LA DICTADURA DE LAS MINORÍAS

Ante todo respeto
Ante todo respeto

Para sentar un punto de partida en este artículo, puedo decir que las minorías políticas radicales son las que con frecuencia nos llevan al huerto en una democracia que, al menos en teoría, debe de respetar las opiniones de la mayoría; y por si fuera poco, los actuales jefes de este taller (España S.A.) casi en la ruina y los pocos obreros que trabajan se reúnen en grupos, sectorizados, polarizados e irreconciliables, dándoles la favorita en todo momento. Pero no crean que sólo son estas minorías partidistas o sindicalizadas y las asamblearias o radicales que ahora están tan de moda, las únicas que influyen en las decisiones del gobierno y las disponen a su favor. Hablemos de las otras minorías

Empezaré afirmando que el mundo está lleno de perversos y, la mayoría de ellos, tienen un cargo político... al menos en este país. Los políticos, en una buena proporción, son unos seres acomodaticios que buscan su provecho personal, y defiendo esta afirmación argumentando que, si no fuese así, no habría una enorme cola de profesionales de la política de izquierdas haciéndole guiños cómplices al partido PODEMOS para no perder ningún tren en caso de que esta formación adquiera una cuota de poder significativa. Si a renglón seguido afirmo que la mayoría de los gobiernos demócratas de hoy son racistas, muchos se frotarán las manos pensando que van a leer una extensa diatriba contra la marginación sufrida por quienes son diferentes; pero pensar por los demás, sin meterse de lleno en su pellejo, suele ser la madre de todas las cagadas porque la marginación sobre la que voy a escribir es la que sufrimos las mayorías a causa de que los políticos de turno, por mor de los recuentos, las urnas y las encuestas sobre intención de voto, quieren ser más papistas que el antiguo papa Benedicto XVI, quien por cierto perteneció a la moderna Inquisición, y tener contentos a los grupos minoritarios que, sumados todos, reúnen un buen número de sufragios.

 

Partiré de una profesión de fe: Soy partidario de la aplicación estricta de lo escrito en el Artículo 14 del Capítulo 2 de nuestra Constitución, “Derechos y libertades”, que reza textualmente: Los españoles son IGUALES ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Por si no ha quedado clara mi postura personal, resumo: Para mí todo ser humano, por el hecho de serlo, debe tener las mismas obligaciones e idénticos derechos. Sin más.

 

Cuando he antepuesto las obligaciones a los derechos es porque así lo concibo; pero cada día que pasa, en esta especie de sociedad chusca que nos hemos fabricado al alimón, en la que aparentemente todos somos iguales, hay algunos que son mucho más iguales que otros. Las minorías, hoy, son las que cortan el bacalao obligando a las mayorías a plegarse sin condiciones bajo pena de fachificación, crucifixión social y anatema para quien diga lo contrario a lo que ellos piensan.

 

Una muestra de la intransigencia, de las exigencias de estas minorías que pretenden obligarnos, por cojones, a tener la misma opinión que defienden, fue la del señor Pedro González Zerolo, en su día secretario de Movimientos Sociales del PSOE, quien pidió la expulsión de Polonia de la Unión Europea porque el dirigente polaco Jaroslaw Kaczynski, decidió excluir del currículum de la Enseñanza Primaria la propaganda de la homosexualidad. No contento con la aberración que supone para la democracia la injerencia en asuntos de otro país, olvidando que España era en ese momento uno de los países más subvencionados de la UE, vociferó que, “Europa no es un banco para pedir subvenciones. Si no se respetan ciertos valores republicanos, ¡puerta! ¡Fuera de la UE!”.

 

Con dos cojones, sí señor. Esta es la “democracia” que persiguen estos individuos que han hecho de la intolerancia y el egocentrismo una profesión de fe sólo al alcance de los dictadores y los autócratas. Desgraciadamente hemos pasado de una dictadura cerril, en la que se demonizaba injustamente a los homosexuales, a una especie de democracia en la que se santifica a quienes tienen una inclinación sexual diferente; hemos pasado de la reprobable ley de vagos y maleantes a pagar el seguro de desempleo a quienes salen de prisión; hemos pasado del nefasto machismo de “la mujer en casa, la pata quebrada y casta” a la paridad injustificada porque sí; hemos pasado de estar genuflexos y acojonados frente a los grises a denostar poner en tela de juicio cualquier tipo de autoridad que intente hacernos cumplir las leyes. Podría seguir generalizando pero, como a estas alturas ya me habrán colgado el título de facha o retrógrado, mejor será que siga “haciendo amistades” y desglosar, punto por punto, a lo que me estoy refiriendo.

