catalán es el idioma cooficial con el castellano sin que uno sea preferible al otro; pero la mayor de todas, la que le obligó a dimitir de su cargo político, fue su reunión con ETA.

José Luis Carod Rovira, mientras ejercía como presidente interino de la Comunidad Autónoma de Cataluña, porque Maragall se encontraba en esos momentos de viaje oficial, mantuvo una entrevista con ETA en Perpiñán, a espaldas tanto del gobierno catalán como del español, para pedirles que decretasen una tregua sólo para Cataluña.

Descubierto por el gobierno de José María Aznar, admitió los hechos aunque dijo que no había firmado ningún documento porque los etarras no habían condenado la violencia ¡Y los demás nos lo creemos todo, señor Rovira! Hace falta una gran dosis de jeta y esta jeta de hormigón armado reforzado con acero y blindada con planchas de plomo para pedir a los terroristas que no atenten en Cataluña aceptando que, los crímenes de los asesinos fuera de territorio catalán y las posibles víctimas, le importaban un pijo a nuestro amigo.

Si individuos así siguen siendo elegidos por algunos para que los represente, podemos hacernos una idea de las mentalidades que respaldan a estos impresentables; pero no debemos preocuparnos porque, con el trabajo que se están tomando para reescribir la historia y ponerla de su lado, en muy pocos años tendremos multitud de jóvenes que querrán convencernos de que tienen razón, esgrimiendo para ello las pruebas que tipos como Carod están falsificando ante la mirada inexpresiva de nuestros gobernantes.

Pero si hablábamos de las presiones que ejercen los nacionalistas radicales vascos sobre todas las áreas de la sociedad para llevar a buen fin sus pretensiones, no podemos echar en saco roto las que ejercen algunos políticos catalanes que, por el hecho de no ser violentas, no dejan de ser sucias.

Podíamos hablar de una Cataluña que, al menos desde muchas de sus instituciones y, por supuesto, por boca de los portavoces de un nacionalismo radical, da la imagen de ser un territorio, no sólo dictatorial, sino rayano en lo fascista por no decir nazi… que ni ganas ni pruebas me faltan para hacerlo.

Si no estoy en lo cierto, ¿no es nazi que el hecho de discutir la base del nacionalismo razonando y aportando pruebas se convierta de manera inmediata en un ataque a los Catalanes?, ¿no es nazi el que Carod reivindique como legal el golpe de Estado de Companys contra el Gobierno español y demonice el golpe de Estado de Franco?, ¿no es nazi la constante desautorización de la Constitución que hacen los nacionalistas radicales, máxime teniendo en cuenta que es la que les permite expresar libremente sus ideas?, ¿no es nazi impedir a los niños que aprendan el español negándoles la posibilidad de comunicarse con seiscientos millones de personas que lo hablan?, ¿no es nazi el continuo ataque hacia España bajo la premisa de ”critica y difama que algo queda”?, y por último, ¿no es nazi intentar asfixiar la libertad de expresión en Cataluña, ya de por sí muy recortada por la autocensura del miedo a ser rechazado, bajo la infame mentira de que defender las razones de España significa atacar a Cataluña y deshonrarla?.

Si quieren saber lo que es de verdad nazi, se lo explicaré. Imaginen un estadio de fútbol antes de un partido de liga. En este caso, para que la comparación sea más justa, el Santiago Bernabéu lleno hasta reventar y, justo en el centro del terreno de juego, una enorme imagen de la Península Ibérica, parte del sur de Francia, un sector de Marruecos y la isla Perejil, con una leyenda que diga “Países Españoles”, mientras tanto, por la megafonía del Estadio, en cuyas tribunas ondean miles de banderas españolas preconstitucionales, se escucha el himno nacional español y el animador locutor grita a voz en cuello ¡Viva España!, ¡viva Gibraltar Español!, ¡viva Portugal Español!, ¡Viva el Bearn y el Rosellón españoles!, ¡España, una!, ¡España, grande!, ¡España, libre!. Por si esto fuera poco, imaginen el césped con un montón de niños ataviados como si acabaran de venir de campamentos de la OJE. Pregunto, ¿es esto nazi?

