DEMASIADO VIEJO PARA CALLAR

Dicen que cuando se ha superado la barrera del medio cupón, dejando a la espalda una vida intensa, se moderan las opiniones y uno se vuelve mucho más conservador; en mi caso creo que este aserto no es cierto. Consumida más de la mitad de la cebada que me corresponde, he adquirido la costumbre de respetar a quienes merecen ser considerados como respetables; pero esta disposición personal no lleva aparejado un silencio cómplice con lo que no me gusta o con aquello que me parece disparatado.

A lo largo de mi existencia, en Wikipedia dicen que soy uno de los últimos aventureros, he aprendido muchas cosas. Entre otras el hecho innegable de que quienes presumen de ser sinceros y de decir siempre la verdad, son casi siempre unos impresentables que desean imponer sus opiniones por encima de las ajenas, aún a costa de levantar la voz de manera destemplada y a sabiendas de que causarán daño a terceros. Por ello, en mis artículos de opinión, no hago sino escribir mi verdad, mis sentimientos personales ante ciertas situaciones, sin pontificar ni tratar de imponer mi criterio. Sé que tengo mis razones pero no por ello dejan de ser solo mías. Ahora bien, con catorce libros publicados, un agradecimiento público por parte de la población de Churriana de la Vega, Granada, el nombramiento honorífico de Embajador Cultural en la ciudad francesa de Marmande, la Medalla de Honor de esta misma población gala en mi haber y una larga experiencia como viajero, creo que me asiste el derecho de hacer públicas mis reflexiones. Quien se sienta ofendido por mi “especial” forma de pensar, en esta misma página tiene cabida y sus comentarios serán publicados sin censura… siempre y cuando no caigan en el insulto o la agresión.

Por otra parte he querido también dejar constancia de algunos trabajos no publicados, como el caso de los cuentos, que reflejan otra versión de mi visión de la vida, junto con una selección de las “Cartas abiertas” a personajes influyentes de nuestra sociedad y un resumen de mis libros publicados.

En cualquier caso tras una madura reflexión, reconozco que mi vida personal dista mucho de haber sido ejemplar, he decidido crear esta tribuna de opinión personal en la que, como ya he dicho, tienen cabida todos los comentarios, con el íntimo convencimiento de que no estoy en posesión de la verdad ni tengo toda la razón; puede ser que me esté volviendo demasiado viejo para callar. Gracias.