 

En este tiempo en el que los protestadores se oficializan y confunden el reproche justificado con la crítica a gritos para ser reconocido como “activista”, nos encontramos con unas chorradas del tamaño de un portaaviones mediano como el caso del ciudadano belga de origen congoleño, el señor Mbutu Mondondo Bienvenu, que presentó ante los Tribunales de Justicia de Bélgica, una denuncia formal exigiendo, sí, han leído bien, exigiendo que fuera definitivamente retirado de la venta el cómic “Tintín en el Congo” por considerar "racista y xenófoba" la actitud del reportero dibujado por Hergè en 1931. El amigo Mondondo pidió la prohibición en agosto de 2007, un mes después de que la Comisión británica para la Igualdad Racial solicitase que se impidiera la venta de ese álbum que, en su opinión resalta, "groseros estereotipos raciales". Si empezamos a cogérnosla con papel de fumar a la hora del meo, vamos mal. ¿Será que el señor Mondondo no se ha dado cuenta de que el guión de dicha historieta está redactado en 1931, época en la que el racismo era moneda corriente, Bélgica tenía aún colonias en África, y, sobre todo, que no se puede juzgar una obra escrita hace casi un siglo con las actuales escalas de valores?

 

Si la protesta del señor Mondondo progresa y se retira ese ejemplar de la venta, estimados compatriotas y sobrevivientes de este país de los recortados mundos de Yupi en el que aparentemente viven los integrantes de la alta clase política en el poder, ¿tendremos que retirar de la venta también a La Biblia porque en las cartas de San Pablo se defiende la esclavitud y se margina de manera clara a la mujer?

 

Una de las condiciones para no ser marginado es la de no auto-marginarse y, en la España de hoy en día, muchos de quienes gritan desgarradamente su marginación, empiezan por separarse voluntariamente de la sociedad en la que viven.

 

No se puede protestar del racismo de muchos españoles, que los hay, y muy cavernícolas por cierto, cuando muchos migrantes extranjeros empiezan a construir guetos en los que se vive tal y como lo harían en sus países de origen, despreciando nuestras costumbres y nuestras tradiciones. Conservar la cultura, la lengua y las raíces de los emigrantes, es algo que debe fomentarse desde el gobierno, sí; pero no podemos consentir que quienes más gritan a pleno pulmón que se sienten marginados, son los que no quieren integrarse en esta sociedad que los ha refugiado en su seno. Tres cuartos de lo mismo sucede con algunos personajes del pueblo gitano, sin olvidar nunca a nuestras feministas siempre insatisfechas con los logros conseguidos, y a más de un grupo de homosexuales que tienen el perfecto derecho a entrar a cualquier local del mundo pero son excluyentes, ellos también, en los locales que les gustan o frecuentan.

 

Por otra parte, a poco que pongan atención, cada vez en un mayor número de telefilmes y de películas, los puestos de mayor responsabilidad están ocupados por mujeres; en principio, me parece justo que las mujeres capaces, que son muchas, tengan empleos acorde con sus virtudes profesionales, y evidentemente con el mismo salario que sus compañeros, lo que ya no termino de entender por qué razón, desde hace una decena de años, en el planeta “Cine y Televisión”, no hay un solo hombre capacitado para ejercer una labor de máxima responsabilidad.

 

En muchas series americanas de espionaje, por no decir en casi todas, el jefe supremo es una mujer y lo mismo sucede en las comisarías de policía, en el FBI y en la CIA. ¿Qué pasa?, ¿nos hemos vuelto tontos todos los hombres al mismo tiempo? Pues sí; porque cada vez que el jefe del grupo investigador de ficción no es hembra, el “boss” mete la pata por no hacerle caso a una agente que, desde el principio, sabía que el asesino era el mayordomo. Ahora, táchenme de machista, díganme que soy retrógrado y luego insúltenme; pero no podrán negar lo evidente porque está a la vista de todos. Desde hace años, al menos en la ficción, las mujeres son todas listas, y los hombres tontos del culo. ¿Por qué? Por discriminación positiva y corrección política.