La respuesta es evidente: Sí; lo es. Si esto llegara a suceder en un futuro, me imagino la que liarían todos los periódicos de España en contra de la Directiva del Real Madrid y de su presidente, por permitir ese espectáculo tan denigrante en las gradas de su estadio; los progres, por su parte, no pararían de denostar al equipo imperialista y nazi, sí, nazi, que permite tales desmanes. ¿Todos de acuerdo? Pues algo parecido, sustituyendo los símbolos que yo he apuntado y los himnos por otros símbolos nacionalistas, el himno de Cataluña y gritos en catalán reclamando la posesión de territorios que no les pertenecen, sucede muy a menudo en el Nou Camp, feudo del Barcelona C.F., y ¡no pasa nada! ¿Acaso el espectáculo de Barcelona no es nazi? Pues, señores, en este caso, los progres, no dicen ni mu.

En cuanto a la ley que decreta la cooficialidad del catalán y el castellano, también hace tiempo que se ha quedado en agua de collejas porque los nacionalistas, cada día más, están consiguiendo asfixiar al castellano, con la bendición del Parlamento de Cataluña, como se ha demostrado hace muy poco en una proposición de ley que no prosperó y, a pesar de lo que digan los demás, “ellos” siguen con su idea utópica de unos “Països Catalans” que sólo existen en sus mentes obtusas; aunque hay que concederles un reconocimiento especial por el empeño que ponen en demostrar lo indemostrable.

En el caso de la reclamación de territorios, muy similar a la necesidad de territorio vital que adujo Hitler para anexionarse países que no pertenecían, ni habían pertenecido a la nación Alemana, son persistentes y, al igual que los vascos, ya adelantan mapas que representan estos territorios; pero los catalanes, van un poco más lejos, y ya los llegan a insertar en los juegos infantiles como recoge la periodista Marta Machengs en un artículo publicado por el diario El Mundo. Ante una situación como esta que vivimos, no es extraño que Ignasi Guardans, que fue diputado por Convergencia i Unió, diga que Cataluña camina hacia un nacionalismo totalitario en unas declaraciones a Com Radio en las que el ex eurodiputado de CiU avisó que Cataluña podría convertirse en un "fascismo".

Pero, ¿se han preguntado ustedes de dónde viene la idea de los “Països Catalans”? Les ayudaré un poco en esta tarea. Antoni Rovira i Virgili, político que fundó los partidos “Acció Catalana” y “Acció Republicana”, para emigrar después a las filas de ERC, detalló la figura de los “Països Catalans” apelando a las localidades en las que, presuntamente, se centran los puntos cardinales, es decir, “De Salses a Guardamar, de Fraga a Mahón”.

Rossel i Vilar, en la publicación “Nosaltres sols!” dijo: “Cataluña y las tierras hermanas han de conocerse con un nombre común. Yo propongo que se llamen Imperio Catalán”. No contento con eso añadió, en la misma publicación, con fecha 30 de Mayo de 1931, en un artículo titulado “Catalans separats de la patria”: “La catalanidad, savia racial irrestañable, resurge inexorable contra la asimilación aragonesa y contra la ignorancia de su origen catalán puro de nuestros hermanos de la patria, que pueblan aquellas nobles tierras de la Cataluña estricta”. Además, declaró: “No. Cataluña no puede renunciar. Estas tierras, estos pueblos y estos catalanes -catalanes a pesar suyo- son de ella. Le pertenecen por derechos históricos, por legítimos derechos de posesión, por clamor de justicia contra el expolio y porque, más tarde o temprano, la llamada de la sangre juntará hermanos con hermanos de aquí y de allá del Noguera Ribagorzana".

