Verde, que te quiero, Verde

No puedo negar que estoy enamorado de Venezuela, país en el que tuve el privilegio de residir durante más de una década, y quizás por esa razón me duele profundamente ver la degradación que sufre. Si con el difunto comandante Chávez las cosas iban mal, con el actual mandatario, Nicolás Maduro, todo se sale de madre.

Si nos atenemos a las cifras de la violencia, obviando los más de cuarenta fallecidos durante las protestas, constatamos que durante el 2013 hubo 24.763 muertes violentas en toda la República lo que supone casi un asesinato cada veinte minutos. Si a esto se añade el desabastecimiento en los supermercados, la inseguridad jurídica, el partidismo, el nepotismo descarado y otros “ismos” de nefasta incidencia en la vida social, obtenemos la visión aproximada del panorama desgarrador de un país que, por sus recursos naturales y turísticos, por el enorme potencial de los venezolanos y por su privilegiada situación estratégica, debería de estar entre las naciones más avanzadas del mundo.

Es cierto que los predecesores de Chávez, los representantes del los partidos AD y COPEI, que durante décadas se alternaron en la presidencia de Venezuela, adoptaron políticas que condujeron al paulatino empobrecimiento del país; pero, a pesar de que los presidentes anteriores a la “robolución chavista” lo hicieron como el culo, en comparación a lo de ahora resultan casi buenos mandatarios.

Pero ¿quién es este Nicolás Maduro que ha perdido las riendas del país?, ¿qué méritos ha hecho para acceder al poder en Venezuela?, y,  la pregunta del millón de dólares ¿tan malo es gobernando? Trataré de aclarar estos conceptos para quienes no conocen el pasado de este político.

Nicolás Maduro Moros es hijo de colombianos y nació, según unos en Caracas, y según otros en Cúcuta, Colombia; no puedo decantarme por ninguna de las opciones ya que ambas facciones presentan documentación que sostiene sus afirmaciones. Mal estudiante, ya que no terminó el bachillerato, jugaba al béisbol como tercera base y, desde muy joven entró a formar parte de la Liga Socialista. Dada su altura, 1,90 metros, y su porte físico, trabajó como guardaespaldas para José Vicente Rangel en la campaña de 1983 y para el cantante Pablo milanés entre otros.

En 1986 y 1987, estudió (?) en la “Escuela de Formación Política” en La Habana, Cuba. Una vez de vuelta en Venezuela, trabajó como chófer de autobús para la compañía del Metro de Caracas en la que, según las declaraciones de sus antiguos compañeros al diario El Nuevo Día, “tuvo el mayor récord de ausencias al trabajo, justificadas con las ventajas del fuero sindical y con un supuesto padecimiento de asma, y fue el chofer que más unidades del Metrobús ha chocado en la historia en esta empresa de transporte”.

Bajista del grupo de rock “Enigma”, fundó un sindicato dentro de la empresa del Metro de Caracas y se autoproclamó presidente. Más tarde, después de la asonada militar del comandante Chávez, Maduro se hizo su seguidor más visceral, Chávez en persona le “bautizó” como VERDE, que sería su nombre en clave  para conspirar en las sombras y, en una de las visitas que hizo a la prisión para ver a su ídolo, conoció a Cilia Flores, con la que inició una relación sentimental que terminó, hace muy poco, en matrimonio. Una vez que Chávez se instauró en el poder, Nicolás siguió en todo momento a Chávez, defendiendo la “robolución” hasta tal punto que disparó contra los manifestantes desarmados desde Puente Llaguno, y de esta manera tan meritoria escaló puestos llegando a ser Canciller, Ministro de Exteriores diríamos en este lado del charco, Vicepresidente y, finalmente, colocado como presidente según las últimas voluntades de un Hugo Chávez Frías moribundo.

En cuanto a sus inclinaciones religiosas, aunque es de origen judío sefardí, se autoproclama como cristiano devoto; ninguna de las dos cosas le impide ser seguidor del gurú hindú Sai Baba, al que visitó en Nueva York el año 2005, para que le bendijera y ser elegido presidente de Venezuela.

En resumen, Nicolás Maduro, un hombre sin estudios ni formación académica básica, pasó de ser bajista de rock, guardaespaldas, chófer de autobús sindicalero, pistolero en Puente Llaguno, a Canciller de Venezuela, más tarde Vicepresidente seguidor de Sai Baba y, ahora, presidente de los venezolanos.

Una buena carrera para un cómplice de atracadores de bancos. ¿He dicho cómplice de atracadores? Vean este recorte de prensa que transcribimos a continuación para facilitar su lectura. ¡Ah!, y para quien no lo sepa, Freddy Bernal, fue Alcalde de Caracas Bajo la presidencia de Chávez.