 

Estas dos expresiones pretenden anular con apellidos la realidad de su nombre. Al igual que una mentira piadosa no deja de ser una mentira, por muy positiva que sea, la discriminación no deja de serlo y, en cuanto a lo políticamente correcto, parece expresar que, a pesar de no ser acertado en todos los ámbitos de la vida, sí lo es en política. Ventajas adquiridas por las minorías por mediación de la conocida táctica de la mosca cojonera.

 

Si alguien cree que estoy exagerando el cupo de poder que detentan estas minorías, no tiene más que echar de vez en cuando una ojeada a la prensa diaria para darse cuenta de que, en realidad, nosotros, la mayoría que opta por el sentido común, somos los marginados, y para ilustrar esta marginación que sufrimos sólo recogeré dos datos como ejemplo de lo que afirmo.

 

El primero de ellos es relativo a la señorita Carrie Prejean, elegida “Miss California 2009”, que fue desposeída de su título debido a las presiones ejercidas por el colectivo homosexual tras la respuesta que dio durante el concurso con respecto al matrimonio homosexual, como se recogió en la información ofrecida por la Agencia EFE en Los Ángeles, California; pero hoy en día, aunque les parezca extraño, la actividad de sus adversarios en las redes sociales ha conseguido hacer creer que fue desposeída de su título por filmar desnuda vídeos de contenido sensual, cosa que sí hizo, pero ya no se habla de la respuesta a la pregunta del invitado Pérez Hilton, un homosexual declarado, quien inquirió: "Vermont recientemente legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Tú crees que los demás estados deben de seguir esta norma, por qué o por qué no?". Prejean respondió: "Bien, es un privilegio que nosotros los estadounidenses tengamos la libertad de escoger el matrimonio entre dos personas del mismo sexo o el matrimonio opuesto. Ustedes saben que creo que en mi país, en mi familia, creo que mi opinión es que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer. No intento con esto ofender a nadie, pero esa es la forma en la que fui criada". Demostrando su tolerancia y su “savoir faire”, después que terminara el certamen, Pérez Hilton, visiblemente enojado dijo: “Dio la peor respuesta de la historia en un concurso de belleza. Perdió porque es una 'puta' tonta”.

 

La condición sexual de cada cual me importa un comino ya que cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que desee y, yo, no soy quién para meterme en la vida de nadie mientras no se metan conmigo; pero de ahí a que se anteponga la inclinación sexual, raza, sexo o condición de un individuo a sus cualidades personales o profesionales dista tres pueblos y una galaxia: Creo firmemente que la condición de igualdad pasa por no aprovechar en beneficio propio la diferencia con el resto de ciudadanos y, esto, es demasiado frecuente en la actualidad.

 

Todos entendemos que a un discapacitado se le facilite en lo posible su circulación por la ciudad y, para ello, parte de nuestros impuestos se dedican a mejorar pasos de cebra, a modificar semáforos para adaptarlos a sus necesidades, aunque muchos digan, con una buena parte de razón, que no es suficiente para posibilitar el acceso de estos ciudadanos a lugares públicos, amén de tratar de integrar a quienes no disponen del uso pleno de sus capacidades físicas en trabajos que se adecuen a sus deficiencias a base de subvenciones y ayudas a quienes les contraten; pero también todos entendemos que un discapacitado que haya sido empleado pueda ser despedido como cada hijo de vecino. Pongamos que puede ser cesado por falta de rendimiento, y esa destitución, si se ajusta a la razón, la verdad y la realidad de los hechos, no tiene nada que ver con la merma física del trabajador sino con su actitud o su rendimiento.

 

Bien. Ahora, trate usted de despedir por falta de rendimiento a un extranjero, a un negro, a un gitano, a una mujer, a un homosexual a un discapacitado o, en general, a cualquier integrante de una minoría; aunque sea un despido procedente, se está exponiendo al desprecio general porque, por encima del bajo rendimiento del trabajador, de su falta de actitud o de su incompetencia, primará la cualidad de minoría del sujeto y ante la opinión pública usted no estará echando a un vago, a un jeta, a un obrero indigno, sino que usted es un hijo de puta que ha puesto en la calle, injustamente por supuesto, al integrante de una minoría “protegida” por la discriminación positiva.

 

Otrosí. Cuando el gobierno de turno se pone del lado de la minoría, no por razones de estricta justicia social sino por su conveniencia política o por hacer gala de su presunta modernidad, pasándose por el arco de triunfo la legalidad vigente y el sentido común, ese gobierno se convierte en segregacionista con los ciudadanos que no somos minoría. Es en este momento cuando podemos afirmar que hay gobiernos que son racistas en el sentido lato de la palabra, paradójicamente, para no caer en el racismo.