En “La Humanitat” del día 22 de marzo de 1938, podemos leer: “Hace siglos que un extenso trozo de la tierra catalana constituye la zona más oriental de Aragón. Desde los Pirineos hasta el sureste de Alcañiz, este trozo de tierra pertenece al dominio de nuestro idioma. Sus habitantes hablan catalán y son, por lo tanto, catalanes”.

Pero, como en el caso vasco, podrán aducir que estas son ideas trasnochadas que, hoy en día, ya no suponen el eje de las reivindicaciones de los partidos nacionalistas. Quítense la venda porque en el XIX Congreso Nacional de ERC, celebrado el día 19 de diciembre de 1993, en su Declaración ideológica, podemos leer esta parrafada que deja claras sus intenciones anexionistas: “La Nación Catalana ha estado dividida en diferentes territorios por imperativos políticos: la Cataluña Norte, en el Estado Francés; el Principado de Cataluña con la Franja de Poniente; el País Valenciano y las Islas Baleares, así como las Pitiusas, en el Estado Español, y Andorra, que tiene Estado propio”. Y más adelante, esta declaración, es taxativa cuando reza: “Con la excepción de Andorra, que ya disfruta de Estado, la obtención de la independencia de la Nación Catalana dentro de una Europa Unida constituye un objetivo irrenunciable”.

Por lo que se puede deducir de estos textos, o los de Aragón nos despabilamos, o la Franja Oriental de nuestra Comunidad Autónoma, va a terminar siendo catalana, lo quieran o no sus habitantes. Bueno, no, que Carod-Rovira durante la campaña de las elecciones europeas de 2004 dijo: “Nuestro interés por la Franja aragonesa es sólo cultural y lingüístico”. Lo más curioso de estas elecciones es que ERC se presentaba en coalición con la Chunta Aragonesista, según recogió el Heraldo de Aragón en su edición del 17 de mayo de aquel año. ¡Menos mal que tenemos un partido nacionalista aragonés, La Chunta, que nos defenderá de la anexión presentándose a las europeas con quien desea esos territorios fervientemente! ¿No te jode con los aragonesistas nazi-onalistas?

Por todo lo expuesto hasta este momento, pueden consultar todas las obras que quieran para constatar que estoy en lo cierto, podemos concluir que no existe, ni en el caso catalán, ni en el vasco, la tradición independentista que nos quieren hacer creer, y en todo caso, los movimientos políticos nacionalistas, nunca van más atrás de los años primeros del siglo XX, en contra de lo que quieren hacernos creer quienes, en un futuro, piensan ser cabezas visibles de naciones independientes de la España actual.

Estas mentiras defendidas por políticos arribistas que sólo buscan su beneficio personal, los mismos que sueñan con figurar en la ONU a la cabeza de una delegación nacional, o con ser ministros o Secretarios de un Estado, por cierto condenado a empezar desde cero para formar parte de la Comunidad Económica Europea según recoge el tratado de Lisboa, han revuelto el panorama político español e intentan movilizar a los más descerebrados con consignas propias del siglo XIX, lo cual, debe plantearnos algunas dudas serias sobre la honestidad de los políticos que quieren torcer esta realidad ante sus respectivos pueblos.

La primera de ellas, que quiero exponer al pueblo vasco en general, parte del supuesto de una independencia en el País Vasco. Conjeturemos que en el próximo año, por cualquier circunstancia, se proclama la independencia de Euskadi y, desde ese momento ETA, por supuesto, ya no tendrá razón de ser. Pasadas las primeras celebraciones por haberse liberado del pesado lastre del yugo español, ¿qué piensan hacer con los etarras que ya no tendrán la sacrosanta ocupación de matar al prójimo que no piensa como ellos?, ¿van a formar parte del gobierno de la nueva nación?, ¿serán el núcleo del futuro ejército, como sucesores del capitán Saseta?, o, cosa que no le deseo a nadie, ¿se encargarán de la diplomacia y las relaciones exteriores del nuevo país?