Subversivos atracan bancos para enfrentar a la democracia

Zacarías Connors

 

Los últimos asaltos millonarios ejecutados en Caracas y en el interior del país y, los focos de subversión detectados en universidades y liceos, han sido dirigidos por el ex jefe del Comando Táctico de Apoyo (CETA), de la Policía Metropolitana, de acuerdo a informes obtenidos por los órganos de seguridad del Estado.

La versión que manejan las autoridades especifíca, que el ex jefe del grupo CETA, planificó y dirigió el asalto a la Federación de Fútbol en su sede de El Paraíso, en el cual tomaron parte elementos del hampa común a quienes entrenó en forma personal, según confesión de los involucrados que fueron detenidos durante el proceso de pesquisa.  También Bernal planificó el atraco a una fábrica de juegos pirotécnicos ubicada en Los Valles del Tuy, cuya operación delictiva dirigió su lugarteniente Iván Brito.  El grupo armado tenía planificado asaltar la estación el Metro en Agua Salud, utilizando la información que le ofreció Nicolás Maduro, empleado de la empresa.  Tenían dispuesto asaltar la sucursal del Servicio Panamericano de Ciudad Bolívar, contando con la participación de Inmer Ruiz, como jefe del grupo.  Dentro de la planificación de robos incluyendo los casinos del litoral central, donde tomaría parte Kirpatrick Castro (a) El Chancho, quien formó parte del grupo CETA.  Este último se infiltró en los casinos ilegales, estudió todas las posibilidades de la acción y le ofreció los detalles a Luis Alvarado, cuñado de Bernal, que tomaría parte en la acción, apoyado en una pistola 9 milímetros robada a Alejandro Arape.  En este golpe también estaba llamado a participar Hamilton Canavire, quien ha sido el cabecilla de otros asaltos.  El tiene un arsenal integrado por pistolas calibre 45, parte del botín robado por Freddy Bernal el 27N, que incluye fusiles AK-47, traídos de contrabando de Nicaragua, cuando el jefe del grupo CETA fue comisionado para instruir a los agentes de ese país.

Freddy Bernal Rosales organizó en las montañas de Turimiquire, situadas en el triángulo Anzoátegui-Sucre-Monagas, el frente guerrillero “Felipe Acosta Carle”, al cual están sumados miembros del MBR-200 y disidentes del grupo Bandera Roja.  Ha sido el ex jefe del grupo CETA quien entrenó a estos subversivos y para poner en práctica su destreza, participaron con éxito en un asalto llevado a cabo en la avenida Nueva Granada de Caracas.

 

BIOGRAFÍA

 

Freddy Alirio Bernal Rosales, mejor conocido como “El Flaco” o como “El Poli”, es nativo de San Cristobal, Táchira.  En Junio de 62 ingresó a la Policía Metropolitana, como oficial de segunda.  Siempre fomentó la insubordinación entre sus compañeros y en varias ocasiones fue sancionado.  En noviembre del 92 ya ascendido a inspector, se robó el armamento adscrito al Comando Táctico de Apoyo (CETA) y se apoderó de 2 helicópteros con los que se disponía a bombardear el Palacio de Miraflores.  En ese momento los expulsan de la PM.  Logró evadirse y en mayo del 94, fue detenido en Mérida, cuando intentaba llevar a los policías locales a acciones desestabilizadoras de la democracia.  Instaba a los funcionarios a realizar una huelga de brazos caídos.  Dentro del MBR-200 se pone al lado de Hugo Chávez, quien le encomienda la organización del movimiento.  De momento se desempeña como director nacional de Enlace y Organización.  Desde allí dividió la capital en varios corredores vinculados a los barrios populares.  Puso a elementos bajo su mando la misisón de mantener activa la logística y la dotación de armas, para actuar dentro de Círculos Bolivarianos.  También se ocupan de buscar personal que los acompañe, para formar las unidades tácticas de combate o guerrilla urbana, con similitud a la acción guerrillera de los años 60.  Al “Flaco Bernal” lo acompañan en su lucha contra la democracia, Inmer Ruíz, Iván Freites, Armando Guerrero, Santiago Vásquez, Cilia Flores, Roberto Rodríguez y Walter Gavidia, quienes operan en los barrios de La Vega, El Valle, Catia, 23 de Enero, La Pastora, Caricuao y Antímano.  También en la UCV y en el Metro.  El producto de los asaltos está dirigido a la obtención de alimentos, agua, armas, explosivos, municiones y gasolina, para utilizarlas cuando se infiltran en las manifestaciones, donde participan en la quema de vehículos, en saqueos y en el ataque armado contra funcionarios de la Policía Metropolitana y de la Guardia Nacional.

 

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