 

En este país proliferan, como mala hierba, asociaciones de todo tipo que solicitan subvenciones para llevar a cabo una supuesta labor social que, al final, pagamos entre todos nos guste o no. La enorme alegría con la que se utilizan los fondos con cargo al erario público es, como poco, escalofriante. Los profesionales de la subvención, los subvencioneros y aquellos que son aspirantes a serlo, son multitud y el proceso para solicitar la ayuda de una institución está tan tecnificado que, una empresa que se autodefine como “una consultora social, creada con la misión de contribuir a la profesionalización de las entidades sin ánimo de lucro (Asociaciones, fundaciones, ong´s), prestando servicios especializados en las áreas de gestión, captación de fondos y formación”, me refiero a Ádeo Conexia, imparte por sólo 190 euros, cursos de Ayudas y Subvenciones Públicas y Privadas que constan de 40 horas lectivas cuya principal finalidad es “facilitar el proceso de localización, gestión y justificación de subvenciones, y optimizar las posibilidades de obtener financiación, a través del estudio de diferentes ayudas y subvenciones públicas y privadas (sic)”. Esto es para mear y no echar gota, de verdad; cada día comprendo menos los oscuros resortes económicos por los que se mueve este país de mis desdichas. Al parecer, en los últimos tiempos, basta reunirse unos cuantos amigos, redactar unos estatutos en los que se funde una asociación en defensa de la trucha diabética de secano para recibir unos cuantos cientos, cuando no unos miles de euros, para gastárnoslos en reuniones con cerveza fría y tapas. Entre las muchas que se están poniendo de moda están las de protección al medio ambiente y las defensoras de los animales.

 

Concienciado como estoy que es necesario hacer algo para evitar emisiones contaminantes y tratar de mejorar la salud del planeta, veo muy necesario que se trabaje en este sentido; lo que no comparto es que los activistas se presenten de manera violenta, chulesca las más de las veces, para protestar por lo que ellos consideran que se debe hacer ¡ya!. A veces, tengo que reconocer que no siempre, me dan pena los muchachos que de buena fe van a dar la cara sin saber siquiera a qué oscuros intereses sirven; la jerarquía en esta especie de sectas es tan fuerte que hace unos meses en televisión española aparecieron en Garoña unos militantes de Greenpeace encadenados a la verja de la central nuclear, vestidos con unos ridículos avíos, mientras que el responsable regional de esa ONG atendía a los medios con traje y corbata. Por la cara de “ilusión” que tenía una joven activista encadenada, no me extrañaría que estuviera preguntándose qué coño se le había perdido en Garoña, o quizás estuviera tratando de adivinar en qué momento le iba a llegar el chorro de agua lanzado por la pasma. También pudiera ser que necesite un poco más de fibra como no dejan de aconsejarnos por TV. De cualquier manera, a estos defensores del bien común y protectores de nuestra salud social, queramos, podamos o no, se les ha pasado por alto el hecho de que, según nuestras leyes vigentes, está considerado como abuso el utilizar a los niños, a los menores de edad en general, en manifestaciones de tipo político, claro que en estos casos el Defensor del Menor, o la Protección de Menores hace la vista gorda y se salta las leyes quedándose muda con una elegancia urdangariniana. Ahí. en Garoña mismo, como puede verse en las imágenes que reflejó la prensa, algunos niños empuñaron orgullosamente, bajo la mirada babeante de sus mayores, las banderas de la organización AIT.

 

Dicen algunos que la indulgencia de la sociedad hace que prosperen los delitos; pero no sólo son las agresiones a la Ley las que florecen en un medio excesivamente indulgente sino que, un medio propenso a la condescendencia injustificada, es terreno abonado para que crezcan los abusos. Ante gobiernos que no saben reconocer muy bien dónde se encuentra la línea entre la igualdad y la discriminación a la mayoría, se alzan algunas voces que reclaman beneficios y derechos sin respetar las obligaciones que llevan inherentes; esos son los que llamamos coloquialmente extremistas y yo los llamo hijueputas abusadores y, sobre todo, jetas. Una de estas organizaciones radicales, dedicada a la protección de los animales es PETA.