La segunda duda es para transmitirla al resto de las Comunidades Autónomas de España. Si todo cuanto yo acabo de escribir y razonar es conocido, o al menos debería serlo, por los representantes de la política que rige con muy poco acierto los destinos de este país plural, (si dudan de mis asertos no tienen más que buscar en enciclopedias en cualquier idioma ajeno al español para que eso no levante suspicacias) ¿por qué razón no airean estos hechos probados ante todos los que desconocen la realidad histórica y empiezan por llamar a las cosas por su verdadero nombre, dejando a quienes quieren defender la mentira como medio político a la altura del barro que, al fin y al cabo, es un lugar mucho más alto y limpio de lo que en realidad merecen estos individuos?

Mi opinión personal es que a ninguno de los que viven de la política les interesa que la verdad campe con plena libertad en España porque los pactos, las deudas de laya política y su insaciable sed de poder han terminado por ponerles a todos ellos un bozal de jamón de Jabugo y pan tierno para que se queden en silencio ante esos atropellos.

La tercera duda que me inquieta sobremanera es tanto para los unos como para los otros ¿Cómo pueden permitir nuestros políticos y los responsables de la educación, en general, que estos alienados tuerzan a los más jóvenes con unos postulados falsos, con una censura de la historia en la que los buenos y los malos cambian según el gobierno que ejerce el poder, o están en función de lo que nos pida quien nos puede ayudar para sacar adelante una ley en el parlamento?, ¿podrán dormir estos individuos con ese peso en la conciencia?

¡Ah!, perdón por el lapsus que acabo de tener; se me había olvidado que la mayoría de los políticos no tienen conciencia y que los mediocres duermen mucho mejor. Es lamentable de cualquier modo, ver cómo la gente ha terminado por confundir la libertad de expresión con la ofensa y, ante la pasividad de quienes tienen el deber inalienable de gobernar y hacer cumplir las leyes, se queman banderas, se ofende sin descanso a España y a los españoles, y hacen todo cuanto les viene en gana aunque esté en contra de la Ley y del sentido común, sin ser molestados por los gobiernos que permiten estos derechos de pernada de estos abantos merinos.

Por miedo a que los llamen fachas, un adjetivo que ya ha dejado de tener el significado para el que fue concebido, todos tragan y, los más, se apuntan al carro de los abusones y les aprueban las “gracias” con movimientos afirmativos de cabeza y una sonrisa de “buen rollito”, que en el fondo acojona, rodeados por los lameculos de siempre y los bufones que, a la sombra de un poder pusilánime, medran sin tasa. ¿Ejemplos? Muchos; yo diría que demasiados. Trataré de no extenderme y exponer sólo algunos de los muchos que hay.

La Iglesia Católica catalana se llevó del norte de Aragón más de cien obras de arte y, tras años de usufructo indebido, por la pasividad de algunos gobernantes aragoneses todo hay que decirlo, son reclamados para que vuelvan a manos de sus legítimos propietarios. ¿Respuesta?: La Iglesia en Cataluña se niega y el asunto, presentado por los aragoneses llega al Vaticano que, después de estudiar el asunto, falla a favor de Aragón y ordena que sean devueltas las obras de arte. ¿Respuesta?: La curia catalana se pasa la orden del Papa por el forro de los mismísimos y se niega a cumplir la orden papal. Se presenta reclamación ante la justicia ordinaria que vuelve a fallar a favor de Aragón y hoy leo con sorpresa en el periódico que, lejos de ser devueltos estos bienes, las autoridades catalanas dicen que tienen derechos sobre ellos y que se van a presentar agavillados ante la justicia para que les concedan la propiedad definitiva.