 

La asociación Gente para el tratamiento ético de los animales, PETA, (por las siglas en inglés de People for the Ethical Treatment of Animals), trabaja supuestamente para que exista un respeto a todos los animales del planeta; pero este grupo de personas tiene una historia sucia, definitivamente confusa, que es preciso aclarar y, para ello buscaremos opiniones de personas más informadas que yo.

 

El Centro para la libertad del consumidor (CCF por las siglas en inglés de Center for Consumer Freedom) puso de manifiesto que la asociación PETA sacrifica al 95% de los animales que tiene a su cargo y presenta cifras y documentos para probar que en el ejercicio de 2008, sólo consiguieron 7 adopciones de animales, por lo que en ese año mataron más de 2100 bichos en Norfolk, Virginia, lugar en el que tiene sus instalaciones, elevando a más de 21.300 los animales irracionales que han muerto a manos de los trabajadores de PETA en los últimos diez años. Estas cifras pueden consultarse en el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor del estado de Virginia. Es curioso que PETA, a pesar que dice estar involucrada en la preservación de la vida y en el respeto a los animales, no disponga de un asilo para animales abandonados a pesar de tener un presupuesto que rebasa los 32.000.000 de dólares anuales provenientes, en gran parte, de subvenciones estatales.

 

David Martosko, director del CCF consideraba que, si matar animales es asumido por PETA como algo normal, no entiende las protestas de dicha asociación en lo que respecta a comer carne o a utilizar cobayas; el director del CCF, que en 2008 solicitó de los servicios veterinarios estatales de Virginia que se considerasen las instalaciones de PETA como un matadero, también puso de relieve las provocadoras campañas de marketing y publicidad dirigidas a los niños al tiempo que manifestaba las relaciones que PETA mantiene con grupos activistas radicales de corte violento que siguen amedrentando a la sociedad con falsas informaciones, como que la leche es dañina para los seres humanos, y financiando viajes y dietas de personas que van a los lugares en los que se celebran fiestas populares para protestar por la celebración de festejos taurinos.

 

Pero la asociación PETA no sólo defiende la vida de los animales sino que también se suma a los increíbles delirios de una estudiante de Massachusetts llamada Breana Lucci, que ha protestado porque hay que defender los derechos humanos de los personajes de los videojuegos y, por supuesto, el de los animales que aparecen en los videojuegos. Breana dice que en un juego para consolas (Call of Duty: World at War) aparecen unos perros que atacan a los soldados, perros que hay que eliminar si no quieres perder vidas a lo largo de la partida, y, según esta visionaria, eso, también entra en lo que puede considerarse como maltrato animal (si no lo creen lean aquí); la gilipollez de esta gente, que parece cagar churritos de gominola, llega a tal punto que presentaron una queja ante el presidente de USA Barack Obama por haber cazado una mosca que les estaba molestando durante una entrevista ante las cámaras de televisión.

 

En un completo análisis del CCF, se apuntan las maneras de esta asociación en un artículo titulado “Siete cosas que usted debe saber sobre PETA”, que trataré de resumir porque, como podrán ver, no tiene desperdicio.

 

Después de asesinar tantos animales como ha quedado demostrado, PETA, tras destinar parte de su presupuesto anual a comprar un gran congelador para guardar los cadáveres de los animales y contratar un servicio de crematorio aún se atreve a moralizar sobre el poco ético comportamiento de granjeros, científicos, dueños del restaurante, circos, cazadores, pescadores y cuidadores de zoológicos entre otros.

 

Ingrid Newkirk, presidente y cofundadora de PETA, está a favor de la abolición completa de la leche, los huevos, la carne, la miel, los parques zoológicos, los acuarios, los circos, el uso de lana, de cuero, de seda, la abolición de la caza, la pesca y la posesión de animales domésticos y, muy especialmente, contra la utilización de animales en la investigación farmacéutica incluso en la lucha contra el cáncer o el SIDA.

 

PETA dona regularmente dinero a incendiarios por causas ecologistas y a otros autores de delitos violentos que el FBI considera terroristas domésticos, responsables de la colocación de bombas incendiarias e incluso dio 70.200 dólares a Rodney Coronado, incendiario en serie condenado por quemar un laboratorio de investigación en la Universidad de Michigan. Cuando a Bruce Friedrich, responsable de las campañas de PETA se le preguntó en este sentido, respondió: “¡Aleluya por la gente que está dispuesta a hacerlo!”

 

El objetivo de las campañas de PETA contra el consumo de carne, lácteos y huevos, son los niños comprendidos entre los seis y doce años de edad llegando incluso a esperarlos a la puerta de las escuelas para interceptarlos diciéndoles “Tu mamá mata a los animales”. PETA se jacta de que estos mensajes llegan a más de un millón de niños a los que contactan incluso por e-mail.

 

La presidencia de PETA aseveró públicamente que “incluso si la investigación con animales lograse facilitar una curación para el SIDA, nosotros estaríamos contra ello.”

 

PETA mira con frecuencia hacia otro lado cuando los famosos que ofician de embajadores, no ponen en práctica lo que predican. Pamela Anderson, aparece con vestidos de cuero, Jenna Jameson, fue pescada sorbiendo ostras y usando una chaqueta de cuero, Morrissey fue visto comiendo en un steak-house, Dita von Tesse ha reconocido su amor por el foie-gras y las pieles, Eva Mendes usa pieles para vestirse y Charlize Theron apareció en la portada de Vogue luciendo ropa de serraje.

 

PETA ha comparado a los animales con las víctimas del Holocausto y a Jesucristo con los cerdos, afirmando al mismo tiempo que Jesús era un vegetariano convencido. Esta asociación se presenta en las iglesias los domingos para llevar a cabo protestas por el consumo de carne o huevos, burlándose de ellos en las carteleras diciendo que los cerdos murieron por sus pecados. PETA sigue insistiendo que, a pesar de las enseñanzas rabínicas, el sacrificio a la manera kosher, debe ser prohibido por ser inmoral.

 

Afirmo que quienes confían de buena fe en la honestidad de esta gente, los que dan la cara en todos los eventos y manifestaciones, son como los que se fían de un pedo estando con diarrea aguda; más tarde o más temprano, terminarán de mierda hasta el cuello porque la gente que dirige PETA son cualquier cosa menos coherentes con sus programas.

 

Pese a estar bajo sospecha en medio mundo, siguen recibiendo subvenciones y dando la cómica cada vez que tienen una oportunidad. Vean por ejemplo en la página de Youtube en internet y busquen un video taurino o que tenga relación con los toros y lean los comentarios de los anti-taurinos; comprobarán que el mejor deseo que tienen es que mueran todos aquellos que se acercan a un toro y que a todos los españoles nos tenían que meter un cuerno por el culo… sin contar con lo que dicen de nuestras madres ni el lenguaje barriobajero y ofensivo que utilizan.

 

Como declaración de principios diré que a mí, las corridas de toros, no me emocionan y, si he ido tres veces en toda mi vida, será mucho. Es cierto que he pronunciado conferencias sobre Frascuelo, matador del siglo XIX, en diferentes lugares de España y que he escrito un libro a propósito de este torero; pero siempre hago más hincapié en la época que vivió Salvador Sánchez Povedano, la de la restauración Borbónica, que en su vida como matador.

 

Sin embargo sí que disfruto con un buen concurso de recortadores en el que el hombre se enfrenta al toro a cuerpo limpio, en igualdad de condiciones o de un encierro que cumpla con el purismo de no maltratar a los animales durante la carrera. Dicho esto, veo lícito que las personas a las que no les gustan las corridas de toros, no asistan a ellas y que, si se creen ofendidos, utilicen los medios legales y todos los que las instituciones democráticas ponen a su alcance para conseguir erradicarlas; de ahí a tocar los cojones cada vez que les apetece va un mundo, tres pueblos y seis barrios.

 

A pesar de todo, representantes de la organización PETA aparecen como por arte de magia cada vez que hay un espectáculo taurino en España, o en el extranjero, siempre que exista la seguridad de que los medios de comunicación van a estar presentes, contratando modelos para desnudarse si es preciso. No voy a preguntar de dónde sale el dinero para pagar el sueldo a los modelos, su trabajo, desplazamientos, alojamientos y demás gastos accesorios porque es fácil de imaginar. Sí. He escrito modelos. Miren las fotografías de las manifas de PETA en Google, teclear PETA manifestaciones y busquen un manifestante gordo o mal parecido. Les reto. También quiero hacer hincapié que en la manifestación de PETA en San Sebastián, estaban presentes miembros del ilegalizado partido ANV. Dada la venta de localidades en la plaza de toros de Illumbe, que colocó el letrero de “no hay billetes” para los 11000 asientos disponibles, no es difícil deducir que la protesta de los amigos de los terroristas no era tanto por proteger a los animales sino porque los toros son considerados como una fiesta españolista.