Con este asunto terminaremos como con el Archivo de la Corona de Aragón que está en Ripoll, Cataluña, o el de Salamanca que también está en territorio catalán; de esta manera tan poco honesta adquieren propiedades que les permiten presumir de tener innumerables bienes culturales en comparación con otros lugares de España. Entonces, ¿qué pasa aquí? Es sencillo: Lo que sucede es que, una vez que van consiguiendo cuotas de poder, los representantes de los gobiernos independentistas se empiezan a mostrar como son en realidad: políticos acaparadores, estafadores, mentirosos y abusones como chulos de patio de colegio que son.

Aunque no lo crean España es un colegio en el que el profesor al que se ha encargado la tarea de vigilar para que los alumnos más jetas no cometan desmanes con los menos favorecidos, está sonriendo, de buen rollito, muy Bambi él, sin enterarse de que los dos abusones del patio, le han robado unas reglas de madera con las que nos están poniendo a caldo a todos los demás y robándonos el dinero de las chuches, mientras PePe, el otro profe que debía estar vigilando que se cumplieran las normas, pierde la mayor parte de su tiempo organizando reuniones con un ex alumno para criticar detalles tontos, decir caca, culo, pedo y pis y para ver si de ese modo quitan a Bambi para poner, por ejemplo, al profe Mariano que no ve luz.

En España, entre unos y otros, hemos permitido que los independentistas radicales de uno y otro bando hicieran lo que les viniese en gana. Con dineros del Estado español que debían ser destinados a la difusión de las Olimpiadas de Barcelona en 1992, se ha pagado publicidad en todo el mundo con el slogan de “Catalonia is not Spain” y se ha hecho creer al resto del mundo que los pobrecitos nacidos en esa región, perdón, país, vivían bajo la férula opresora, nazi y agobiante de una nación tercermundista llamada España.

Soy de la opinión, junto con otros muchos, de que el reinado del terror que Hitler impuso, el que desembocó en una guerra que le costó a la humanidad más de cincuenta millones de vidas, podía haberse impedido si alguien hubiese tenido el valor de poner al descubierto la verdad de lo que estaba sucediendo en lugar de darle pábulo a toda la falsa propaganda del régimen nazi y hacer creer a los sufridos habitantes de este planeta que aquella mamarrachada militarista y represora iba a durar poco más de cuatro días; por eso, aunque duela, me creo en la obligación de avisar que los independentistas radicales, los xenófobos que no quieren ser españoles pese a haber nacido aquí, los que cambian el José Luis del DNI por el Josep Lluís que querrían haber tenido, y el José López por el Josu Lopetegui por la misma razón que el anterior, se están aprovechando de la permisividad que han demostrado los diferentes gobiernos españoles postfranquistas103 para, poco a poco, ir tomando mucho más de lo que les pertenece en verdad y que, de seguir así, recomponiendo la historia escrita, los mapas, y mintiendo a las nuevas generaciones sobre el origen y el camino recorrido por sus pueblos, terminarán por edificar sólidamente “SU” verdad sobre la frágil base de una mentira mil veces repetida. Resumo, pues, desde mi punto de vista.

¿Monarquía?; después de Juan Carlos, no.

¿Autonomía plena?; sí.

¿Independencias?; sí, siempre y cuando se vote.

Pero todo esto con la verdad por delante, llamando a las cosas por su nombre y sin intoxicar a los educandos con las enseñanzas que nos vengan bien para los fines que deseemos obviando el resto porque, en ningún momento, se debe tergiversar la historia para acomodarla a las necesidades de un partido político u otro.

En resumen, las minorías políticas radicales son las que nos llevan al huerto en una democracia que, al menos en teoría, debe de respetar las opiniones de la mayoría; y por si fuera poco, los actuales jefes de este taller (España S.A.) casi en la ruina y los pocos obreros que trabajan se reúnen en grupos, sectorizados, polarizados e irreconciliables, les dan la favorita en todo momento.