 

Por otra parte, la manifestación en Pamplona duró 45 minutos, pero ¿estaba autorizada por las autoridades competentes?, y en el caso de ser así, ¿se consintió a que algunos de los manifestantes fueran al acto desnudos? No creo mentir si digo que si cualquier ciudadano se atreve a salir en calzoncillos o bragas a la calle, será inmediatamente detenido por escándalo público o, como poco, por conducta inmoral probada ante testigos muchos de los cuales eran menores de edad; sin embargo estas personas parecen tener bula gubernamental para todo cuanto hacen. De cualquier modo, independientemente del apoyo que reciben de cierta parte de la progresía y de la izquierda de salón de este país de locos, no está mal ver cuerpos bien proporcionados con más de un ochenta por ciento de piel al sol, creo que el hecho de ir a Pamplona a protestar por el encierro, es buscarle ciento tres pies al gato; mi grito de guerra es claro: “Si no te gusta, no vayas”. Es fácil ¿no? A mí no me gusta el boxeo y no por ello voy al lugar en el que se celebran los combates para faltar el respeto de quienes sí son partidarios de ir a ver a dos tipos partiéndose la jeta a trompadas.

 

Estos días pasados, viendo los encierros de Pamplona vía internet, quienes hemos sintonizado tve.es, hemos tenido que soportar, como ya es tradición, a un grupo de gañanes que, escudados en el anonimato de un “alias”, se han hartado de insultar a los que estábamos viendo las carreras de los mozos. Para colmo de males, por desgracia, se produjo una cornada grave, además de algunas leves y los normales traumatismos; estos hechos que asumen los corredores, de forma totalmente voluntaria, como algo que puede suceder envalentonaron a todos los detractores del encierro de Pamplona que mostraron su alegría tanto por la gravedad de las cornadas inferidas a otros corredores aduciendo además que habría que prohibir la fiesta de Pamplona por el hecho de que desde 1910, han muerto dieciséis corredores. Hay deportes de riesgo que no se han abolido y que cuentan con muchas más víctimas mortales que los encierros de los sanfermines. Pero mientras escribo esto caigo en cuenta de que en realidad el cáncer de las minorías radicales, los que exigen que algo no se haga porque a ellos no les gusta, además de legión, son gilipollas por derecho adquirido. Como decía Facundo Cabral, son gilipollas con pedigrí. Me refiero, por ejemplo, al luctuoso hecho de la muerte del montañero oscense Óscar Pérez, hace algunos años, al que hubo que abandonar a su suerte en la pared del Latok II debido a las adversas condiciones meteorológicas, y al que todos lloramos.

 

Al producirse la noticia, en la edición digital de Heraldo de Aragón, comenzaron a ser publicados comentarios de lectores que deseaban opinar sobre el caso, lo que es normal; pero ¿es normal que muchas de estas personas, ignorantes de que los gastos del rescate eran asumidos por una compañía aseguradora, protestaban por el dinero que se empleaba en salvar una vida humana? ¿Es normal que muchos comentaran que nadie le había mandado subir allí y que no se debía perder tanto tiempo en el rescate?

 

Desde aquí, mi tardío pésame a la familia del deportista, no me gusta la escalada pero respeto a los demás, y para quienes pensaron antes en su dinero que en la vida humana me cisco en sus muertos con una frialdad acojonante, porque me atrevo a jurar sobre la cabeza de Mortadelo que gran parte de los críticos con el uso de un dinero que no es suyo, evitan en lo posible pagar impuestos y algunos de entre ellos serán capaces de comprarle pechuguitas de pollo al perrito lamedor que los entretiene en sus tristes, numerosos y solitarios ratos de ocio; pero, por mi parte, pueden comprarle caviar porque no es mi dinero ni mi conciencia, ahora bien, lo de los impuestos es delito, que lo sepan.

 

Otra de las noticias es la de los incendios que se producen ocasionalmente en el campo de maniobras de San Gregorio, cercano a Zaragoza. Uno de los problemas a la hora de apagar el fuego fue el que los militares no dejan acercarse a los equipos hasta el campo militar porque hay peligro de explosiones y los aviones, por la misma causa, debían arrojar el agua desde una altura que mermaba su efectividad. ¿Comentarios de lectores en la edición digital del Heraldo de Aragón?: Adivinen. ¡Premio para quienes hayan pensado que las opiniones se centraron en la tardanza de los equipos, en la inutilidad de la UME (Unidad Militar de Emergencia) y en lo poco preparados que estamos para hacer frente a incendios y catástrofes de esta magnitud! ¡Premio para quienes hayan pensado que los lectores centraron su ataque a la inoperancia de los equipos de extinción de incendios!; pero el premio mayor se lo llevan quienes hayan pensado que muchos de los “opinadores” se centraron en una frase ¡Fuera el Ejército! ¡En pleno siglo XXI! ¿Se dan cuenta del absurdo? Pero cuando estaba a punto de echarme a llorar por las gilipolleces de algunos de mis paisanos, me di cuenta de que lo que realmente sucede es que en todo foro de internet, en todo lugar en el que se pueda escribir una opinión, escudados tras la cobardía de un alias que protege su verdadera identidad, existen los profesionales de la puta crispación que se dedican a insultar y a encender a todos los que no pueden darles una respuesta razonada de manera personal ¡Qué vida de mierda tienen que llevar esos pobres desgraciados para sentir placer crispando a los demás!

 

Ahora, los profesionales de la crispación en los comentarios de los periódicos digitales, y los blogs, ya no se conforman con protestar sobre lo escrito en los artículos, sobre lo que comentan los demás u opinar con mala baba y peor catadura de cualquier tema sino que, rizando la ya ondulada trenza de la mala leche y el revanchismo, les da por protestar de que la gente no opina suficientemente sobre lo que a ellos les interesa y echan en cara que una noticia, pongamos de fútbol, tiene más comentarios que una de violación, del tranvía del calentamiento global o de la madre que los parió, acusando a quienes no opinamos por escrito de inconscientes sociales o de algo peor.

 

Resumiendo, hay demasiada intolerancia e impera el “como a mí no me gusta, que lo prohíban”. Intransigencia y fanatismo van de la mano en estos activistas que hablan de prohibir los encierros o los deportes de riesgo porque la gente pone en peligro su vida. Esto ya me pone palote, ¿que ponen en riesgo su vida?, ¿lo dicen los mismos que se pasean en bicicleta entre el tráfico con un bebé de pocos meses sentado en una silla anclada al portaequipajes, los que sueltan miles de visones poniendo en peligro la fauna autóctona, los que están de acuerdo con la eutanasia o los que suscriben el aborto libre ignorando que el nasciturus tiene unos derechos reconocidos? Estos fanáticos que no reconocen los derechos ajenos, ¿son los mismos que circulan en bicicleta por las aceras con los auriculares del i-pod embutidos en las orejas para no escuchar las protestas de los peatones, los mismos que no quieren dialogar ni atender a razones porque están en posesión de la verdad, los mismos que protagonizan violentas manifestaciones anti globalización o los mismos que se saltan las ordenanzas municipales que regulan el ruido y se quedan en la calle bebiendo y charlando a gritos hasta altas horas de la madrugada? Que alguien responda por favor; pero sin tapujos. Que de manera clara reconozcan que quieren hacer lo que les salga del cimbel y a los demás que nos zurzan, y que el gobierno acepte que se le ha ido de las manos este asunto y que en este momento, ser minoría, joven o adolescente, supone tener permiso tácito para hacer lo que se desee ante las sonrisas cómplices de los mandatarios.

 

A nuestro país se le están empezando a corromper los dientes y debemos ir pensando en buscarnos otro país para pasar nuestra jubilación porque, lo que se ve venir, es candela pura. Cada vez que pienso en que los niños que berrean de la mano de mamá porque no les compra algo, los adolescentes que alborotan en los lugares públicos sin rastro de educación, los “nois” que siguen a quienes pretenden saltarse la Constitución, los ”mutiles y neskas” tienen orgasmos con solo pensar en una buena manifa pueden ser los funcionarios, los médicos o los sanitarios que nos atiendan en un futuro, se me pone la piel de gallina; pero más me asusta que los militantes de estas organizaciones/sectas de ecologistas del sábado por la noche y protectores de animales de salón puedan ser los políticos del mañana porque, si entonces conservan la capacidad de diálogo de la que hacen gala en la actualidad, estamos bien jodidos; pero que sepan que no nos engañan porque, si en lugar de llamarse comunistas, socialistas, ecologistas o antisitema, se quieren llamar indignados, todos sabemos que son la extrema izquierda de siempre.